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Fernando Alonso
Martes, 18 de junio 2019, 20:14
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Recuerdo que mi padre me llevaba siempre muy temprano, nada más abrir, porque en Denis siempre había mucha gente esperando a que la atendiesen. Cuando era niño me aupaba para que cogiera un libro infantil que colgaba del un largo cordel, pendiente de la barandilla de la entreplanta. También era usual ver a Jorge Denis volviendo de la trastienda mientras golpeaba en su costado suavemente el libro que le habían solicitado, por si tuviera algo de polvo. De pequeño lo que más entusiasmaba era la sección de papelería con las gomas Milán, los rotuladores Carioca, los lápices Alpino, los plumieres de madera barnizada y, sobretodo, ese peculiar y maravilloso olor a papel y a tinta que tenían todas las papelerías de nuestra infancia, cuando todavía había papelerías. Librería Denis revolucionó el comercio del libro en Málaga.
Los libros de Austral, con sus portadas de colores, ocupaban una estantería muy grande a la derecha de la puerta. Estos eran de los pocos libros que estaban al alcance de público, porque Denis era una librería de las de mostrador, a la antigua usanza. Fue fundada en 1949 por Juan Denis Zambrana, que ya tenía una larga experiencia en el comercio del libro. Había nacido en 1911 en el Valle de los Galanes, situado entre los arroyos Jaboneros y Pilones. Desde muy joven, ya en los años 20, empieza a trabajar en la imprenta Zambrana, propiedad de un tío suyo. Esta era una de las mejores imprentas que había en Málaga a principios del siglo XX y editaba unas reconocidas guías de Málaga que hoy son una joya. En este negocio el joven Juan Denis no trabajó mucho tiempo, porque pronto fue contratado por otra imprenta prestigiosa: La Ibérica. Allí se convertiría con el paso de los años en el encargado de la sección de papelería y en la mano derecha de su propietario, Salvador González Anaya, que lo llamaba en sus novelas con el cariñoso remoquete de Juanito.
En esta librería Juan Denis conoció a su mujer, Dolores Zambrana Delgado. Lola estaba pasando unas vacaciones de verano en Almería, cuando una avioneta arrojó unas octavillas con la publicidad de unos libros de la carrera de magisterio, libros que se vendían en la Librería Ibérica según decía el folleto, que también había sido impreso en Ibérica. Cuando a la vuelta de sus vacaciones Lola fue a la librería a comprar los libros, comentaron los dos la coincidencia del apellido y pronto se hicieron novios. Eran los años de la Segunda República. Ella estudió magisterio y ejerció toda su vida su profesión, llegando a ser maestra de maestras, como a Lola le gustaba decir, puesto que impartía las prácticas a las futuras maestras. Ella misma publicó una Antología Poética, que le había sugerido el catedrático de pedagogía Gil Muñiz, y unas cartillas escolares. Ambas las utilizaba en clase con sus alumnos y fueron publicadas por la Editorial Denis.
Juan Denis y Dolores Zambrana se casaron el 17 de marzo de 1938 en la iglesia de San Pablo, y tuvieron seis hijos: María Dolores, Trinidad, Juan José, José Luis, Jorge y Jaime. Juan Denis era de carácter inquieto y de espíritu curioso. Muy trabajador, amante de los deportes y de la caza (llegó a ser presidente de la Asociación de Cazadores de Málaga), practicó el fútbol y el ciclismo. Tenía en su casa un magnífico huerto, en el que no faltaba nunca una sabrosa verdura de temporada, al que rodeaban un sinfín de árboles frutales y flores que cuidaban con esmero Juan y Dolores. Y es que Juan Denis llegó a construirse a lo largo de su vida dos casas y era él mismo el que indicaba al arquitecto donde tenía que ir todo y cuando este le decía que algo no podía ser así, Juan siempre le contestaba: «pues habrá que hacer algo para que así se pueda hacer». Como comerciante tenía una gran visión de futuro y llegó a comprar el local de su librería e incluso todo el edificio, en unos tiempos en los que otros comerciantes no pensaban en tales compras, pues pagaban alquileres asequibles.
Fue Lola la que empujó a Juan a tomar la decisión trascendental de abrir su propia librería y establecerse por su cuenta, para lo cual contó con la generosa ayuda de un familiar, Enrique Matarredona Zambrana, propietario de una imprenta, que aunque residía en México pasaba temporadas en Málaga. Fue en el verano de 1949 y conservamos una fotografía tomada justo antes de su inauguración. Librería y Papelería Denis abrió sus puertas en la calle Santa Lucía gracias a José Valero, propietario de una conocida camisería en la calle Granada, quien avisó a Juan Denis de que había cerca de su tienda un local disponible.
Pronto la librería se hizo muy popular, gracias a la gran capacidad de trabajo de sus propietarios y a su saber hacer. Podemos afirmar que durante décadas fue la mejor de Málaga por la amplitud de su fondo editorial, que ofrecía libros de prácticamente todas las materias y disciplinas, desde el derecho hasta la medicina, pasando por los libros técnicos de variadas materias, que eran muy difíciles de encontrar en otras librerías. Para poder satisfacer a todo su público, la librería llegó a tener hasta diez dependientes. Recordemos a Agustín Denis Zambrana, Francisco Rivas, Antonio Rivas, Antonio Antúnez, Brígido Serrán, Francisco Jiménez Triviño, entre otros.
Denis creó su propia editorial y publicó entre otros títulos los libros de Antonio Gil Muñiz, que eran solicitados en las facultades de magisterio de toda España: Didáctica, Teoría de la Educación e Historia de la Pedagogía, todos ellos impresos en Gráficas San Andrés. La librería aprovechó la cercanía de la Escuela Normal de Magisterio, situada en el calle Rodríguez Rubí, bocacalle de la plaza de la Constitución. De hecho, una de la especialidades de la librería era la de los libros de texto. Tenían los de todos los colegios y los de todas las facultades malagueñas. Uno de los hijos de Juan Denis, Jorge Denis Zambrana, con quien converso en amena charla y quien me cuenta multitud de anécdotas relacionadas con la librería, recuerda el impacto que supuso para la librería la apertura en 1965 de la Facultad de Económicas en Málaga. Al poco de abrirse la librería empezaron a trabajar con su padre José Luis (a principios de los años 60) y Jorge (hacia 1964). Por aquellos años eran ellos mismos o su padre quienes llevaban y recogían personalmente los paquetes en la oficina de correos del Paseo del Parque, puesto que no existían aún las empresas de mensajería.
Como era la mejor surtida de Málaga, pronto fue frecuentada por conocidos y famosos. Hemingway estuvo en ella y pidió uno de sus propios libros traducido al español por la editorial Plaza y Janés, en la colección Reno. Manuel Alvar López, Director de la Real Academia de Lengua y que dirigía los cursos de verano para extranjeros de la Universidad de Málaga, cuando veraneaba en Málaga era cliente asiduo de la librería e incluso la utilizaba como una especie de cuartel general para descansar de sus compras en el Centro. También eran asiduos a la librería su mujer Elena Ezquerra y su hijo Manuel Alvar Ezquerra, catedrático de lengua española de la Universidad de Málaga.
Otro ilustre cliente fue Alfonso Canales, uno de los mejores poetas que ha dado Málaga en el siglo XX. De él me cuenta Jorge Denis que en cierta ocasión les pidió un libro que él llevaba mucho tiempo intentando conseguir sin resultados, editado por la Universidad Autónoma de México. Le ahorraré al lector las innumerables gestiones y peripecias que hizo Jorge para encontrar un ejemplar. El caso es que lo consiguió. Al llamar a Alfonso Canales a su despacho del Obispado la respuesta del bibliófilo fue contundente: «le voy a pedir, por favor, que no se separe del libro hasta que yo llegue». Desde entonces, Alfonso Canales se hizo cliente fiel de la librería.
Otros clientes destacados de la librería fueron el obispo Emilio Benavent (al que Jorge recuerda sentado en el sillón de la librería), Manuel Alcántara, José Mondéjar (catedrático de lengua de la Universidad de Granada), Cristóbal Cuevas, Rosario Camacho (ambos catedráticos de la Universidad de Málaga), Ángel Caffarena, el doctor Gustavo García Herrera, el pintor Fermín Durante, Manuel Blasco, Manuel del Campo, Rafael Pérez Estrada, Jaime Díaz Ritwagen, Fernando Vizcaíno Casas, Teodoro León Gross, el farmacéutico Modesto Laza Palacio, su hermano Manuel Laza Palacio (profesor de latín y de literatura en varios colegios, de imperecedero recuerdo para muchos malagueños); el exalcalde republicano Emilio Baeza Medina, José María Requena; el administrador de la Azucarera, Rafael Wallace, José María Sánchez Silva, autor de Marcelino, pan y vino, etc, etc. Somos conscientes de que nos olvidamos muchos nombres, pero la lista sería interminable.
Entre los libros más vendidos, además de los libros de texto, sobresalieron los de bolsillo: los de la colección Austral, especialmente los editados en Argentina; los del Fondo de Cultura Económica, los de Plaza y Janés, los de la colección de bolsillo de Alianza y, en los últimos tiempos, los de Cátedra. También fueron éxito de ventas los Premios Planeta o los tomos de obras completas, editados en papel biblia por la editorial Aguilar. Además se dedicaban a la venta de libros extranjeros y de importación, fundamentalmente de Inglaterra, Francia y Alemania, parte del negocio que gestionaba personalmente Pepe Denis, que llegó a visitar en algunas ocasiones la Feria Internacional del Libro de Frankfurt. En una época en la que no existían los ordenadores, Pepe y Jorge Denis se sabían de memoria dónde estaba cada libro en su librería. Solo cuando alguno de sus clientes les solicitaban un libro muy específico, recurrían a la guía del ISBN, que desde los años 70 editaba el Instituto Nacional del Libro y que recogía la totalidad de los libros publicados en España.
En 1985 Manuel Alcántara hablaba así, con su peculiar estilo, de la Librería Denis:
Llevo una lista de libros y Denis me los encuentra todos. Unos estaban en la librería y otros fuera, pero está bien que haya libreros que sepan lo que se traen entre manos, aunque en ese momento no lo tenga a mano.
El profesor Antonio Garrido Moraga vivía en la calle Nosquera y había frecuentado mucho la Librería Denis. Cuando ésta ya estaba cerrada nos la recuerda de la siguiente manera:
«Cuando ando por la calle Santa Lucía me voy derecho a la librería que más he querido, la que ya no existe en realidad, con la esperanza vana de que las plumas y los libros me saluden desde los escaparates, con la esperanza de echar un rato de charla con Jorge y que me diga que acaba de llegar ese diccionario recién salido y que estoy deseando analizar. Denis es mi librería porque es a la que mi padre me llevaba de la mano para descubrirme el mundo más maravilloso, el más sugestivo, el que más felicidad me ha dado y me da, el mundo de los libros».
Denis solo estuvo abierto cuatro días del siglo XXI: cerró el 7 de enero de 2001. Las dos almas y artífices del éxito de la Librería Denis murieron poco después. Lola en 2003 y Juan Denis en 2006.
Nota: Este texto pertenece al libro 'Comercios malagueños que dejaron huella', de Fernando Alonso, que estará en librerías el próximo otoño
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