
La creación de la plaza de las Flores (el 17 de julio del próximo mes se cumplirá medio siglo de su inauguración) representó la transformación de una zona situada en el centro neurálgico de la ciudad, en el entorno de la calle Larios. De ese modo, se consiguió para uso ciudadano un espacio peatonal que estaba desaprovechado desde que se tiraron las casas que había en la calle Siete Revueltas, que se caracterizaba por tener siete esquinas, que estaba muy degrada y era maloliente y de mala nota, a la que se accedía tanto por la plaza de la Constitución como por Larios.
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Tras la demolición quedó un amplio solar sin pavimentar que se utilizaba como aparcamiento; una imagen que no era la más adecuada para un enclave tan céntrico. Por eso, el Ayuntamiento de Málaga decidió la transformación del terreno en una moderna y funcional plaza.
El acto protocolario del estreno se enmarcó en las actividades organizadas para conmemorar el 18 de Julio. A la inauguración asistieron el gobernador civil y jefe provincial del Movimiento, Víctor Arroyo, y el alcalde de la ciudad, Cayetano Utrera Ravassa.
Numerosas personas se congregaron en la nueva plaza para verla. El corte de la cinta lo realizó el gobernador civil en la confluencia de la calle Doctor Pérez-Bryan con Larios. Una vez en el centro de la plaza de las Flores, Arroyo accionó el botón que ponía en marcha la fuente y su sistema de luces. El gobernador pudo ver la transformación llevada a cabo en ese lugar a través de una serie de fotografías ilustrativas. El cambio era espectacular
Tanto Víctor Arroyo como Cayetano Utrera recibieron dos placas de oro conmemorativas de la inauguración. Se las ofrecieron los propietarios de sendas joyerías ubicadas en la plaza: Risoto y Olivares. La entrega de este presente se produjo en la cervecería La Mar Chica, donde se sirvió a los asistentes una copa de vino español.
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En las labores de derribo de las casas que había en la calle Siete Revueltas, una vía de trazado muy sinuoso como su nombre daba a entender con claridad, se tardó más de diez años. Una vez que todas las viviendas fueron demolidas, quedó un amplio solar terrizo que se utilizó durante bastante tiempo como aparcamiento. Un lugar tan céntrico se merecía convertirse en un espacio de uso y disfrute para los malagueños. El alcalde de la ciudad tomó cartas en el asunto y se propuso la conversión del solar en una plaza peatonal.
Las obras de adecuación se encargaron al constructor malagueño Juan Domínguez Ramos. El plazo de ejecución se fijó en seis meses. Sin embargo, ese tiempo se acortó y en dos meses los trabajos ya estaban terminados. Cayetano Utrera iba con frecuencia a la plaza para ver cómo iba su transformación.
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Una vez acabados los trabajos, fueron numerosos los malagueños que visitaron la zona para comprobar en persona cómo había quedado. En la plaza se situaron varios establecimientos. Entre ellos estaban Galerías Álvarez Fonseca, Viajes Alhambra, Modas Kelbi, Chic, Joyería Risoto, Joyería Olivares, Armería Málaga Sport, Joyería Aurelio Marcos, Rafael Franquelo, Autorrecambios Málaga, Perea, La Mar Chica y Hobby.
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