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EL SITIO DE MI RECREO

El caballo de Troya con coleta

JOSÉ ANTONIO TRUJILLO

Sábado, 3 de enero 2015, 10:51

Los catalanes tienen cara de troyanos. No lo escribió Homero en su extensa Iliada. Fue Josep Rull, coordinador general de Convergencia Democrática de Cataluña, el que compuso estos certeros versos, tras escuchar a Pablo Iglesias en un abarrotado Polideportivo del Valle de Hebrón. Hablando alto, sin esteladas ondeando, repitió una rima que sonó así: «No somos independentistas, no somos unionistas, somos demócratas». Seguro que el nacionalista tuvo su noche oscura del alma cuando, el más famoso profesor de sociología español, acabó su primer discurso en español en la tierra de los libros y las flores, defendiendo el derecho a decidir de los catalanes «de todo y con todos». Esas palabras se convirtieron en auténticas llamas de desamor vivas para las filas de todos aquellos que semanas antes habían hecho con el cartón un nuevo tipo de referéndum. Las palabras de desprecio a Pujol, «traidor del pueblo», y a todo lo que él representó con «la casta catalana», no les hirieron tanto, como el saber que los griegos de Podemos habían construido muy bien su caballo, y que había llegado hasta el corazón de la plaza de Cataluña.

La ciudad de Troya fue asediada más de diez años, pero los griegos con Agamenón o Ulises nunca pudieron ganar sus muros. El mayor de los griegos, Aquiles, cayó en esa misma empresa cuando una flecha atravesó su talón. Las plazas complicadas no suelen caer a la fuerza, sino con la inteligencia. Los griegos acudieron a su mítico caballo de Troya, y los cerebros de Podemos seguro que se sirvieron de esa maravillosa historia épica.

Todo el trabajo que se hizo desde la España oficial para debilitar la ciudad fortificada catalana sólo sirvió para que los nuevos troyanos cerraran filas y defendieran su posición con más intensidad. Nunca creyeron que llegaría el caballo amigo, construido por los que estaban ganando la plaza española con versos griegos al estilo de Syriza. Para convertir en la nueva Troya a Cataluña, Podemos se olvidó del siglo XXI y utilizó la sabiduría de la antigüedad griega.

Mas, Junqueras, Forcadell y demás líderes independentistas cada vez se parecen más al sumo sacerdote troyano, Laocoonte, que nunca se fió de los griegos. Saben que Ada Colau, la próxima alcaldesa de Barcelona, ejercerá el papel del griego Sinon, y abrirá la puerta del caballo para tomar Cataluña.

Entre estupores y temblores, la política catalana oficial sabe que deberá contar con un nuevo protagonista de la 'Iliada', al que no le gustan las urnas de cartón y que regirá sus destinos con su caballo con coleta.

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