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Ventanas abiertas a la esperanza
Bloques y recintos privados de toda Málaga están tirando de ingenio para entretenerse y no perder el contacto con sus vecinos a través de quedadas y fiestas desde terrazas y balcones
La cita es a las ocho de la tarde, para rendir merecido homenaje a los sanitarios que están en primera línea de la lucha contra el coronavirus. Tras los aplausos, llega el momento de liberar tensiones, de poner al máximo el volumen de los altavoces, de llenar de música el espacio que separa a vecinos, de gritar, de saludarse. Las terrazas, balcones y ventanas se han convertido en la válvula de escape para las miles de familias que guardan la cuarentena en casa, donde se debe estar estos días, porque es la mejor forma de protegernos y de ayudar a los demás.
Muchos son los bloques y urbanizaciones privadas que están tirando de ingenio para entretenerse y no perder el contacto con sus vecinos a través de quedadas y fiestas en sus balcones. En el conjunto residencial donde vive Maribel Mata, una ingeniera química de profesión, en La Virreina, las terrazas son una auténtica válvula de escape para olvidarse del confinamiento. «Empezamos con los aplausos para agradecer a los sanitarios su labor y se nos ocurrió salir más veces para entretener a los niños. Ahora tenemos tres citas diarias: a las 13.00 y a las 18.00 horas, para bailar o disfrutar de conciertos de vecinos en vivo, y a las 20.00 horas, para aplaudir. Cada día inventamos algo», explica a SUR esta joven de 33 años que afronta estos días de cuarentena turnándose con su marido para teletrabajar y cuidar de sus pequeños de 4 años y 15 meses. No tardaron en hacer un grupo de WhatsApp con los vecinos –en total son 280 pisos– para coordinar las iniciativas de cada día: «Los pequeños se disfrazan, cantan, bailan, ponemos globos en los balcones o las manualidades que hace cada casa para que el resto tome nota por si quiere hacerlas», cuenta. Tienen un vecino que ha instalado en su terraza un micrófono, mesa de mezclas y altavoz y que les hace de DJ para poner hilo musical a cada jornada y un profesor de conservatorio, José Miguel Ñíguez, que les interpreta canciones de Disney o el revolucionario 'Paquito el Chocolatero', desde su terraza, con su tuba. «Otra vecina también baja a las zonas comunes para hacernos un espectáculo de danza... no nos aburrimos», ríe Maribel. También cantan el cumpleaños feliz a cada vecino que sopla velas estos días: «La familia saca al balcón la tarta y todos cantamos; es muy bonito», confiesa. «Aunque estemos cada uno en su terraza, nos sentimos cerca y nos ayuda a llevar el encierro», apunta.
Los vecinos de Parque Litoral, por citar otra zona de Málaga, no se quedan atrás. En este enclave próximo al Palacio de los Deportes José María Martín Carpena también esperan con ilusión la hora de salir a la terraza. Es todo un acontecimiento vecinal que rompe el aislamiento –aburrimiento– de los hogares. En los bloques más cercanos al Hospital Quirón el terraceo suele derivar en emotivos momentos de complicidad con el personal sanitario que sale a la puerta para responder al calor y agradecimiento de los vecinos. «En nuestro caso sabemos que ellos nos escuchan, los vemos responder... es muy bonito», cuenta una vecina que ameniza como puede los momentos previos y posteriores a los aplausos a los sanitarios con canciones de todo tipo: 'Sobreviviré', de Mónica Naranjo; 'Resistiré', del Dúo Dinámico; 'Madre tierra (Oye), de Chayanne o el himno oficial de la Selección española de Fútbol. En su recinto juegan al 'veo, veo', hacen la ola al personal del hospital que se está dejando la piel en la lucha contra el coronavirus y también piden en grupos de WhatsApp que suene el cumpleaños feliz para hacer más llevadero el encierro forzoso.
También en Teatinos, una de las zonas de expansión urbana de Málaga, son muchas las urbanizaciones cerradas donde los vecinos comparten zonas comunes de jardines o piscinas. Como la que delimitan las calles Mesoneros Romanos y Carril del Capitán, donde 'Resistiré' es la banda sonora que expresa cada tarde, tras los aplausos, la determinación común de salir adelante.



Plaza Neptuno
En la zona de Huelin, la plaza Neptuno es un recinto cerrado en el que conviven más de 200 familias. Desde el primer día de confinamiento, Carlos Cano, un joven de 23 años, fisioterapeuta y preparador físico, anima desde su balcón a los vecinos. «Tengo unos buenos altavoces, y viendo lo que hacían en Italia le dije a mi madre que podíamos probar. Lo hicimos el primer sábado, por la mañana, y la gente lo recibió con aplausos. Desde entonces ponemos la música después de los aplausos», explica. Han creado un grupo de WhatsApp específico, con más de sesenta personas, y una cuenta de Instagram por donde recibe las peticiones. «Intento contentar a todo el mundo, pero sobre todo que sean canciones bailables, populares, que unan a distintas generaciones», afirma Carlos. Una media hora de música que los vecinos «agradecen». El viernes, María cumplió 26 años, y recibió un multitudinario saludo y homenaje de sus vecinos. El himno de Andalucía y el del Málaga emocionan de una manera muy especial.
«Mañana nos vemos»
En la calle Amargura, en la zona de La Victoria, los vecinos tampoco faltan a la cita diaria del aplauso... o para cantar el 'Hola don Pepito' con motivo del día de San José. Algunos han adornado los balcones con guirnaldas de colorines y otros han optado directamente por sacar las luces de Navidad. Aunque lo último son las linternas o los móviles para acompañar las canciones que coloca algún improvisado DJ desde su casa. Ya se ha bailado con infinidad de ritmos. «Mañana a ver si pones Camela», se escucha un grito antes de que los vecinos se den las buenas noches y dejen sus balcones... hasta el día siguiente.
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