AARON BENZAQUEN
Domingo, 27 de abril 2025, 02:00
«Y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre». De este modo acaba el Evangelio de San Juan en este domingo de la Divina ... Misericordia.
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«Paz a vosotros»: frente al miedo, el abrazo de paz del Resucitado a nuestro mundo. Sabemos que el Señor Resucitado acoge a nuestro mundo herido en sombras de muerte, como a veces se encuentra también nuestra vida personal. Recordamos que también la Resurrección de Cristo nos llama a cada uno de nosotros.
Descubrimos este domingo -nada más provocador- que el Señor se abre paso entre los discípulos atemorizados, encerrados en sí mismos con las puertas cerradas y los corazones acobardados.
La luz se abre paso entre la oscuridad. Así, frente al miedo, el aliento del Espíritu les (nos) renueva. También a cada uno de nosotros, peregrinos en este mundo que pasa.
¿Estamos dispuestos a dejarnos «resucitar»? Entonces, solo entonces, diremos: «Señor mío y Dios mío». Para que de ese modo tengamos vida en su nombre.
Una Pascua de Resurrección en esperanza para todos.
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