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Esta semana miramos hacia unos paisajes menos habituales en los que los apasionados del turismo industrial tienen un destino ideal. En esta sección, en la ... que viajamos a alguna de las más de 131 ciudades que están conectadas con vuelos directos desde el aeropuerto de Málaga, facturamos maleta a la que es la tercera ciudad de la República Checa. Volamos a Ostrava, la ciudad monumental de acero que es una referencia en arquitectura industrial y el lugar que acoge los mayores festivales del país, como el célebre Colours of Ostrava, que se celebra en unos antiguos altos hornos. Una oportunidad única porque es la primera vez que Málaga cuenta con esta conexión sin escalas, que será operada durante este verano.
Aerolíneas que vuelan a Ostrava desde Málaga
Compañía Aérea Ryanair
Duración del vuelo Tres horas y media.
¿A qué precios? En una búsqueda reciente, y a sabiendas de que los precios de los billetes fluctúan casi que a diario, es posible viajar el lunes 8 de julio hasta el jueves 11 por 163 euros, ida y vuelta.
Para ir del aeropuerto a la ciudad. Las instalaciones aeroportuarias de Ostrava se ubican en localidad de Mosnov, a unos 23 kilómetros del centro de la ciudad. Se trata de un aeropuerto pequeño, con una sola terminal. Para desplazarse al centro urbano la mejor opción es el tren, cuyo trayecto dura media hora y tiene un coste que va desde los 2,23 a los casi cinco euros. También está la opción de ir en autobús, concretamente la línea 333. Sin embargo, el desplazamiento dura una hora y cuarto.
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Qué comer: La comida típica es contundente y calórica muy vinculada a la tradición minera. Las carnes y la pasta son protagonistas de la gastronomía local en la que destacan platos como el Halusky, a base de fideos y verduras como la col, o el Masak, una tortita de patatas rellena de pollo. Las sopas y las carnes guisadas con vinos moravos son otros de los imprescindibles de la parte gastronómica, en la que es importante poner en valor que te puedes dar un buen homenaje por poco dinero. Tampoco puedes dejar de probar las cervezas locales, como Pilsner Urquel, Radegast, Kenicek.
Dónde comer: La calle Stodolni es el corazón de la ciudad y la calle que nunca duerme. Aquí se concentra una variada oferta de restaurantes y de pubs en los que disfrutar de la fiesta durante la noche. De la oferta de restauración cabe recomendar Scansen, el Astoria o el Stracena Pub. También es una buena alternativa la visita a la fábrica cervecera local Radegast.
¿Qué no te puedes perder?: Ostrava es la capital de la región de Moravia-Silesia, en el noreste de la República Checa, y está considerada la tercera ciudad más poblada del país, con más de 325.303 habitantes. Cerca de la confluencia de los ríos Óder y Ostravice se encuentra una urbe que ha sabido sacar partido a su patrimonio industrial que fue clave durante la revolución industrial por las minas, sobre todo, de carbón, los altos hornos y toda la industria metalúrgica asociada que existió hasta hace pocos años y que frente al abandono de unas imponentes instalaciones ha empezado a transformarlas y reconvertirlos en centros culturales o deportivos con los que se erige como la ciudad monumental del acero. Ostrava es un lugar ideal para quienes les entusiasma la arquitectura industrial, con exponentes como el monumento cultural nacional Dolni Vítkovice, donde desde el año de 1828 hasta 1998 se extraía carbón y se producía hierro a nivel de que sólo el principal alto horno producía a diario en torno a las mil toneladas de acero. Ahora es más que una experiencia recorrerla hasta el punto de entrar en aquella gigante olla que alcanzaba 1.300 grados para derretir el mineral de hierro. Esta siderurgia es ahora un peculiar centro cultural, que alberga dos museos interactivos, una torre con cafetería y unas espectaculares vistas. Otra visita alucinante es el parque Landek Park, que entre otros reclamos acoge el museo de minería más grande del país que permite hacer los recorridos por la mina guiados por antiguos trabajadores o descubrir cómo eran esas duras jornadas laborales llegando a montar en la jaula minera para descender a la mina más antigua de la ciudad. La visita a la Mina Michal impone. Pero, además, de conocer la historia de esas chimeneas que marcaron el devenir de la ciudad hay que visitar el Castillo Silesiano, del siglo XIII reconstruido en el XVI como un palacio renacentista que ahora mantiene una exposición permanente. Para contemplar panorámicas de la ciudad hay que desplazarse al nuevo ayuntamiento y a su terraza a 73 metros de altura o a la Bolt Tower, que con un cilindro acristalado que simboliza la llama en los hornos altos. Otra alternativa más que curiosa y casi que arriesgada es la loma Ema, producto de la acumulación de los desechos de las fundiciones de hierro junto al río Ostravice hasta formar un monte de 315 metros de altura, que genera fumarolas y una nube de humo causada por la temperatura interior, que llega a alcanzar los mil grados. Tampoco debes dejar de ir a la Casa de las Artes Dum Umení, al Teatro Antonin Dvorak, uno de los más bellos del país, o al Museo de la Ciudad, ubicado en el antiguo ayuntamiento en un edificio del siglo XV caracterizado por una torre con 22 campanas con un singular repicar que se ha convertido en un sonido que marca la vida en la plaza Masaryk, el corazón del centro histórico desde el que partir hacia la Catedral del Divino Salvador o el parque Husuv.
Compras: Stodolni es la calle Larios de Ostrava, aunque para el momento de compras otra alternativa es Nová Karolina, uno de los centros comerciales más grandes del país, que fue construido en una fábrica antigua. Entre los recuerdos a meter en la maleta no puede faltar una botella de alguno de los vinos locales, teniendo en cuenta que la parte sur de la región es una zona vitivinícola reconocida a nivel mundial.
Como destino que emerge en el turismo es una ciudad ideal para recorrerla con niños sin los agobios de urbes masificadas. Ostrava cautiva a los pequeños de la casa con el museo de los juguetes Toy Museum. El Zoo y jardín botánico, famoso sobre todo por su cría de hipopótamos, es otra alternativa en las que disfrutar en familia, al que se suma el DinoPark Ostrava, el más grande del país, con maquetas y escenas sonoras con modelos robóticos de dinosaurios y un volcán mesozoico activo de doce metros de altura. También en la visita al Museo de la Minería se lo pasarán en grande.
Moverse por la ciudad para visitar los principales reclamos es fácil porque incluso se puede hacer a pie. La red de transporte urbano está compuesta por autobuses y tranvías en los que se puede pagar con tarjeta bancaria en el terminal de pago amarillo al lado de la puerta. Es importante esperar a que suene un pitido para confirmar la compra del billete. Otra opción es adquirir en las máquinas expendedoras de billetes color turquesa una tarjeta prepago que puedes usar para tocar y viajar, tal como usarías la bancaria. También es muy aconsejable la descarga de la aplicación de teléfono 'MojeDPO' para ir comprando los billetes en línea.
Buen viaje.
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