«Quien me conoce bien sabe que no me importa estar fea, sino que sea arte»

Pequeñita, pero matona. Así es Nefertiti Goddess y así entra por la puerta de Edén Copas, con una mirada desafiante acompañada de un maquillaje increíble para la cita. Es que ella es así, «sexy, extravagante, muy rara y, sobre todo, camaleónica», se define esta drag queen malagueña. Él es Alejandro, un chico criado en el barrio de Cruz del Humilladero, con incontables tatuajes en su cuerpo y que desde hace unos 16 años busca encontrar el arte con su estilismo y maquillaje.

«Y mira que hoy vengo muy señora», apunta Nefertiti mientras se señala a sí misma. Un body totalmente ajustado con algunas transparencias que dejan ver sus tatuajes y acompañado con tiras de cuero y cadenas en la zona del pecho es el estilismo de color verde agua contrasta con su peluca naranja –recortada y diseñada por ella–. Y un 'make up' que no deja indiferente a nadie. «Quien me conozca bien sabe que mi maquillaje es mucho más artístico que este y que no me importa estar fea, lo que realmente quiero es que el conjunto de vestuario, peluca y maquillaje sea un arte», reconoce. «Intento sorprender siempre, que la gente cuando me vea diga: 'Ahhhh pero qué es'».

Sabe que lo que más resalta en Nefertiti Goddes es que es una 'look queen'. «Soy la reina del look, eso es lo que más destaca de mí que, por cierto, yo hago todos los estilismos», asegura. Al igual que había diseñado el de su pareja, Protegida Castro, que estaba junto a ella en esta cita con SIX. Juntas también tienen un dúo artístico llamado 'Las peligro', viven juntas y saben qué es lo que mejor le sienta a cada una.

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Ante la cámara recuerda cómo Alejandro pasó a ser también Nefertiti Goddes, todo «por pura casualidad». «Un grupo de amigos decidimos vestirnos en un Orgullo y al final de la noche me vino el dueño del local para decirme que quería hablar conmigo. Como era la primera vez que me vestía, pensé que ya la había liado o algo, pero lo que quiso fue contratarme como animación», recuerda Nefertiti. Desde ahí ha pasado por momentos inolvidables, de esos que hacen que se ponga el vello de punta, como cuando se alzó con el primer premio en la Gala Drag Queen de Torremolinos en 2018: «Es el día que recuerdo con más cariño y no por ganar, sino porque vi a todas mis compañeras que en ese momento eran rivales gritando mi nombre antes de darme el premio».

Algunas de sus amigas de profesión estaban allí a su alrededor y no se veía mal rollo, al menos a primera vista, aunque Nefertiti ha vivido alguna que otra experiencia amarga entre bambalinas: «No he tenido muchas, suelo llevarme bien con mis compañeras aunque me han desaparecido muchas cosas en los vestuarios... Pero bueno, se las llevará el Ratoncito Pérez», afirma con sentido del humor. El mismo que utiliza para contar una de las peores anécdotas vividas en estos años: «Actúamos en un local de Granada y nos dijeron que habíamos robado, que por eso no nos pagaban. Le pedí que pusieran las cámaras, le dije que iba a llamar a la policía y el tío me cogió del cuello y me levantó una cuarta del suelo», cuenta unos segundos antes del desenlace final. «Cobré, cobré... Sino le meto fuego a la discoteca». Pues eso, Nefertiti Goddes es pequeñita, pero muerde.