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Una de las hermanas del asilo, con guantes y mascarillas, en la despensa que ya empieza a ser escasa.
El SOS de las Hermanitas de los Pobres en plena crisis del coronavirus: «Ya nos faltan muchas cosas»

El SOS de las Hermanitas de los Pobres en plena crisis del coronavirus: «Ya nos faltan muchas cosas»

Las diez hermanas y 38 empleados del asilo atienden a 63 personas mayores: «Ellos están bien, pero nosotras no podemos salir a pedir»

Viernes, 20 de marzo 2020, 00:32

Tomaron la decisión de encerrarse en el asilo hace dos semanas –mucho antes que el resto de los ciudadanos– para proteger a sus 63 residentes, pero ese confinamiento ha empezado a pasar factura no sólo en la despensa de las Hermanitas de los Pobres; también en los fondos con los que cuentan para seguir con esa labor asistencial. Sor María Luisa atiende a SUR por teléfono haciendo recuento en el almacén y lanzando un SOS que tiene que ver con los donativos: «No podemos salir a pedir como hacemos siempre porque estamos confinadas, pero tenemos que pagar a nuestros 38 empleados y estamos en apuros». La religiosa celebra, al menos, que todos los abuelos «están bien y sin casos positivos (de coronavirus) porque tomamos muchas precauciones. Sin embargo, ya nos faltan muchas cosas». En sus provisiones ya empieza a escasear el papel higiénico, la lejía o el detergente. Por no hablar de guantes, mascarillas y geles desinfectantes.

El racionamiento de estos últimos productos es común en otras residencias de la tercera edad en Málaga, que se organizan «como pueden» conscientes de que las partidas que llegan «van directas a los hospitales porque ellos están antes», confirman desde el Asilo de los Ángeles. En la residencia Doña Emilia, en Pedregalejo, explican que las familias de los 21 residentes están fabricando «mascarillas de tela que nos hacen apaño porque las desinfectamos».

Las carestía de guantes y mascarillas es también un hecho en la residencia Vistahermosa, cuyo director, Miguel Ángel Ortiz-Tallo segura que se las «ve» y se las «desea» para conseguirlos, «aunque sean caducados». Al igual que el resto de centros pequeños, le queda al menos la tranquilidad de que «los residentes –29 en su caso– están muy bien y controlados». «Que sean pocos nos defiende algo más», confirma el director de la residencia. Con su diagnóstico coincide Inmaculada Duarte, al frente del centro Edad de Oro, con 22 ancianos que «por el momento están sanos y bien»: «No es lo mismo controlar a 22 que a 80. Eso es un desastre», explica. Este periódico ha intentado sin éxito ponerse en contacto con algunas de esas residencias de mayor tamaño.

Sobre la saturación de medios humanos en el órgano encargado del control de estos centros, la unidad de residencia, Duarte confirma que «están desbordados». «A nosotros vienen a visitarnos una vez a la semana, pero ya nos han dicho que ésta no vendrán porque tienen otras cosas que atender».

Las cuentas para hacer donativos a las Hermanitas de los Pobres son ES49 2100 1712 10 0200158659 y ES80 2103 0182 10 0030844673.

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