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El unicornio justiciero

Un colmillo de narval expuesto en el Fishmongers' Hall permitió a su cocinero polaco acorralar al terrorista del Puente de Londres

isabel ibáñez

Lunes, 6 de enero 2020, 15:39

Y el héroe, empuñando con firmeza el enorme cuerno de unicornio pese a las heridas que afligían su cuerpo, como un valiente espadachín se abalanzó sobre el villano que masacraba inocentes con dos enormes cuchillos y lo que parecía un mortífero cinturón. No se llama Ulises sino Lucasz y es un cocinero polaco, aunque su intervención de hace unos días en el Puente de Londres recuerda bastante a la 'Odisea', con el protagonista clavando el afilado palo en el único ojo del cíclope Polifemo para dejarlo indefenso... Aquí, Lucasz empleó un arma casi mitológica, un colmillo de dos metros de narval, un cetáceo también llamado 'unicornio marino'. Pero, ¿de dónde sacó tal instrumento?

Lucasz, del que no se han facilitado más datos por su propia protección, recibió el alta hospitalaria de las cuchilladas sufridas en la mano durante la refriega. Trabaja en la cocina del Fishmongers' Hall, toda una institución, un edificio monumental junto al Puente de Londres que es la sede de la Compañía de Pescadores. Se ha hecho aún más famoso porque allí se celebraba la conferencia organizada por el Instituto de Criminología de la Universidad de Cambridge sobre rehabilitación de delincuentes que contaba con la presencia de funcionarios y exconvictos. Entre estos últimos estaba Usman Khan, el terrorista que apuñaló a varias personas –dos de las cuales fallecieron– antes de ser abatido a tiros por policías que creyeron que iba a detonar un cinturón de explosivos que resultó ser falso.

Fue en el Fishmongers' Hall donde se inició el ataque y Lucasz enseguida se percató de las posibilidades que ofrecían los colmillos de narval que flanqueaban una de las puertas del edificio. Arrancó uno y se encaminó hacia el atacante; otro de los trabajadores de la institución, Andy, se hizo con un extintor. En las imágenes grabadas puede vérseles encarando al terrorista, ya en el puente, junto a otros ciudadanos.

Un cetáceo amenazado

El narval, un cetáceo de la familia de las belugas, habita en el Océano Ártico y el Atlántico Norte. Lo hace tan especial ese colmillo retorcido sobre sí mismo en forma helicoidal que tienen los machos y que puede llegar a medir dos metros y pesar diez kilos. Aunque quedan cientos de miles de ejemplares, está catalogada como especie amenazada, cada vez más acorralada por la caza, la contaminación y los barcos que empiezan a surcar las nuevas rutas al descubierto en el Polo Norte por el deshielo causado por el cambio climático. Este mamífero puede sumergirse a grandes profundidades, como el cachalote, y se cree que utiliza su cuerno para golpear a los peces y dejarlos aturdidos antes de lanzarse a devorarlos. El apéndice tmbién parece tener alguna función reproductiva: cuanto más largo, más apreciado por las hembras. Los vikingos comerciaban con ellos haciéndolos pasar por piezas de unicornio. Hace unos años, uno alcanzó un precio de 36.000 libras (42.000 euros) en una subasta.

El jefe ejecutivo del Fishmongers' Hall, el comodoro (un mando de la Armada) Toby Williamson, elogió en una entrevista a la BBC la valentía de Lucasz y Andy: «Hubo un grito, hubo sangre. Al principio la gente pensó que era un simulacro. Son dos de los hombres más humildes que conozco, pero en el calor del momento las personas hacen cosas extraordinarias. Estoy muy orgulloso de conocerlos», dijo emocionado.

Lucasz recibirá de manos de la Policía la Medalla al Sacrificio y al Valor. En Gran Bretaña todo el mundo ha quedado impactado: «Si un chef polaco que ataca a un terrorista con un cuerno de ballena no puede unir nuestro país, no sé qué puede lograrlo», dice un opositor al Brexit. Al historiador Guy Walters le ha tocado muy hondo: «Hay algo muy británico en luchar contra un terrorista con algo tan surrealista como un colmillo de narval».

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