Caminos de vértigo en el reino de la cabra montés: Del Saltillo a La Maroma

ELLA es la reina. Por eso, puede subir por escarpadas paredes sin miedo a las alturas. La cabra montés tiene varios reinos en la provincia de Málaga, pero el más abrupto es, sin duda alguna, la cara sur de sierra Tejeda, es decir, las montañas calizas que comparten pueblos como Alcaucín, Canillas de Aceituno o Sedella.

A los pies de La Maroma este mamífero se mueve con soltura. A veces relativamente cerca del hombre, que puede observarlas y como mucho emularlas en algunos de lo senderos que se pueden hacer por esta sierra.

Hay caminos también para humanos en este enclave montañoso, el más alto del territorio malagueño. Son algunas de las rutas más exigentes de toda la provincia, pero también están entre las que mejores recompensas ofrecen a los que se aventuran a recorrerla.

Hoy, desde Alcaucín a Sedella, hay muchas sendas que son aptas para los más osados. Resulta imprescindible no sólo tener una buena condición física, por los numerosos desniveles que hay que afrontar, sino también no tener vértigo. Lo saben bien quienes han realizado la parte más trepidante de la etapa de la Gran Senda de Málaga entre Cómpeta y Canillas de Aceituno.

En concreto, entre este último pueblo y el vecino Sedella aguarda el estrecho y vertiginoso sendero que lleva hasta el puente colgante del Saltillo, una pasarela colgante por la que ya han pasado miles de aficionados al senderismo y al montañismo. Gracias a él se puede cruzar el abrupto barranco por el que hace milenios que se abrió paso el río Almanchares.

Es el lugar que también sirve de frontera entre ambas localidades. Es un paso que requiere de un buen físico y de cierta destreza. Si se va desde Canillas, hay que caminar por una acequia para después bajar por un camino empinado y llegar hasta el puente. Si se hace desde Sedella, el desnivel también es importante en el último tramo, ya que hay incluso cadenas a las que agarrarse como medida de seguridad para los más osados.

Pero, no es ni mucho menos el único territorio escarpado que tiene la cara sur de sierra Tejeda. Desde Alcaucín, Canillas de Aceituno y Sedella hay distintos caminos que se pueden hacer para llegar hasta la cumbre, con más de dos mil metros cuadrados sobre el nivel del mar.

De los tres, el menos duro es el de Alcaucín, que parte del área recreativa del Alcázar, para después hacer un recorrido que rodea la montaña de sur a norte. Tras un inicio por carril ancho, se pasará después a sendero estrecho y empinado.

El más conocido y segundo en exigencia física es el de Canillas de Aceituno. Es uno de los senderos históricos de la provincia, el que lleva a la Casa de la Nieve. Para ello, hay una primera parte con mucho desnivel hasta La Rábita, uno de esos enclaves que siguen siendo un misterio sin resolver en Andalucía.

El camino se da un ligero respiro para después emprender una segunda parte del camino dura y pedregosa, pero llena de alicientes. La vista panorámica que se tiene de la Axarquía es uno de ellos. Otro es el poder sorprender, aunque sea sólo durante unos segundos, a algún rebaño de cabra montés subiendo una pared casi vertical como lo hacen las ardillas por los troncos de los árboles.

Hay un tercer camino que no está homologado, pero que no debe resultar complicado para quienes estén habituados a moverse por caminos de este tipo. Es el que parte de Sedella, que, desde el pueblo conecta primero con las Llanadas, para después acometer otro tramo exigente hasta la cima. En ese trayecto, se pueden ver todavía hoy un grupo de caballos salvajes que forman parte del ecosistema del parque natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama.

Además de los caminos que llevan a La Maroma o el desafiante recorrido que hay entre Canillas de Aceituno y Sedella, también hay otros vertiginosos enclaves en esta zona de sierra Tejeda. Entre ellos están el camino que lleva hasta el río Bermuza, los Tajos Lisos, los collados de la Monticana y del Aguadero o el tajo Voladero.

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