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Daños en las Dunas de Real de Zaragoza, ayer.

El mar se traga parte de las dunas de Las Chapas

La Asociación Pro Dunas habla de «desastre ecológico» y defiende que se necesitará tiempo para borrar las huellas del temporal

Mónica Pérez

Viernes, 9 de diciembre 2016, 00:29

marbella. «Que nadie piense que lo que se ha perdido se va a recuperar. Las dunas cumplen una función concreta. Sin ellas, el mar seguirá avanzando. El daño ha sido increíble. En los 30 años que llevamos trabajando en el cordón dunar de Marbella no habíamos visto nada igual». Quien habla es Susanne Stamm, portavoz de la Asociación Pro Dunas Bahía de Marbella-Playa La Adelfa, un colectivo medioambiental que acaba de cumplir tres décadas al frente de la protección de las dunas del municipio, y que ayer asistía atónita a los efectos del temporal. «Si hablamos de un pequeño tsunami, no nos equivocamos. Se han dañado las playas, pero también las dunas y eso lo terminaremos notando. Se necesitará tiempo para borrar las huellas del temporal», explicaba durante un recorrido por el litoral de Las Chapas, donde se concentra el espacio natural..

El colectivo ha puesto el objetivo sobre varios puntos concretos en los que el temporal de lluvias se ha cebado con la zona y se ha tragado literalmente parte del cordón dunar, dejando taludes de hasta tres metros de altura y engullendo otros tantos metros de masa dunar. Es el caso de la zona de La Víbora, donde igualmente ha desaparecido la barrera de estacas concatenadas colocada hace unos meses por la asociación con el objetivo precisamente de «delimitar la zona protegida y evitar el acceso y, por tanto, los destrozos», lamenta Stamm.

Pro Dunas «llora por la pérdida irreversible de gran parte de 2 entornos dunares en Las Chapas-Elviria». Junto a la zona de La Víbora, la duna de Real de Zaragoza, donde el arroyo bautizado con el mismo nombre se ha llevado por delante una gran parte de la masa dunar. «Estamos hablando de un desastre ecológico ante el que nada se puede hacer», explican desde el colectivo.

En el caso de Real de Zaragoza, el arroyo ha 'diseñado' un nuevo cauce que ha atravesado por zona dunar, arrastrando a su paso parte del entorno. «Lo que pedimos ahora a las administraciones es que tenemos que aprender de lo que ha ocurrido y que hay que respetar la naturaleza. Que se respete este nuevo cauce que es el real, y no el que estaba, entendemos que creado por la mano del hombre. Si vuelve a llover de la forma en la que lo ha hecho el arroyo volverá a buscar su cauce natural y de nada valdrá taparlo», defiende Susanne Stamm.

Ha sido en este punto de Real de Zaragoza donde la fuerza del agua del arroyo hizo saltar un puente y desplazarse a otro, afectando además a las instalaciones de un chiringuito cercano precisamente por la pérdida de arena experimentada.

De la fuerza con la que el agua circuló por estas playas da idea la explicación de Stamm acerca del desplazamiento de un bloque de cemento de una tonelada de peso que venía sirviendo para sostener una bandera como parte del vallado de estacas de madera en la que se ha estado trabajando para proteger la zona. «El bloque ha aparecido desplazado muchos metros de su ubicación, lo que da idea de la fuerza del agua», indica.

Río Real, La Adelfa, El alicate o El Arenal, son otras de las zonas que han sufrido los efectos del temporal y que presentan daños de importancia que han sido ya evaluados por el Ayuntamiento con el objetivo de obtener ayudas del Estado que permitan acometer obras para devolver, en la medida de lo posible, la normalidad a las zonas dañadas.

Desde la Asociación Pro Dunas instan a las administraciones que «aprendan de lo ocurrido», en el sentido de que se tenga en cuenta «que todo lugar en el que pongas cemento en este entorno es para nada», y ponen como ejemplo la zona del Barronal, donde, aseguran, «el temporal ha quitado más área de alrededor de los registros de agua que existen que de otros puntos donde no hay presencia de cemento. Para lo que ha pasado no hay solución, solo aprender que donde hay edificaciones se pierde más playa». Y un mensaje más: «todo esto es importante ahora que se está trabajando en la posibilidad de construir diques y espigones en las playas. Hay que tener muy bien estudiadas las corrientes y los temporales porque este tipo de obras pueden cambiar el curso normal de la naturaleza y donde ahora se pierde arena se puede llegar a acumular y perderse en otro punto. Hay que aprender a vivir con la naturaleza».

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