ÑITO SALAS

El crimen de Lucía Garrido vuelve a juicio quince años después: «La asesinaron porque sabía demasiado»

Las acusaciones mantienen que el exmarido de la víctima y otro hombre, supuestamente fue contratado como sicario, trazaron un plan para terminar con la vida de la mujer en la finca en la que residía de Alhaurín de la Torre

Lunes, 23 de octubre 2023, 20:13

Han pasado quince años y cinco meses desde que el cuerpo de Lucía Garrido fue hallado sin vida flotando en la piscina de la finca Los Naranjos, en la que residía junto a su hija, en Alhaurín de la Torre. Este lunes, después de que el TSJA ordenase anular parcialmente el veredicto y la sentencia por el juicio que ya se celebró del caso en 2019, se ha conformado el nuevo jurado popular que se encargará de enjuiciar a los dos acusados: al exmarido de la víctima y al presunto sicario que supuestamente acabó por encargo con la vida de la mujer.

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Tanto la Fiscalía como las acusaciones particulares -que representan a la hija de la víctima, a la madre y a sus hermanos- piden 25 años de prisión para la expareja de Lucía Garrido, ya que consideran que actuó como cooperador necesario del asesinato y que, en este caso, concurre la agravante de parentesco. Para el otro individuo reclaman una pena de 23 años y medio como supuesto autor material del crimen.

Las acusaciones, según han hecho hincapié este lunes en su exposición ante el jurado, están convencidas de que Lucía fue asesinada el 30 de abril de 2008 porque «sabía demasiado» y se había convertido «en una amenaza» para las supuestas «actividades ilícitas» que su exmarido llevaba a cabo en la finca en la que ella residía, relacionadas con «el tráfico de ilícito de especies de fauna protegida o la ocultación de drogas que le eran confiadas por organizaciones de delincuentes».

En este sentido, el representante del Ministerio Público ha matizado que hubo dos móviles que explican el crimen: el primero de ellos sería de tipo personal, por «el odio» que presuntamente sentía el exmarido hacia la mujer, a la que habría maltratado durante la relación y posteriormente, además de intentar expulsarla de la casa sin que ella hubiera aceptado sus ofertas o sucumbido a las coacciones. El segundo, ha incidido, era de carácter económico, ya que Lucía Garrido hacía peligrar su «fuente oculta de ingresos».

Al respecto, el fiscal ha subrayado que la víctima estuvo sometida a amenazas y a fuertes presiones en sus últimos meses, lo que provocó que llegase a perder 25 kilos y que empezase a tener «actitudes inquietantes y muestras de inestabilidad». De ahí que, presuntamente, fuera catalogada por su exmarido y por personas del entorno de éste como «un peligro inasumible que había que eliminar», tras lo que presuntamente se planeó su crimen con la contratación de un sicario.

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Como explica el Ministerio Público en su escrito acusatorio, el exmarido de Lucía Garrido temía que ella denunciara sus actividades ilícitas y la solución, acordada supuestamente con individuos con los que mantenía estos negocios -y que no están procesadas en esta causa-, fue la de terminar con su vida. Presuntamente, estas terceras personas mantuvieron una reunión en Torremolinos con el segundo encausado, quien formaría parte de una banda de delincuentes, a quien habrían contratado para que ejecutase el asesinato.

Así, según las acusaciones, el día 30 de abril de 2008 Lucía Garrido llegó en coche a la finca de Los Naranjos, donde le esperaba oculto este acusado. El hombre supuestamente se acercó a ella por la espalda en el momento en que la mujer se disponía a abrir la puerta de la casa y la golpeó en la cabeza con un ladrillo macizo. Luego la arrastró a la piscina y la lanzó a su interior, provocando que falleciera por ahogamiento, pese a lo que se aseguró de su muerte clavándole un cuchillo en el cuello.

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Según han mantenido tanto el Ministerio Fiscal como los representantes de la familia, el encausado cometió un «pequeño error» que impidió que el crimen quedara impune: olvidó en el lugar, tras la tinaja de la piscina, la llave que supuestamente le había proporcionado el exmarido de Lucía Garrido para que accediera al inmueble, siendo la misma localizada por la policía en el escenario del crimen. Meses después, se hallaron restos de ADN del procesado en la prueba.

Del mismo modo, han insistido en que la expareja de la víctima creía que quedaría impune dada sus relaciones con «guardias civiles corruptos» y a los viajes que realizó el día del asesinato para asegurarse una coartada.

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Juicio anulado

En esta primera sesión, las acusaciones han incidido en que es la segunda ocasión en que los procesados se sientan en el banquillo por el crimen de Lucía Garrido, pero «no se les va a juzgar por segunda vez». En este sentido, han explicado que, pese a que fueron declarados inocentes por otro jurado popular en 2019, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) anuló parcialmente el veredicto y la sentencia en 2020 y únicamente mantuvo las absoluciones para otros dos investigados, que eran guardias civiles.

El Alto Tribunal andaluz tomó esa decisión tras apreciar defectos en el procedimiento de deliberación y votación del jurado respecto a los dos acusados. Según se exponía en dicha resolución, se había detectado «un defecto insubsanable que determina su nulidad». Concretamente, aludió a que hubo dos puntos del veredicto en los que no se alcanzó ninguna de las mayorías legales para declararlos probados o no probados, lo que provocó lo que se denomina en el argot judicial un jurado colgado y, por lo tanto, «unas absoluciones indebidas».

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En el caso de Lucía Garrido, el TSJA afirmó que el jurado tendría que haber seguido deliberando hasta alcanzar alguna de las mayorías exigidas legalmente y así hasta tres veces, de modo que si tras esta tercera devolución «siguieran sin obtenerse las necesarias mayorías», el jurado debería disolverse y convocarse juicio oral con un nuevo jurado.

Niegan su participación

Los letrados de la defensa de los dos encausados tendrán mañana su turno para dirigirse al jurado popular antes de que den comienzo las declaraciones de los investigados. No obstante, en esta primera sesión se hizo lectura de sus escritos, en los que reclamaron la libre absolución de sus patrocinados.

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De acuerdo con el informe de la abogada del exmarido de Lucía Garrido, el hombre no guarda relación con el crimen de la mujer y tampoco tenía relación alguna con el segundo procesado, con quien no se reunió para acordar el asesinato. Además, el día de los hechos se encontraba lejos de Alhaurín de la Torre.

La letrada, nada más iniciarse el juicio, ha expresado que el acusado no quiere que ella se encargue de su defensa, lo que ya la jurista ha comunicado al Colegio de Abogados de Málaga. «Ni siquiera me ha dirigido la palabra», ha explicado la jurista.

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A juicio de las acusaciones, se trata de una argucia para suspender la vista y dilatar su celebración, aunque esta cuestión ya ha sido resuelta por el magistrado de la Audiencia Provincial: «No procede suspender el juicio porque aquí no solo entran en cuestión los intereses de su defendido, también el del resto de las partes».

La defensa del segundo hombre también solicitó su absolución al considerar que ni conocía a la víctima ni a su exmarido y que no tenía motivo alguno para participar en el asesinato. Además, ha señalado que el día del crimen coincidió con la fecha en la que él se presentó al examen del carnet de conducir, por lo que no podía estar en ambos sitios a la vez.

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Este martes está previsto que continúe el juicio con las declaraciones de los dos procesados como supuestos autores del asesinato de Lucía Garrido.

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