La Ruta de Monda-Ojén

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Desde el punto de partida, se abandona el pueblo de Monda por el conocido como Camino de Istán, de tal modo que se va dejando a la espalda el castillo de la Villeta, hoy reconvertido en hotel. Por tanto, el camino, que arranca con un ascenso relativamente suave, se encamina hacia el sur, donde se llegará más tarde al Puerto de Ojén. Hay que tener en cuenta que, pasados los dos primeros kilómetros de recorrido, se llegará a una bifurcación donde se ofrece la posibilidad de ir directamente a Istán. Este itinerario se corresponde con la etapa número 6 de este GR-243.

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El camino discurrirá en paralelo con la carretera A-355 durante los primeros kilómetros. Incluso llega a pasar por debajo de ésta en cuanto se adentra en la antigua carretera de Monda-Marbella, que se aproxima ligeramente a una cantera de áridos, que habrá que dejar a la izquierda. A partir de ahí tocará cruzar la carretera A-355 con mucha precaución para tomar el camino que se dirige hacia el enclave del Juanar. Para ello se atravesará, siempre en subida continua, pero fácilmente asumible, por un espeso bosque que termina en el paraje antes mencionado.

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El Juanar, situado al norte del pueblo de Ojén, es uno de los enclaves montañosos más interesantes de la provincia, gracias no sólo a su irregular y abrupta orografía, sino también a su valor ecológico. Este paraje fue hace dos siglos uno de los refugios utilizados por la emprendedora familia Larios para descansar y practicar la caza. Ahora es una gran finca que tiene su epicentro en un histórico edificio que es actualmente un acogedor hotel.

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Una vez que se ha pasado por el hotel que también lleva el nombre de El Juanar, habrá que seguir durante aproximadamente un kilómetro por la carretera que conduce a la A-355. Eso sí, habrá que hacerlo con mucha precaución, ya que se trata de una vía angosta muy transitada durante los fines de semana. Esta carretera, la MA-469, se abandonará precisamente en el punto más álgido de esta ruta. De esta forma, a partir de ahí comienza un descenso continuo hasta el pueblo de Ojén.

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En el último tramo de esta ruta, de poco más de cuatro kilómetros, habrá que bajar por la conocida como cañada del Cerezal, que pasa junto al área recreativa del mismo nombre. Tras pasar por debajo de la A-355 quedará menos de un kilómetro y medio para llegar al corazón del casco urbano de Ojén. Antes, se podrá disfrutar de bonitas vistas panorámicas de esta villa con el telón de fondo del mar que baña a Marbella.

Este itinerario, que pasa en los primeros metros por una fértil zona agrícola, recorre una gran zona forestal. Se trata de un bosque tan espeso como variado, compuesto por árboles como los pinos carrasco y piñoneros, las encinas, los alcornoques e incluso algunos castaños. Aunque se pueden avistar distintas especies animales durante el recorrido, habrá que prestar especial atención en el trayecto que recorre el enclave del Juanar, conocido precisamente por su fauna. Eso sí, conviene ir en silencio para avistar a algunos de los mamíferos que habitan este bosque. Por supuesto, también habrá que mirar al cielo para ver algunas de las rapaces que tienen en esta zona su hábitat.