
Poco a poco las dudas acerca de las posibilidades de Gustavo Blanco Leschuk (Mendoza, 1991) se van despejando. Pese a no partir de titular en las dos primeras jornadas, el 'tanque' argentino se ha consolidado en el once a base de goles y, sobre todo, de una buena lectura del juego. A falta de matices que le permitan mezclar mejor con su compañero de ataque, Harper, la que ha sido una de las principales apuestas del club en el mercado de fichajes satisface a todos con su rendimiento. Gustavo da en el 'blanco', nunca mejor dicho.
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De tres remates orientados a puerta, Blanco ha embocados dos, lo que no constituye un mal promedio, mucho más en Segunda. El futbolista de ascendencia ucraniana ha disputado un total de 221 minutos, pero sólo el sábado participó en un choque al completo. Llegado en el tramo final de la pretemporada, únicamente había jugado un amistoso (un 1-0 al Córdoba) antes del comienzo de la Liga. Por eso Muñiz le fue introduciendo poco a poco y apostó de salida por Harper, pese a tener ficha del filial.
A día de hoy el dúo Harper-Blanco, la propuesta en Almería y ante el Tenerife, suma mucho. Ambos futbolistas aportan infinidad de soluciones con y sin balón. Saben jugar de espaldas, dominan el juego aéreo, sobre todo el argentino, y se vacían en el esfuerzo hasta el final manteniendo intensa la presión. Blanco, algo más lento en carrera, es letal en la definición. Así lo ha demostrado con dos goles que han valido seis puntos. Curiosamente, ambos tras una asistencia de Ontiveros. En uno definió de cabeza en un escorzo, con colocación y a media altura, y en otra se deshizo de Dani Hernández y cruzó al otro lado con insultante facilidad.
El gran paso adelante de Blanco ante el Tenerife fue su eficacia para combinar con el balón y descargar al equipo cada vez que se movió en zonas más retrasadas. Sus maniobras estuvieron repletas de calidad, con buenos pases y una habilidad que ponían en duda sus 1,90 metros.
La mejora de las prestaciones de la pareja de ataque Harper-Blanco sólo puede venir dada por el tiempo. Ambos deben escalonarse mejor en la zona de remate ante los centros desde los costados, y todavía pueden dominar más los espacios para interactuar entre ellos con el balón, pero Blanco ya ha empezado a meterse en el bote a la afición. No se puede decir que sea un jugador muy argentino en cuanto a mostrar ese carácter aguerrido que suelen exhibir los futbolistas crecidos a uno u otro lado del Río de La Plata (argentinos y uruguayos) o a su picardía a la hora de conducirse con rivales o árbitros.
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Sin embargo, Blanco tiene gol. Define con eficacia y calidad y muestra un buen promedio (es el único con más de una diana en la plantilla). No se puede poner en duda la apuesta de la dirección deportiva, aunque una temporada más el gol sigue a préstamo. El futbolista, cedido por el Shakhtar Donetsk ucraniano, tiene contrato con este club hasta 2020.
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