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Comprar ropa tras la crisis del Covid-19

Comprar ropa tras la crisis del Covid-19

Las limitaciones de aforo, las estrictas medidas higiénicas y las restricciones en los probadores pueden convertir un momento lúdico en una experiencia «incómoda»

Miércoles, 22 de abril 2020, 12:35

La vuelta a la «nueva normalidad» a la que aludió el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, también afectará al mundo de la moda. La vuelta de los consumidores a las tiendas como una experiencia lúdica llegará. Lo que no se sabe es cuánto tardará.

Tras el decreto del estado de alarma, empezarán a abrir establecimientos y el consumidor se reencontrará de nuevo con las tiendas que frecuentaba. Sin embargo, nada será igual. Es más, ir de compras puede convertirse en algo incómodo, desesperante, incluso, que se evite salvo necesidad extrema. «Nos preguntaremos: ¿A qué hora habrá menos gente? ¿Cuántas personas habrán tocado este jersey? ¿es solidario que esté en esta tienda lo cual hace que los empleados (con mascarillas), estén pasando un riesgo? ¿Habrán desinfectado la tienda en las últimas horas? ¿Ese cliente que está cerca de mí, se desinfectó las manos justo cuando entraba en la tienda?», plantea Laureano Turienzo, fundador y presidente de la Asociación Española del Retail (AER).

Reflexiona en uno de sus últimos artículos (publicado en https://retailnewstrends.me) que los negocios se tendrán que preparar para recibir a un nuevo consumidor, al que se tendrán que adaptar. «Nos podemos encontrar con tiendas de ropa, por ejemplo, con señales de carriles para caminar y de distancias en los suelos, no solo en las líneas de caja. Y por supuesto podemos encontrarnos con que los tiempos para pagar se pueden hacer no solo tediosos, sino muy incómodos. Nos podemos encontrar que, por ejemplo, un consumidor al que no le apetece en absoluto ir a comprar moda con mascarillas y guantes (eso sería como entrar en Tiffany´s en chándal). Nos podemos encontrar con consumidores que cuando suben a sus coches después de salir de nuestras tiendas, estén deseando llegar a sus casas para limpiarse las manos», advierte.

Algo de eso ya está ocurriendo en otros países que empiezan a despertar del letargo del confinamiento. Es el caso de China, donde la apertura de los comercios se ha producido con aforos limitados, controles de temperatura, la prohibición de realizar devoluciones de prendas de vestir.

En Europa, países como Alemania, Holanda y Austria se han sumado en estos últimos días a esa apertura gradual con medidas estrictas para evitar nuevos repuntes de Covid-19. Concretamente, marcas como Mango y Desigual también han reducido aforos, procurando que se respete la distancia social de metro y medio mínimo. También, han reforzado el equipamiento de seguridad para trabajadores y clientes, con mascarillas para los primeros, y guantes y desinfectante de manos para los segundos. Por último, los establecimientos han puesto especial atención en los probadores. Mango los mantiene parcialmente abiertos: uno disponible y otro cerrado para garantizar las distancias de seguridad. Además, ha decidido someter a una pequeña cuarentena de 48 horas a todas las prendas que se prueben o que hayan sido devueltas.

En Desigual, han optado por restringir a una sola persona el acceso a los probadores, que son desinfectados después de cada uso. También, se ha reducido el horario de apertura, de 12.00 a 18.00 horas, y se ha priorizado el pago con tarjeta o móvil.

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