
Un vino con defectos: La manera de identificarlos
Desgraciadamente, en más de una ocasión hemos abierto una botella y nos hemos llevado una sorpresa desagradable: el vino tenía un defecto. Pero ¿cuáles son ... los defectos más comunes que podemos encontrarnos?
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Olor a huevos podridos: Se produce por un exceso de anhídrido sulfuroso por falta de oxígeno en vinos muy viejos. Suele desaparecer o mitigarse al decantarlos.
Olor a corcho: El vino huele a humedad por un defecto en el corcho del tapón. Si el olor es fuerte y persistente no hay nada que hacer para mejorar el vino.
Olor a vinagre: Es muy característico de los vinos que han permanecido en botellas abiertas varios días y se dice que el vino está 'picado'. No hay forma de mejorarlo.
Blancos oxidados: El paso del tiempo y unas malas condiciones de guarda hacen que el color de muchos vinos blancos se torne dorado y el vino pierda su aroma y frescura. Ante este defecto tampoco se puede hacer nada.
Turbidez: Consiste en la aparición de burbujas o falta de limpieza en vinos elaborados con poca higiene
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