
¿Tu frigorífico hace ruidos raros? Te contamos cuándo debes preocuparte
La OCU explica en una guía aquellos que son inevitables y cuáles, por contra, pueden reducirse siguiendo unas sencillas pautas
Es uno de los electrodomésticos más importantes de cualquier cocina. Y, como tal, no descansa. Trabaja a destajo las 24 horas del día para garantizar que consumimos los productos que entran a casa en las mejores condiciones. Sin embargo, llega el momento en el que nos lanza un aviso en forma de pequeños ruidos. Un SOS que hay que saber interpretar para deteminar si lo que requiere es una mera puesta a punto o, por el contrario, ha llegado la hora de plantear su sustitución por un modelo nuevo. Para aportar luz en esta complicada decisión (que requiere tener una serie de conocimientos técnicos) la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha elaborado una guía. En ella, clasifica los ruidos que podemos considerar «normales» y los que exigen que lres prestemos atención:
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«No te extrañes si escuchas alguno de estos sonidos, pues los frigoríficos se parecen bastante a una orquesta», aclara la OCU. Estos son esos supuestos no preocupantes:
- Clics: cuando el termostato empieza el ciclo de apagado/encendido suele hacer un pequeño ruidito, como un clic. También suena un pequeño clic en los aparatos que cuentan con sistema No frost, cuando empieza o acaba el ciclo de descongelación automática.
- Golpecitos: los cambios de temperatura hacen que las paredes del frigorífico o del congelador se contraigan o dilaten, provocando ruidos al hacerlo. Son normales, no deberían afectar al funcionamiento.
- Zumbidos: vienen del motor y de los ventiladores del evaporador y el condensador, que emiten un ruido al funcionar similar a un zumbido.
- Gorgoteos: cuando el fluido refrigerante circula por las tuberías puede producir un sonido burbujeante.
- Alarmas: muchos frigoríficos emiten alarmas para indicar que la puerta está abierta o que la temperatura ha subido por encima de un determinado nivel. Si escuchas una de esas alarmas, cerciórate de cuál es el motivo y ponle remedio. Si, por alguna razón, necesitas mantener la puerta durante más tiempo y la alarma empieza a sonar, normalmente podrás pararla pulsando sobre su botón.
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Aunque no se pueden eliminar, hay ruidos que sí se pueden reducir con algunas acciones sencillas que recomienda la OCU. ¡Toma nota!:
- Despégalo de las paredes: si es posible, deja unos centímetros de distancia entre el electrodoméstico y la pared, tanto en las laterales como la del fondo. Además de mejorar la ventilación y con ella el rendimiento del aparato, evitará que se oiga la vibración por el contacto con otra superficie.
- Nivela bien las patas: así evitarás que la puerta no cierre bien y se produzca una vibración extra.
- Sujeta bien las baldas interiores y procura tenerlo ordenado: si las baldas no están bien asentadas, pueden producir ruidos. Procura que la comida no toque las paredes, sobre todo, la del fondo.
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- Mantén el frigorífico limpio: es recomendable también por motivos de higiene, no solo para evitar ruidos. La suciedad y el polvo que se acumulan en el ventilador hacen que suene más y también el compresor se pone en marcha más a menudo. Puede pasar que algo se haya caído por detrás del frigo y al estar en contacto vibra y suene.
¿Tienes que cambiar de frigorífico?
Si el ruido es insoportable y has comprobado que tu frigorífico está roto, la solución será comprar uno nuevo. Para saber cuáles son los más sileciosos del mercado ayuda el revisar la etiqueta energética, donde los fabricantes tienen obligación de incluir una medición sobre el ruido, medido en decibelios. Para tener una idea: 40 dB -una cifra que figura en algunos modelos-, es el nivel de una conversación calmada, mientras que los 70 dB es el ruido que puede hacer una aspiradora.
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