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r.a.
Sábado, 20 de febrero 2016, 18:05
Es un dulce ideal para el desayuno o para la merienda. Solo, con mermelada, mantqeueilla, chocolate o con jamón y queso. El popular croissant es uno de los pasteles más consumidos y emblemáticos en Francia que también se comercializa con éxito en España. Pero, ¿sabes su origen y por qué tiene esa reconocible forma de media luna? Te lo contamos.
Aunque no todo el mundo lo sepa, el croissant -o cruasán como defiende la RAE- no es originario de Francia aunque el país galo perfeccionó la receta original de este bollo de hojaldre en forma de luna hasta hacerla propia y convertirla en una seña de identidad gastronómica del país. El origen de este dulce hay que buscarlo en Viena a finales del siglo XVII, en plena época de batallas imperiales. El poderoso ejército otomano intentaba hacerse con los territorios del imperio austro-húngaro. En el asedio a Viena por parte de los turcos los panaderos vienenses, que trabajaban por la noche, descubrieron algo importante y alertaron al ejército: los turcos estaban excavando túneles bajo las murallas de la ciudad por las noches para entrar sin ser vistos. Esto permitió que los vieneses abortaran el asalto. Tras la derrota turca, el rey de Polonia y Lituania Juan III Sobiesky encargó a los panaderos la elaboración de unos panecillos con la forma del emblema de los turcos -la media luna- que inmortalizaran la victoria. Con este encargo querían simbolizar la victoria cristiana sobre el ejército otomano, cuyo emblema era la media luna.
Esta, al parecer, no es la única historia del famoso cruasán, aunque sí la más aceptada. Por lo tanto, su forma de media luna, es un símbolo religioso recordar una victoria.
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