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Remedios caseros para mantener las plantas libres de plagas

Remedios caseros para mantener las plantas libres de plagas

Las propiedades insecticidas y fungicidas de la lavanda, la ortiga o el ajo son ejemplos de la alternativa ecológica para combatir enfermedades sin necesidad de recurrir a fitosanitarios

Pedro García

Málaga

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Lunes, 27 de febrero 2023

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Se aproxima la primavera, y con la subida de temperaturas, la época de mayor desarrollo y floración de las plantas del balcón y el jardín. Inevitablemente, esta lleva aparejada la irrupción de plagas de insectos, ácaros, orugas y limacos que, para alimentarse, no solo debilitan las hojas y tallos de los cuales se nutren, sino que además pueden causarles daños irreversibles. Para evitarlo, es preciso proteger las plantas con repelentes que las mantengan fuera del alcance de estos voraces invasores. Como alternativa a los habituales pesticidas químicos para atajar las plagas, una vez conozcamos las propiedades insecticidas y fungicidas de determinadas plantas y cómo combinarlas con otros ingredientes habituales en la despensa y el botiquín, podremos elaborar en casa nuestros propios preparados ecológicos –igualmente eficaces– sin mayores riesgos para nuestra salud.

Tradicionalmente, los productos fitosanitarios vinculados a la agricultura se han erigido también en el principal medio para preservar el jardín. Sin embargo, las advertencias de la organización Mundial de la Salud (OMS) en los últimos años sobre los peligros que representa para el hombre la exposición a determinados plaguicidas ha propiciado restricciones en su comercialización y que cada vez más personas se decanten por alternativas naturales.

Afortunadamente, dentro del reino vegetal existen especies que para defenderse del ataque de parásitos y hongos han desarrollado sus propios 'insecticidas'. Es el caso de plantas del huerto como el ajo, el tomate o el cilantro; del jardín, como la lavanda, la caléndula, el tagete, la capuchina o la menta, y silvestres como la ortiga, la manzanilla o el tomillo. Su uso, en mezclas diluidas con aceites naturales, alcohol o agua y aplicado con pulverizadores o espráis sobre ramas y hojas se ha revelado como un método eficaz y ecológico para poner en jaque a esos destructivos depredadores que amenazan a nuestras plantas. A continuación, desarrollaremos cuáles son las principales plagas y cómo abordarlas de una manera sencilla y económica:

Pulgones y ácaros

Las plagas más comunes

Fumigar dos veces por semana con un preparado de jabón potásico, agua, ajo y vinagre

Pulverizador

Vinagre

Neem disuelto

Ajo

Lavanda seca

Pulgones

Pulgones y ácaros

Las plagas más comunes

Fumigar dos veces por semana con un preparado de jabón potásico, agua, ajo y vinagre

Vinagre

Pulverizador

Neem disuelto

Ajo

Lavanda seca

Pulgones

Pulgones y ácaros

Las plagas más comunes

Fumigar dos veces por semana con un preparado de jabón potásico, agua, ajo y vinagre

Vinagre

Pulverizador

Ajo

Neem disuelto

Lavanda seca

Pulgones

Pulgones y ácaros

Las plagas más comunes

Fumigar dos veces por semana con un preparado de jabón potásico, agua, ajo y vinagre

Vinagre

Pulverizador

Ajo

Neem disuelto

Lavanda seca

Pulgones

Son dos de las plagas más comunes en primavera. Los diminutos áfidos, cuyas variedades más comunes son de color verde, blanco o negro, actúan sobre los brotes nuevos causando deformaciones de las hojas y los extremos de las ramas de árboles y plantas. Ello puede incluso llegar a condicionar su futuro desarrollo.

Uno de los métodos más sencillos para combatir estos insectos es mezclar unos 30 gramos de jabón potásico natural –que se puede adquirir en supermercados–, con un litro de agua. A esta mezcla se le puede añadir entre tres a cinco dientes de ajo (se pueden hervir previamente en agua si se prefiere) y un chorro de vinagre. Después hay que dejarla reposar entre uno o dos días y colarla antes de su aplicación. Se puede repetir la fumigación dos veces por semana hasta que desaparezcan los parásitos. Si se busca mayor efectividad, se pueden añadir algunas flores secas de lavanda, que es un repelente natural de estos insectos.

También es efectivo contra los pulgones el pudín de ortigas, cuyo alto contenido en sílice y ácido fórmico actúa igualmente como abono natural para todo tipo de plantas y sirve además como fungicida contra el mildiu y el oídio, muy comunes entre los rosales en las estaciones cálidas. Los preparados han de guardar una proporción de 100 ml de purín disueltos en 1.000 ml de agua y hay que dejarlos fermentar en una cubeta durante 20 días antes de su aplicación foliar. Es importante desechar la solución días después de dicho periodo para evitar posibles efectos adversos. También se pueden adquirir preparados de pudín de ortigas en distintos formatos en los habituales comercios de plantas y material agrícola.

El aceite de Neem o extracto de Neem, extraído de la Azadirachta indica o lila india, se emplea en medicina natural contra distintos tipos de inflamaciones en el ser humano, pero además sirve como insecticida natural contra parásitos y hongos. Tiene la cualidad de aportar un gusto amargo a la savia, por lo cual se suele usar como preventivo, y se aplica tanto mediante pulverización foliar como en el agua de riego.

Todos estos remedios naturales, igualmente con efecto acaricida, se pueden aplicar igualmente contra el más temido de los ácaros, la araña roja. El ataque de estos diminutos insectos se reconoce por las motas amarillas o pardas que provoca en las hojas de rosales y otras plantas, que se acaban abarquillando y secando. Normalmente, dejan pequeñas telarañas adheridas al reverso de las hojas.

Por último, en el capítulo de prevención contra las plagas de ácaros y pulgones, una buena opción ecológica para mantenerlos a raya es plantar en el centro del jardín otras especies cuyo aroma repele de forma natural a estos depredadores. Es el caso de la lavanda, el tagete o clavel de moro, la menta, la madreselva o el romero. Su aroma los mantendrá alejados de su objetivo.

Cochinilla algodonosa

Una de las más resistentes

Semanalmente, aplicar una solución de agua caliente, alcohol y un chorro de lavavajillas o jabón neutro

Lavavajillas

Alcohol

Algodón

Agua

Cochinilla algodonosa

Cochinilla algodonosa

Una de las más resistentes

Semanalmente, aplicar una solución de agua caliente, alcohol y un chorro de lavavajillas o jabón neutro

Lavavajillas

Alcohol

Algodón

Agua

Cochinilla algodonosa

Cochinilla algodonosa

Una de las más resistentes

Semanalmente, aplicar una solución de agua caliente, alcohol y un chorro de lavavajillas o jabón neutro

Lavavajillas

Alcohol

Algodón

Agua

Cochinilla algodonosa

Cochinilla algodonosa

Una de las más resistentes

Semanalmente, aplicar una solución de agua caliente, alcohol y un chorro de lavavajillas o jabón neutro

Lavavajillas

Alcohol

Algodón

Agua

Cochinilla algodonosa

Se trata de una de las plagas más dañinas y difíciles de combatir, especialmente en latitudes donde predomina el ambiente seco, y afecta a un amplio espectro de plantas, árboles y palmáceas. La cochinilla algodonosa (Planococcus citri) es un insecto succionador de color blanco o pardo y con una cubierta característica de seda algodonosa, bajo la cual depositan los huevos. Suelen asentarse en el envés de las hojas e intersecciones de las ramas, donde están más protegidas de la humedad ambiental y fuera de la vista. No hay plantas conocidas que actúen de una forma eficaz como repelente de las distintas especies de cochinilla, algunas de las cuales también se ceban con las raíces, pero sí existen compuestos alternativos a los fitosanitarios para eliminarlas. Una de las soluciones más eficaces se consigue empapando las zonas afectadas con un algodón mojado en agua caliente, alcohol y un chorro de lavavajillas o jabón neutro. Tras la aplicación hay que asegurarse de que no quede ni un insecto vivo, pues se reproducen con rapidez. El tratamiento, normalmente, se ha de aplicar semanalmente durante un mes antes de que desaparezcan por completo. Es conveniente evitar mojar las hojas con agua durante el riego durante los meses más calurosos para no propiciar su propagación.

Otras soluciones caseras de desigual eficacia pasan por rociar las partes afectadas con vinagre blanco rebajado con agua cada 15 días, aunque los efectos tardan más en apreciarse. El tabaco también se ha revelado como remedio para atajar esta plaga. En este caso, se introducen cinco o seis cigarrillos (desechando el filtro) en agua durante un día entero y se rocían las hojas y tallos afectados con esta solución. También podemos probar las mezclas de aceite de Neem con jabón potásico y las de ajo con vinagre desarrolladas en el apartado del pulgón.

De manera preventiva, intentaremos evitar que las plantas de interior estén situadas al alcance de la calefacción y los excesos de agua en las raíces. En el jardín, trataremos de mojar lo menos posible las hojas durante el riego y nos aseguraremos de respetar una distancia de plantación que asegure el contacto con los rayos del sol durante algunas horas del día y que el aire pueda circular sin obstáculos.

Caracoles y babosas

Sólo dan tregua en verano

Un truco útil es extender en la arena cáscaras de huevo.

Arena de río

Caracoles

Cáscara de huevo

Caracoles y babosas

Sólo dan tregua en verano

Un truco útil es extender en la arena cáscaras de huevo.

Arena de río

Caracoles

Cáscara de huevo

Caracoles y babosas

Sólo dan tregua en verano

Un truco útil es extender en la arena cáscaras de huevo.

Arena de río

Caracoles

Cáscara de huevo

Caracoles y babosas

Sólo dan tregua en verano

Un truco útil es extender en la arena cáscaras de huevo.

Arena de río

Caracoles

Cáscara de huevo

Los caracoles y babosas son moluscos que actúan por la noche arrasando hojas y frutos, por lo que conviene estar vigilantes mientras dure el tiempo húmedo, pues prácticamente solo dan tregua en verano. Sabremos que las incisiones en las hojas de nuestras plantas son obra de estos gasterópodos porque habrán dejado unas inconfundibles estelas de baba a su paso. Existen ciertos trucos que permiten mantener los limacos alejados de las plantas sin recurrir a molusquicidas químicos. Uno de ellos es triturar cáscaras de huevo y extender los trocitos sobre la superficie de la tierra, de modo que cuando se acerquen a ellos se harán daño y optarán por cambiar de rumbo. Como las cáscaras de huevo sirven además como abono natural, se podrán seguir añadiendo a la superficie de la tierra cuanto sea necesario. La arena gruesa de río, aunque no tan efectiva, también sirve por su textura como repelente para los limacos, por lo que se puede extender en torno a las plantas afectadas. Además, favorece el drenaje del suelo. Otro truco de alta eficacia pero a prueba de escrúpulos consiste en colocar por la noche un recipiente de gran tamaño con cerveza en el fondo. Su fuerte olor atraerá a todo tipo de limacos, que a buen seguro amanecerán ahogados en el fondo. La sal gorda, extendida sobre plásticos o platos –para evitar que caiga sobre la tierra–, también tiene un efecto de barrera para los caracoles. Lo mismo ocurre con la ceniza de la madera quemada.

En el capítulo preventivo, la plantación de lavanda, salvia, tomillo, romero, cebolla, geranios, begonias o capuchinas, cuyo olor no soportan, ayudará a mantenerlos alejados de otros vegetales.

Hongos

Oídio y mildiu

Azufre, Neem y fermentaciones de ortiga o de cola de caballo son algunos de los remedios.

Pulverizador

Vinagre

Neem disuelto

Ajo

Lavanda seca

Rosal afectado

Hongos

Oídio y mildiu

Azufre, Neem y fermentaciones de ortiga o de cola de caballo son algunos de los remedios.

Pulverizador

Vinagre

Neem disuelto

Ajo

Lavanda seca

Rosal afectado

Hongos

Oídio y mildiu

Azufre, Neem y fermentaciones de ortiga o de cola de caballo son algunos de los remedios.

Pulverizador

Vinagre

Neem disuelto

Ajo

Rosal afectado

Lavanda seca

Hongos

Oídio y mildiu

Azufre, Neem y fermentaciones de ortiga o de cola de caballo son algunos de los remedios.

Pulverizador

Vinagre

Neem disuelto

Ajo

Rosal afectado

Lavanda seca

El oídio y el mildiu son hongos que se originan en la superficie de las hojas de las plantas y que pueden causarles necrosis y otros graves daños. Para distinguir uno de otro, el oídio produce manchas blancas en la superficie de las hojas y el mildiu, amarillas en la superficie y blancas en el envés. Tradicionalmente, contra estos hongos –a los que coloquialmente se les denomina ceniza– se vienen empleando aplicaciones de azufre en polvo o de sulfato de cobre. Como alternativa menos agresiva podremos elaborar decocciones de manzanilla y preparados de aceite de Neem (una cucharada por litro de agua) y fermentaciones de ortiga o de cola de caballo, siguiendo el mismo procedimiento anteriormente descrito para el pudín de ortigas en el apartado sobre los pulgones.

La leche de vaca, supuestamente porque sus proteínas expuestas al sol propician un efecto antiséptico, se emplea cada vez más en la agricultura ecológica para prevenir el oídio. Para su fumigación se habrá de utilizar tres partes de agua por cada parte de leche y repetir el tratamiento cada diez días. También el bicarbonato de potasio, a razón de una cucharada sopera, otra de aceite vegetal y una gota de lavavajillas neutro disueltos en un litro de agua, se emplea en aplicaciones foliares como fungicida casero de cierta eficacia.

Para prevenir estos dañinos hongos que pueden causar estragos tanto en rosales y parras como en numerosas plantas del huerto en verano, sería adecuado mojar lo menos posible las hojas durante el riego, no abusar de los fertilizantes ricos en nitrógeno, podar ramas entre árboles que hayan crecido en exceso para que penetre el sol y retirar las hojas enfermas que caigan al pie de la planta. Conviene no olvidar que las mariquitas, cada vez menos presentes en el jardín por el efecto de insecticidas y la irrupción de nuevos depredadores, se alimentan de pulgones y de hongos, por lo que son un importante aliado que preservar.

Orugas

Depredadores agresivos

Soluciones de ajo, cilantro u hojas de la planta de tomate pueden ser efectivas contra los gusanos.

Pulverizador

Mezcla de aceite Neem

Colador

Infusión de cilantro

Oruga

Orugas

Depredadores agresivos

Soluciones de ajo, cilantro u hojas de la planta de tomate pueden ser efectivas contra los gusanos.

Pulverizador

Mezcla de aceite Neem

Colador

Infusión de cilantro

Oruga

Orugas

Depredadores agresivos

Soluciones de ajo, cilantro u hojas de la planta de tomate pueden ser efectivas contra los gusanos.

Pulverizador

Mezcla de aceite Neem

Colador

Infusión de cilantro

Oruga

Orugas

Depredadores agresivos

Soluciones de ajo, cilantro u hojas de la planta de tomate pueden ser efectivas contra los gusanos.

Pulverizador

Mezcla de aceite Neem

Colador

Infusión de cilantro

Oruga

Las larvas de los lepidópteros, que incluyen mariposas y polillas, son unos depredadores voraces y altamente agresivos que han de alimentarse sin descanso hasta su metamorfosis. Para poner coto a la acción devastadora de estos gusanos verdes podremos fumigar con soluciones de media cabeza de ajo hervido en un litro de agua, que colaremos previamente antes de esparcirlo. Los alcaloides que contiene la planta del tomate para defenderse de las plagas sirve igualmente como repelente de orugas en un preparado de hojas picadas disueltas en agua que se han de dejar reposar un día entero antes de la fumigación.

El cilantro, que también tiene propiedades fungicidas, sirve como repelente de los gusanos. En este caso, se cocerán varias ramitas durante diez minutos y se pulverizará la planta afectada con esta mezcla una vez se haya enfriado. Los preparados de tabaco, por los alcaloides de la nicotina, y de ortiga, por la sustancia ácida que contienen sus tricomas (pelos urticantes), tienen también un probado efecto pesticida contra las orugas más comunes.

Menos trabajo requiere el uso de pimientos picantes o guindillas cortados en diminutos trocitos y esparcidos sobre la base de la planta, aunque el agua de riego hará mermar su efectividad al cabo de los días. Las cáscaras de huevo machacadas y extendidas en torno a las plantas, al igual que frenan el avance de caracoles y limacos, resultan también eficaces contra las orugas.

La plantación de especies aromáticas como el tomillo, la albahaca (útil además para espantar la mosca blanca de los cítricos), la menta y la hierbabuena (que atrae a las avispas, depredadoras de larvas) ayudarán a prevenir los efectos de esta plaga. La caléndula, la borraja, el tagete y el ajenjo son otras especies silvestres u ornamentales que, plantadas en los márgenes, hacen las veces de cerco para frenar a estos indeseados invasores sin necesidad de recurrir a sustancias químicas que contaminen nuestro entorno ni supongan un riesgo para nuestra salud.

Pero no todo es papel. También hay obras en marcha, como la ampliación del acceso a Alhaurín de la Torre desde la A-7, asumida por el Ejecutivo autonómico tras la falta de respuesta del Gobierno central y que en unos meses pondrá fin a uno de los peores puntos de atascos de Málaga. Además, también se están ejecutando sendos trabajos de ensanchamiento y mejora de la seguridad vial en el tramo de la A-404 que comunica Alhaurín el Grande y Coín o del trazado urbano de la Marbella-Istán (A-7176) entre la antigua N-340 y la A-7. Así se encuentran los trámites en la decena de proyectos que Fomento tiene en cartera.

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