Enrique Martín: «En Málaga tenemos que tener la gran precaución de no morir de éxito»

–Abogado y filósofo, ¿de dónde has sacado tiempo para estudiar dos carreras con cinco bares?

–Por las noches. Dedicaba tres horas de cada madrugada a estudiar.

–Decidiste estudiar Derecho con 54 años y a tus casi 70 tienes claro que quieres hacer Medicina, ¿es un sueño frustrado?

–Cuanto más lees, más te das cuenta de que no sabes nada y para mí siempre ha sido una de mis grandes ilusiones tener ese autosaber de cómo auxiliar aun familiar o un conocido. Imagina un camarero, tabernero, juez y médico...

–¿Con qué palabra o frase definirías Málaga?

–El paraíso, la tierra a la que todo el mundo quiere venir.

–Un lugar para relajarse.

–Con la cantidad de población que tenemos, la única manera es que te vayas a un pueblo del interior, alguno de la Axarquía, la Sierra de las Nieves o la Serranía de Ronda.

–Una playa para echar el día.

–Las playas de Málaga capital están superpobladas, tienes que irte a alguna de Nerja.

–Una excursión o ruta por la provincia.

–Cualquiera por la Sierra de las Nieves, sin duda.

–Tu palabra o expresión malagueña favorita.

–Diría «una pechá», aunque no suelo usar mucho este tipo de expresiones.

–Un bar donde desayunar.

–En el Bar Martiricos, ¿dónde mejor? (ríe).

–¿Dónde ir de cañas?

–En Málaga tenemos un alto nivel para poder escoger establecimientos donde tomar una buena caña, pero te diría que vayas a la Alameda Principal a los números 17 y 25, abiertos desde las siete de la mañana.

–Está claro que sus bares son su mejor recomendación, ¿también para comer y cenar?

–Por supuesto, qué mejores sitios para desayunar, comer, merendar o cenar. A estos dos de la Alameda viene el alcalde, el del puesto de flores, el conductor de autobús y el indigente que vive en la calle.

–Tu plato preferido.

–La paella de arroz.

–¿Dónde ver atardecer o amanecer?

–Cualquier playa es interesante.

–¿A dónde irías a pasar una noche loca, Enrique?

–Yo es que no me vuelvo loco, soy muy centrado (risas), iría a un sitio donde no me conociera nadie puesto que soy muy conocido en la ciudad.

–¿Qué rincón de Málaga recomendarías a un amigo/a?

–Los acantilados de Torrequebrada.

–El mejor selfie.

–Yo no me hago selfies, pero en ese rincón seguro que quedaría bien.

–Una visita cultural imprescindible.

–La catedral de Málaga, la gente se va de viaje y conoce todas las catedrales del mundo, pero el 60% de los malagueños no conoce la suya.

–Una joya por descubrir en Málaga.

–Tenemos que tener la gran precaución de no morir de éxito, no podemos creer que la única joya que tiene en Málaga es el centro y los dos kilómetros de playa de la capital. Hay gente que cree que tener paz es pasear por la calle Larios con miles de personas que no tienen ni dónde andar ni dónde dejar el coche, cada uno tiene su propia interpretación de las cosas.

–Lo mejor de Málaga.

–Su clima, una ciudad abierta, hospitalaria y a esta gente no la vas a encontrar en ningún sitio.

–Y lo peor.

–Lo peor en este momento es que para ser la ciudad que es tiene una saturación con la que tendríamos que tener otras infraestructuras municipales y autonómicas con las que hubiese medios distintos en todos los aspectos.

–Algo que eches de menos.

–Hay un dicho que dice: «Málaga, ciudad bravía, con 50.000 tabernas y una sola librería». En Málaga no hay un centro cultural donde la gente pueda ir y que te dejen un libro distinto a los que hay en las bibliotecas de distritos, a los que nos gusta leer tenemos que acudir muchas veces a Internet.

–Una tradición que no pueda perderse.

–La Semana Santa porque forma parte de nuestra idiosincrasia, en Málaga suena una trompeta y ocurre lo más grande.

–Tu malagueño/a favorito/a.

–El que nos da más prestigio, Antonio Banderas, además de conseguir con su esfuerzo ser un malagueño ilustre internacional, dedica todo lo que tiene a Málaga con ocio, bares, y restauración. A pesar de que sea competencia nuestra en el mercado es, sin duda, el malagueño que nos abandera.