Morris, creador de los populares dibujos de Lucky Luke
Del padre de Lucky Luke al hijo de Satán: Morris y Aleister Crowley
Albas y Ocasos ·
Tal día como hoy nacía Maurice de Bevère, que ya nominalmente apocopado en Morris alumbraría gráficamente a Lucky Luke, y moría Aleister Crowley, también conocido como «Frater Perturbado» y como 'La Gran Bestia 666'.
MARÍA TERESA LEZCANO
Domingo, 1 de diciembre 2019, 00:34
1-12-1923 a 17-7-2001
Morris
Uno de diciembre de 1923, Cortrique, Bélgica. Nace Maurice de Bevère, que veintitrés años más tarde y ya nominalmente apocopado en Morris alumbraría gráficamente a Lucky Luke, uno de los cómics más populares de la Europa continental junto con Las Aventuras de Tintin, los Pitufos, Asterix el Galo o Blake y Mortimer. Vaquero en permanente lucha contra el crimen y la injusticia, Lucky Luke cabalgaba y cabalga escoltando caravanas de pioneros mormones, aunque el perenne cigarrillo bucocolgante de sus inicios lo sustituiría Morris en 1983 por una pajita destinada a contentar a la Organización Mundial de la Salud, sin que el destabaquismo luckylukino le impidiera al cowboy rematar cada historieta cabalgando hacia el sol poniente mientras cantaba su famosa trova caminante: «I´m a poor lonesome cowboy and a long way from home» (Soy un pobre vaquero solitario y estoy lejos de mi hogar). A lomos de Jolly Jumper, caballo tan eficiente en sus rescates como sarcásticamente parlanchín en sus debates, Luke el afortunado se enfrenta incesantemente a los Hermanos Dalton; Joe, William, Jack y Averell en orden creciente de altura y torpeza, cuarteto delincuente cuyas reiteradas evasiones del penal donde se hallan recluidos bajo la mirada del perro más tonto del mundo, de nombre Rantanplan – versión estupidizada de Rintintin – , tienen como finalidad sembrar el terror en la comarca y perseguir el sueño de Joe Dalton, el cual consiste en acabar con Lucky Luke; delirio daltoniano que Joe nunca verá culminado ya que el jinete solitario, escoltado por personajes reales del lejano oeste como Calamity Jane, Billy el niño o la banda de Jesse James, y participativo de hechos históricos como la colonización de Oklahoma, la construcción del ferrocarril de costa a costa, la constitución del Pony Express o los comienzos del telégrafo, no consiguió ser derrotado ni siquiera por la muerte de su padre dibujante Morris, cuyo relevo tomó en 2001el artista Achdé con el fin de que Luky Luke siguiera galopando por el siglo veintiuno para desesperación contextualizada de los forajidos Dalton y regocijo bobo de Rantanplan, que desde hace trece años tiene en Francia serie homónima televisada propia. Guau.
12-11-1875 a 1-12-1947
Aleister Crowley
Veinticuatro años después del nacimiento belga de Morris morría, perdón moría, en la inglesa ciudad de Hastings, Aleister Crowley, ocultista, alquimista, escritor, místico, pintor y alpinista también conocido como «Frater Perturbado» y como «la Gran Bestia 666». Hijo de un padre cervecero, no de sedienta afición sino de profesión ya que poseía un negocio malteador de cebada, Crowley cambió el Trinity College de Cambridge por la Orden Hermética del Alba Dorada, que por el nombre bien podía haber sido un club de catadores de cerveza pero era una organización esotérica en la cual compartió grados iniciáticos con el poeta William Butler Yeats, antes de abandonar el grupo para fundar su propia organización ocultista, Astrum Argentum y su propia filosofía religiosa, Thelema, batiburrillo de doctrinas donde la cábala y el yoga se entrechocaban sibilinamente con el pantagruelismo de Rabelais o la mitología egipcia. Tanto y tan místicamente ritualizó Crowley que, tras finar de bronquitis aguda en una casa de huéspedes donde sus últimas palabras fueron, según una enfermera «estoy perplejo» y según un testigo anónimo «a veces me odio a mí mismo», enfiló directamente la autopista de la leyenda urbana por la que sigue corriendo en vehículo de ocultismo acelerado y espoleado por las alas entre satánicas y populares de la contracultura: que si fue el padre de Barbara Bush y que a través de ella accedió tan espiritual como malignamente a la Casa Blanca (Pauline Bierce, madre de Bárbara, y Crowley pertenecían al mismo círculo social y la rumorología hizo el resto); que si en la mansión Boleskine, construida junto al escocés Lago Ness, efectuó Crowley una oscura invocación que tuvo la imprudencia de dejar a medias y de ese conjuro nació el mítico y escurridizo monstruo Nessie; que si era un contraespía nazi y sus excursiones montañeras eran en realidad una treta para obtener información para los alemanes; que si de igual manera le daba al hachís que a la cocaína que al éter y que fue él quien inició a Aldous Huxley en el peyote; que si fue el causante de la pretendida maldición de Led Zeppelin (asumido el fanatismo hacia Crowley del líder de la banda de rock, su pacto con la Bestia Aleister habría sido el causante de los tres accidentes de coche de Robert Plant, del fallecimiento de su hija, de la caída mortal de su musa y hasta del final del grupo acelerado por la muerte de su batería John Bonham tras beber cuarenta chupitos de vodka en lugar de quedarse en los treinta y nueve recomendables); que si que si fue gurú de los Beatles y por eso en la portada del disco Sgt. Pepper Lonely Hearths Club Band, aparecido exactamente veinte años tras la muerte de Crowley, la efigie del mago anima la psicodelia de los escarabajos... Escarabajeando, que es gerundio.
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