Concurrida tarde de traslados en Málaga pese a lo desapacible del tiempo

Málaga volvió a vivir este viernes una histórica jornada de procesiones con los traslados de regreso de las 13 imágenes titulares que han protagonizado durante dos meses en la Catedral la exposición 'El Verbo Encarnado', con motivo del centenario de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa, una muestra que ha superado las 150.000 visitas.

Miles de personas se echaron a la calle para presenciar los cortejos procesionales, muy distintos a los de los traslados de ida de las tallas al primer templo de la diócesis, ya que, en esta ocasión, sí pudieron estar acompañados por hermanos con cirios y formaciones musicales, hasta un total de 16. No obstante, un tiempo desapacible restó lucimiento a estas procesiones, en las que las fuertes rachas de viento han complicado su normal desarrollo.

A las seis de la tarde se iniciaron los traslados para permitir la celebración, a las ocho, de un concierto programado desde hace meses en la Catedral por la Confederación de Empresarios de Málaga. La primera imagen en salir fue la del Nazareno Redentor del Mundo, de la Hermandad de la Mediadora, y la última, una hora y media después, la de Jesús Cautivo, que fue recibido en el patio de los Naranjos entre vítores y repique de campanas en un entorno repleto de público, ya que las calles adyacentes al templo mayor de la diócesis se han ido poblando cada vez más conforme ha ido avanzando la tarde. El Señor de Málaga ha sido una de las imágenes más esperadas por sus numerosos devotos, que han tenido una nueva oportunidad de verlo caminar por la ciudad con el característico movimiento de su túnica blanca, muy agitada por el viento.

En esta zona, para evitar el acople musical, las cofradías estuvieron acompañadas por capillas musicales o coros delante de las andas. Sin embargo, alejadas del radio catedralicio, algunas incorporaron formaciones que cultivan los tres géneros musicales imperantes en la Semana Santa, como han sido los casos del Redentor del Mundo y el Cristo del Amor, que marcharon hasta la parroquia de la Encarnación (Ave María) y el santuario de la Victoria con las bandas de cornetas y tambores de los Gitanos y de la Esperanza, respectivamente. La primera se sumó al titular de la Mediadora en la plaza de la Constitución y la segunda, con el Crucificado victoriano, en la plaza de la Merced.

Por su parte, Jesús de la Misericordia volvió al Perchel con la agrupación musical Virgen de Gracia de Archidona, el Cristo de los Milagros fue con la banda de música de Zamarrilla desde la Rampa de la Aurora, la Virgen del Rocío incorporó a la escuela de música de la propia hermandad al final de la calle Granada para su acompañamiento hasta San Lázaro, y el Señor de Málaga, que salió de la Catedral con quintetos de metales, más adelante ha sumado a la banda sinfónica Virgen de la Trinidad y, posteriormente, a la de cornetas y tambores de la cofradía.

Como si de una procesión magna se tratara, las imágenes han ido saliendo de la Catedral una tras otra. Después del Nazareno Redentor del Mundo ha aparecido El Chiquito. A continuación, se han sumado el Señor de la Puente del Cedrón, la Virgen Reina de los Cielos, el Nazareno de Viñeros, el Crucificado de la Agonía, la Dolorosa de Servitas, acompañada por un coro de cantos gregorianos interpretando letanías en latín y composiciones dedicadas a la Virgen, el grupo escultórico de la Piedad, el Cristo del Amor, que esta vez ha figurado con la Dolorosa de Fernando Ortiz a sus pies y no en andas separadas, como a la ida, la Virgen del Rocío, otra de las tallas más aplaudidas, el Cristo de los Milagros, la Virgen de la Soledad de San Pablo y Jesús Cautivo.

En la puesta en escena de las imágenes en las andas, se observaron variaciones significativas con respecto al traslado de ida. Algunas fueron de un tamaño mayor. Es el caso del Redentor del Mundo, que esta vez sí salió a la calle abrazando la cruz e iluminado por unos pequeños arbotantes cedidos por la Cofradía de la Cena. En el caso del Señor de la Puente, la talla de Miñarro figuró en el trono de traslado de la Cofradía de la Sentencia iluminado por los faroles del Monte Calvario; los Nazarenos de Viñeros y de la Misericordia han lucido sus túnicas de procesión, bordadas, con monte de claveles para la talla de Francisco Buiza, en lugar del risco de corcho, y potencias para El Chiquito; el Cristo de los Milagros ha sido colocado semitumbado en unas andas, que han llevado dos pequeños faroles; el Crucificado del Amor ha procesionado con la Dolorosa a sus pies en un trono más grande, con una reliquia del fundador de la Congregación de los Hermanos Maristas, San Marcelino Champagnat, en el frontal; y la Virgen del Rocío, alzada en su peana de orfebrería, ha estado iluminada por una candelería con seis velas rizadas y amplias esquinas de flores, compuestas por rosas, nardos, dendrobium, algodón y burnia. También ha llamado la atención la rosa roja dispuesta en la parte trasera de las andas de la Soledad de San Pablo, en alusión a la simbología de la 'Rosa del rosal escogida' que Francisco Naranjo reflejó en la peana realizada para la exposición.

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En la presidencia del cortejo de la Virgen Reina de los Cielos figuró el presidente de la Agrupación de Cofradías, Pablo Atencia, acompañado del resto de expresidentes de la entidad de San Julián que aún viven.

Tras abandonar el patio de los Naranjos –en la puerta del templo, despidiendo a las cofradías, se encontraban el deán de la Catedral, Antonio Aguilera, el delegado de Hermandades, Salvador Guerrero, y el hermano mayor de la Archicofradía de la Pasión, Antonio Sánchez Herrera, en representación de la entidad de San Julián–, cada uno de los cortejos tomó el rumbo directo a su sede canónica. Así, un primer grupo, formado por el Redentor, el Señor de la Misericordia, Jesús de la Puente, la Virgen Reina de los Cielos, el Cristo de los Milagros, la Virgen de la Soledad de San Pablo y Jesús Cautivo, han marchado por Duque de la Victoria hacia Santa Lucía –La Puente y la titular de la Agrupación de Cofradías– o Especerías –vía utilizada por las cofradías establecidas en la zona oeste de la ciudad–, mientras que el Nazareno de Viñeros, el Crucificado de la Agonía, la Virgen del Servitas, la Piedad, el Cristo del Amor y la Virgen del Rocío han dejado atrás el entorno catedralicio por San Agustín. Las tres primeras imágenes han buscado sus feligresías por Santa Lucía, la Piedad ha hecho lo propio por Casapalma, camino de Parras, y las dos corporaciones victorianas han utilizado el mismo itinerario para alcanzar su barrio por la calle Granada hacia la plaza de la Merced y la zona de Las Lagunillas, aunque el Amor ha dado el giro hacia la Cruz Verde y la Virgen del Rocío ha seguido por Las Lagunillas para encontrarse en la plaza de la Victoria.

Antes, junto a la parroquia de Santiago, se vivió un momento para el recuerdo. La Virgen del Rocío marchó lentamente cuando la escuela de música de la cofradía ha interpretado la composición 'Rocío del Cielo', del ubetense Cristóbal López Gándara, que se ha estrenado en la calle, seguida de 'La Estrella Sublime', entre lágrimas de algunos componentes de la banda.

Las emociones también estuvieron a flor de piel en la Trinidad, con la Soledad de San Pablo y el Señor de Málaga. Allí tampoco faltaron los aplausos y las lluvias de pétalos de flores.