La Costa del Sol se acerca a las 600.000 plazas de alojamiento al dispararse las viviendas turísticas

Mientras en Ámsterdam prohiben la apertura de nuevos hoteles, en Venecia se impone el pago de cinco euros para acceder al Centro Histórico, y en Canarias se ha vivido una multitudinaria manifestación plantando cara al turismo masivo, la Costa del Sol suma y sigue marcando cifras históricas en capacidad para albergar viajeros. Tras vivir en 2023 su mejor año de la historia, en esta página de récord hay datos que dicen mucho de la fuerza del destino y del potencial que se vislumbra. En un periodo marcado por dos años de registros sin precedentes, en el inicio (2019), y en el final (2023), y con más de dos años, en medio, en los que esta industria ha pasado por la mayor crisis de su historia, es más que significativo que el volumen de alojamientos se haya disparado en este lustro casi un 80% y el de las plazas ofertadas en torno al 50% hasta acercarse a la insólita cifra de las 600.000 camas de las que dispone ya la Costa para albergar viajeros. Echando la vista algo más atrás, es destacable señalar que la oferta de alojamiento se ha casi triplicado en los últimos ocho años.

Este crecimiento tiene nombre propio y viene, sobre todo, determinado por una nueva eclosión de viviendas turísticas en la provincia, muy similar a la que se produjo cuando se reguló por primera vez esta actividad en 2016. Los datos de la Delegación de Turismo de la Junta de Andalucía en Málaga destacan que el incremento global registrado en 2023 fue del 81,8% en el caso de los inmuebles de alquiler vacacional, pasando de 38.915 a 70.764, lo que provocó que el número de plazas que ponen en el mercado en la Costa del Sol ha subido un 84%.

Las cifras impresionan, más si cabe, teniendo en cuenta que en 2020 ante el parón en los viajes que impuso la pandemia, con las férreas restricciones a desplazamientos incluso entre provincias, fueron numerosas las viviendas turísticas que optaron por salir de este mercado y volver al alquiler tradicional, al de los inquilinos de larga estancia. En agosto de 2020 la burbuja del alquiler vacacional mostraba síntomas de un pinchazo que un informe de la Asociación de Viviendas Turísticas de Andalucía (AVVA- Pro) cifraba enhasta 4.000 los inmuebles destinados al turismo que pasaban al alquiler tradicional ante la crisis de este sector en el conjunto de la provincia. Concretamente, el estudio señalaba que la pandemia estaba pasando factura y provocaba que entre el 6 y el 10% de los propietarios optaban por buscar clientes para sus pisos fuera de la industria turística.

El presidente de la AVVA, Carlos Pérez-Lanzac, aseguraba, en aquel momento, que «quienes han elegido esta alternativa es también porque temen las consecuencias la Ley de Arrendamientos Urbanos, que cifra el periodo de los contratos en cinco años, además del miedo a los impagos y el enredo legal hasta un desahucio», explicaba.

Después llegó una nueva norma en la que limitaba la subida del precio de arrendamiento y que provocó un efecto contrario, siendo muchos los que consideraron que era el momento de entrar en el sector turismo, a lo que se sumó el efecto reclamo que ha generado la negociación durante el pasado año de una nueva normativa de la Junta para actualizar la anterior y en la que se apuntaban nuevas exigencias y la potestad de los ayuntamientos para limitar esta actividad. Unos factores, que según explican expertos consultados, que impulsaron a numerosos propietarios a registrar sus inmuebles antes de que se aplicaran las novedades que finalmente se aprobaron hace escasamente unas semanas.

Esta tendencia al alza a un ritmo vertiginoso no es compartida por el resto de establecimientos turísticos, como son hoteles, apartamentos, casas rurales o cámping. Este tipo de alojamientos también crece, pero lo hace en un 18,3% y con un menor incremento de las plazas, que suman desde 2019 un 6,4%. «Dentro de los establecimientos, es importante destacar el crecimiento en todas las modalidades, pero muy especialmente también en casas rurales, con una subida de 22,7%, y de apartamentos turísticos, del 23,7%», destaca la delegada de Turismo en Málaga, Gemma del Corral.

Además, pone el foco en la evolución de la oferta hotelera que ha sumado desde 2019 hasta 2023 616 nuevos establecimientos con 12.413 plazas, es decir, un incremento del 5,2% y del 7,2%, respectivamente. Y lo hace destacando que más de la mitad de estas nuevas camas corresponden a hoteles de las máximas categorías.

Concretamente, la Costa del Sol ha aumentado en 6.268 las camas hoteleras de cuatro y cinco estrellas y de Gran Lujo. «No sólo se crean nuevos establecimientos, si no que los actuales se mejoran apostando por segmentos con mayor valor», explica. En este sentido, los datos apuntan a que en la actualidad hay en el mercado 2.820 plazas más de cuatro estrellas; 1.299 camas más de cinco estrellas y 2.149 más de Gran Lujo, respecto a 2019. Del Corral advierte que la tendencia del sector de alojamiento en la provincia tiende a una moderación en el crecimiento.

La estadística muestra los saltos de gigante que ha ido dando la oferta de alojamiento de la Costa del Sol hasta llegar a la situación actual en la que roza la capacidad para albergar a 600.000 turistas al día. Fue en febrero del pasado año cuando la apuesta de inversores, emprendedores y profesionales por este destino, pionero y caballo ganador en esta industria, hizo que la provincia contara con 514.838 camas, lo que supuso que por primera vez podía alojar a más de medio millón de turistas diarios, según los datos del Registro de Turismo de Andalucía facilitados por la Junta. La cifra constataba un 48% más de plazas hoteleras, de viviendas turísticas, de apartamentos, casas rurales y camping más que antes de que comenzara la crisis sanitaria, es decir, del que fue el mejor ejercicio de esta industria. Precisamente, a finales de 2019 la provincia sumaba por primera vez las 400.000 plazas de alojamiento y echando aún más la vista atrás hay que recordar que en 2018 las plazas de alojamiento en la provincia superaban las 348.000 y dos años antes apenas rebasaban las 210.000. En aquellos tiempos muy concentrados en una oferta hotelera que mantenía la hegemonía como principal tipología de alojamiento en la provincia, ya muy desbancados por las viviendas de uso turístico.

La ciudad malagueña sigue al compás de la provincia en cuanto a la evolución de la capital malagueña. Los datos del Registro de Turismo de Andalucía destacan que en el periodo de 2019 a 2023, la oferta total de alojamiento se ha incrementado en 4.982 alojamientos, lo que supone 30.898 plazas, incluyendo establecimientos y viviendas. Las cifras constatan un 78,8% más de negocios y un 64% más de plazas.

«En relación a los datos provinciales, el crecimiento es muy similar, si bien se aprecia una cierta tendencia a viviendas turísticas con menos plazas en el caso de la capital», precisa, para detallar que el incremento en inmuebles de alquiler vacacional es de un 82%, pasando de 5.945 a 10.822. «Hay que destacar que no todas estas viviendas se destinan permanentemente al uso turístico, así como la existencia de duplicados», destaca la delegada de Turismo en Málaga.

Del Corral recalca que «Málaga crece, pero lo hace en todos los tipos de oferta» y relata que «es importante resaltar el crecimiento de la oferta hotelera». Desde 2019 hasta 2023 la ciudad ha conseguido su primer cinco estrellas Gran Lujo, el Gran Hotel Miramar; ha sumado dos nuevos cinco estrellas y han abierto seis cuatro estrellas. A ellos se han unido nuevas formas de alojamiento como los hoteles cápsula, que se encuadran dentro de la modalidad de albergue.

«La gran explosión del alojamiento en Málaga viene de la mano de los apartamentos turísticos, que desde 2019 ha crecido en 83 establecimientos pasando de 171 a 254, alcanzando el 48% más en establecimientos y plazas, muy especialmente en el segmento medio de dos llaves, que han experimentado un incremento del 66%. Una tendencia al alza que en la capital se mantiene con buen ritmo.

Esta evolución forma parte de esa transformación turística en la que ahora la estrategia se centra en crecer en una oferta de calidad. De ahí que el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, insista en que la ciudad necesita más hoteles y más establecimientos de máxima categoría. En este sentido, el concejal de Turismo, Jacobo Florido, ha detallado que la capital quiere duplicar su oferta de plazas con más estrellas en un plazo de unos cuatro años, recalcando que la capital precisa de mil camas más de cinco estrellas que se sumarían al casi millar que ya están operativas.

En cartera están el de la cadena Hotusa en el Palacio de la Tinta, el proyecto de Piqué que gestionará Meliá en el solar del antiguo cine Andalucía, y otro establecimiento en la parte alta de la calle Victoria, al que se espera sumar también la reconversión del edificio de Correos en otro hotel de lujo. Unos proyectos con los que la capital de la Costa del Sol dispondrá de una decena de establecimientos hoteleros de cinco estrellas a muy corto plazo.

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