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El curioso origen del día bisiesto

Tribuna de la Historia ·

¿Por qué se añade en febrero y no el 31 de diciembre? Las pistas sobre ello nos remontan a la nula capacidad científica de uno de los gemelos fundadores de Roma

Luis Felipe Romero

Sábado, 29 de febrero 2020, 00:29

Segundo sexto-calendas, o bis-sexto-kalendas. Es el nombre del día con el que Julio César decidió corregir los desajustes del calendario debido a que la duración del año solar no es de 365 días exactos, sino de alrededor de seis horas más. Pero, ¿por qué el día sexto? ¿qué son las calendas? ¿Y por qué se añade en febrero y no el 31 de diciembre? En las próximas líneas intentaré darles algunas pistas sobre los confusos orígenes del día bisiesto, que nos remontan a la nula capacidad científica de uno de los gemelos fundadores de Roma.

  1. La duración del año terrestre

366,255936 días siderales es lo que duran los años en nuestro planeta, y no, no es una errata, porque el día sideral es lo que tarda la tierra en dar una vuelta sobre sí misma, según la perspectiva de un observador externo al sistema solar. Sin embargo, desde el punto de vista del Sol, y teniendo en cuenta el sentido de la rotación y de la traslación, el día solar medio (el de toda la vida, vamos) es algo más largo, y por eso damos una vuelta completa alrededor del Sol (año) en 365 días, seis horas, 9 minutos y alrededor de 10 segundos. Y son precisamente esas seis horas de diferencia (que cada cuatro años se convierten en un día completo) las que unificó Julio César en el segundo día sexto de las calendas, que habría que añadir cada cuatro años por orden imperial.

  1. ¿Y por qué en febrero?

Esta es la pregunta más fácil. Porque es cuando finaliza el año… romano. Es muy probable que, desde su infancia, se diera usted cuenta de que los prefijos de los nombres de los meses de sept-iembre (7), oct-ubre (8), nov-iembre (9), y dic-embre (10) no se corresponden con el orden actual de los mismos. El motivo es que, para los romanos, marzo (el mes de Marte) es el primer mes del año, y su primer día (kalendas) es su día de año nuevo, siendo febrero, en consecuencia, el último mes del año.

  1. ¿Qué significa sexto calendas?

Los romanos utilizaban con mucha frecuencia la cuenta atrás para determinar un acontecimiento del almanaque, como también lo hacemos nosotros para referirnos a un evento deseado. Faltan siete días para mi cumpleaños, o como dirían ellos, ya falta un solo día para las calendas de marzo (primum dies kalendas martias = 28 de febrero). Y fue el sexto día antes del primero de marzo (el 23 de febrero) aquél que debía repetirse cada cuatro años para corregir el desajuste del ciclo anual. Es decir, cada cuatro años, ellos tenían su 23 de febrero, para celebrar a continuación el día 23bis.

  1. ¿Por qué el sexto, y no el primum?

Lo lógico es que fuera el 28 de febrero, último día del calendario romano, el que debía ser continuado por el 28bis en un año bisiesto, pero no fue así. Y es aquí cuando tenemos que remontarnos a la fundación del imperio. Rómulo debía ser muy bueno blandiendo el gladius, pero como científico debió ser un auténtico desastre. A él se le atribuye el calendario romano primitivo, en el que el año tenía 10 meses (de entre 29 y 30 días); que empezaba con el mes de Marte, y terminaba con el equivalente a diciembre. Además, sólo sumaba 304 días en total. Un auténtico desastre, vamos. Lo de naranjas en agosto y uvas en abril —que cantaba nuestro Javier Ojeda—, en aquellos primeros años de Roma debía ser bastante habitual, con tal desbarajuste en el almanaque. Numa Pompilio, el sucesor de Rómulo, corrigió parcialmente la chapuza, añadiendo los meses de Januarius (por el dios Jano) y Februalia. Este último mes, el de la purificación, tiene curiosamente la misma raíz que la palabra fiebre, que en aquella época se consideraba elemento necesario para la purificación del cuerpo enfermo.

  1. Mercedonius, mensis intercalatis

El calendario de Numa Pompilio ya tenía 355 días, y su mes de febrero, 28 días. Poco tardó en darse cuenta de que aquello tampoco funcionaba, así que encargó al Pontifex Maximus (el jefe de los sacerdotes) la tarea de agregar eventualmente, y de forma arbitraria, un mes número trece (Mercedonius). Pues bien, a este pontífice se le atribuye que el mes mercedonio, se insertara entre el 23 y el 24 de febrero, «por la cara». Al parecer, lo decidió así por simple nepotismo.

  1. Y Julio César puso orden en el orbe

Imagínense el descontrol del calendario con el que se encontró Julio César. Después del 23 de febrero, cada tres o cuatro años, venía el 1º de mercedonio. Y tras el 22, o a veces, el 23 de mercedonio, se volvía a febrero, el 24, o quintum kalendas martias. Con el buen asesoramiento de los astrónomos, pero intentando a la vez no romper con las tradiciones, el emperador decidió que los meses fueran más largos, haciendo innecesario el decimotercer mes. Pero como era necesario añadir un día cada cuatro años, decidió que este día ocupara el mismo lugar del mes mercedonio, siendo bautizado como el bis-sexto dies ante kalendas martias. O día bisiesto, que posteriormente el papa Gregorio XIII retrasó al actual 29 de febrero.

A pesar de ello, aún quedaban un desfase de 9 minutos y unos 10 segundos cada año, que, tras acumularse durante 1500 años, se convirtieron en 9 días. Pero esa es otra historia…

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