Así fue la intensa vida de Victoria Kent, la pionera abogada y política malagueña
Nacida en la calle Lagunillas en 1892, se convirtió en la primera mujer en ejercer la abogacía en España
Victoria Kent nace en Málaga el 6 de marzo de 1892 en el seno de una familia de clase media acomodada, en la calle Lagunillas, 17. Se matriculó en la Escuela Normal obteniendo el título de maestra. En 1917 se trasladó a Madrid instalándose en la Residencia de Señoritas dirigida por María de Maeztu. En 1920 ingresó en la Facultad de Derecho de la Universidad Central, donde cursa la carrera como alumna no oficial hasta su licenciatura en junio de 1924, y un año después solicita su ingreso en el Colegio de Abogados de Madrid, convirtiéndose así en la primera mujer que ejerce la abogacía en España.
Fue también la primera que actuó ante el Tribunal Supremo en un Consejo de Guerra, en 1930, junto a grandes juristas como Sánchez Román, Bergamín y Jiménez de Asúa, para defender a Álvaro de Albornoz, procesado por firmar el Manifiesto Republicano, para quien obtuvo la absolución, consiguiendo un gran prestigio, y un lanzamiento inmediato a la vida pública.
En 1931 diputada por el partido Republicano Radical Socialista -junto a Clara Campoamor-, desde su fundación, y por él presentó su candidatura a Diputada en Cortes el año 1931. En las elecciones celebradas el 19 de noviembre de 1933 no obtuvo acta de diputada, debido en parte a su intervención en el ParlamentO contra el voto femenino. El partido Republicano Radical Socialista se fusionó con acción Republicana en 1934. En las elecciones de 1936 fue elegida diputada por Jaén en las listas de Izquierda Republicana.
Fue designada personalmente por el Presidente de la República Alcalá-Zamora, el 18 de abril de 1931, Directora General de Prisiones. A lo largo de los catorce meses que permaneció en el cargo, desarrolló una ingente labor de reforma del sistema penitenciario. Estas pueden considerarse revolucionarias aún en nuestros días.
Visita a Málaga de Victoria Kent
Cuando accedió a su cargo, Victoria Kent no se limitó a gestionar expedientes, sino que se recorrió la geografía carcelaria española. El 5 de junio de 1931 vino a Málaga, y a la mañana siguiente se personó en la cárcel, interesándose porque le dieran cuenta detallada de las deficiencias e irregularidades que pudieran existir, para ser corregidas con urgencia. Visitó todas y cada una de las dependencias carcelarias que integraban el edificio: dormitorios, escuela, cocina, capilla, celdas de castigo, departamento de mujeres -en aquel momento no existía ninguna reclusa-, y azotea.
En aquellos años solo existían 133 reclusos, de los cuales 57 correspondían a los encartados de los últimos sucesos ocurridos en Málaga con motivo de la quema de iglesias y conventos. A las doce y media se trasladó, junto con el alcalde, a los terrenos de Carranque, donde se estaba construyendo la nueva prisión, siendo recibidos por el arquitecto municipal Sr. Esteve, y el representante del contratista de la obra.
Dimitió cuando comprobó que la Reforma Penitenciaria que había proyectado nunca se llevaría a cabo. En 1932, el Ministro de Justicia era Álvaro de Albornoz, quien la presentó al Consejo de Ministros. Éste la estimó audaz y no la aprobó, considerando que podía suscitar dificultades en varios sectores sociales. Manuel Azaña, tampoco la apoyó considerándola demasiado humanitario. Albornoz le comunicó el criterio del Gobierno, y Victoria presentó su dimisión el 8 de junio de 1932.
Sufragio femenino
En relación con el sufragio femenino –defendido por Clara Campoamor-, Victoria se manifestó en contra de la aprobación del voto para las mujeres, postura que defiende en un famoso discurso. Ambas mujeres protagonizaron sendos debates en el Parlamento. El más conocido fue el enfrentamiento que tuvieron las dos diputadas el 1 de octubre de 1931. Victoria Kent lo argumentaba por la incapacidad de la mujer de la época para emitir un voto político: sometida a la determinación de su esposo y las indicaciones de su confesor. Defendía que la mujer no podría ejercer su derecho al voto hasta que no contara con una formación previa. En este sentido, Victoria estaba convencida de que si se aprobaba el sufragio femenino, el triunfo de la derecha estaba asegurado. No se equivocó. La derecha ganó en las primeras elecciones en las que participaron las mujeres en 1933.
Cuando empezó la Guerra Civil en 1936, el gobierno de la República la envió a Francia como Primera Secretaria de la embajada republicana en París, para que se encargara de las evacuaciones de los niños de familias republicanas del Norte.
Permaneció en Francia hasta el final de la Guerra Civil Española, a cuyo término colaboró en la salida de los refugiados en América. Pero, no pudo seguir el mismo camino, siendo sorprendida por la invasión nazi. Al ser ocupada Francia por Alemania, el 14 de junio de 1940, Victoria Kent se refugió en la embajada mexicana, donde permaneció durante un año, después en un piso hasta 1944.
Terminada la segunda Guerra Mundial marchó a México, en 1948, donde dio clases de Derecho Penal en la Universidad hasta 1950, año en el que se incorporó a las Naciones Unidas en los Estados Unidos, en la sección de Defensa Social. En 1977 Victoria volvió a España, aunque no reconoció a su país, regresando poco después a New York, donde falleció el 25 de diciembre de 1987.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión