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Sus padres le llevaron de pequeño al polideportivo de Carranque para que desfogara porque era un niño inquieto, «un poquito insoportable», como cuenta entre risas ... que le decía su madre. De ahí salió el atleta quince veces campeón de España de lanzamiento de peso y subcampeón de Europa. Grande, «un cacho de pan», como dicen sus amigos, ahora ha llegado a donde quería. «Cuando yo era deportista soñaba en que cuando fuese mayor pudiese llegar a concejal de Deportes», afirma mientras subraya que debe impulsar también los deportes minoritarios como el rugby, el hockey, el béisbol, al tiempo que se van remodelando los 27 campos de fútbol y se presta atención al deporte base, de donde él viene. Competía fuera cuando su primera hija vino sin avisar. «Lucía se adelantó al nacer y yo estaba en los Juegos Olímpicos de Río; me pegue una buena llorada».
Entre sus virtudes, la hiperactividad, que tiene una doble clara, ya que le ayuda a ser muy activo y que ha supuesto un plus en el deporte, pero que por contra le provoca que no pare y que no disfrute de los momentos. Se tropieza con las puertas, en las que debe agacharse con su 2,03 de altura, y se ríe de que sus compañeros, los concejales, no quieran ponerse cerca de él en la foto. «Yo me ducho y me perfumo todos los días, pero al final ser grande es que se sale un poco de la normalidad», dice guasón. En el deporte, en el que ha estado 25 años de su vida, lo ha aprendido todo, «ganar o perder es un tema mental, de verdad; está todo en la cabeza».
Mirando al futuro, tiene claras sus competencias: «En Málaga hace falta mucha instalación e inversión en Deportes y ojalá sea ese mi legado». Borja Vivas es un buen conversador, que subraya que le gusta el debate político. Estuvo dos años de director de Deportes en la Diputación y en estos cuatro años debiera tener tiempo para demostrar que lo aprendido años atrás en las pistas tiene su reflejo en la política deportiva municipal.
-Le llamó la atención la entrevista de Pomares y quería una igual. Este es su momento. ¿Por qué le gustó tanto la de su compañero, el concejal de Vivienda?
-Bueno, era una entrevista diferente, la gente tiene hacia la política cierta animadversión, pero a mí estos temas siempre ha han gustado. Y descubrí cosas de él...que no sabía, como que iba para cura. (Risas)
-Del lanzamiento de peso al lanzamiento de concejales, ups perdón, queríamos decir al lanzamiento de ideas en el pleno para mejorar la ciudad en materia deportiva. ¿Qué salto más grande, no?
-(Risas). Pues mucho, muchísimo. Gracias a Dios yo tuve la oportunidad de estar dos años en la Diputación cuando recibí la llamada de Francis Salado. Te diría que como si fuera un máster para lo que estoy sufriendo o viviendo, ya que obviamente la gestión del Ayuntamiento es súper intensa. Yo reconozco que cuando empecé en Diputación parecía que se me iba a acabar el mundo de la ansiedad con tanto trabajo y ahora que he entrado en el Ayuntamiento me doy cuenta que todo se puede incrementar.
-El presidente de la Diputación dijo entonces que el alcalde te 'había robado'; entiéndase la ironía. ¿Han llegado ya a una entente cordiale?.
-Yo a Francis (Salado) le debo mucho. La verdad es que le tengo un cariño especial y mis dos años en Diputación disfrutaba muchísimo. Bueno, es cierto que la relación mía con el alcalde viene de mucho antes, cuando yo era atleta, y él creó el club, y después el vínculo que he tenido con él.
- ¿A qué club se refiere?
-Al Club de Atletismo Málaga, que creó el alcalde hace 15 años. Quiso crear un club aquí de referencia para que representara a la ciudad de Málaga en la carrera de El Corte Inglés y otras típicas y de paso que se viera el nombre de Málaga. Y de ahí viene mi relación estrecha con él, yo le debo mucho, y lo tenía que decir aquí porque cuando yo era deportista me ayudaron. Y ahora estoy yo en la situación de ayudar a los demás deportistas.
-Llevaba varias elecciones municipales cerrando, ocupando los últimos puestos honoríficos de la lista del PP. ¿Siempre le gustó la política?
-Siempre, de verdad. Es atípico porque para mucha gente está mal vista la política. La gente joven casi nadie la quiere o la ve muy lejana. Pero a mí siempre ha gustado. Seguía el día a día de la política y recuerdo que cuando era atleta, jovencito, que hablaba con mis amigos y era como el bicho raro.
-¿Por qué el el PP?
-Bueno, mi hermano estaba en Nuevas Generaciones, y en mi familia siempre se ha hablado de política.
-¿Son todos del PP?
-Mi familia sí, pero mis tíos y primos son de diferentes partidos.
-En su primera rueda de prensa subrayó la importancia que tiene para usted el deporte base, el germen de los campeones. Volvamos a su niñez de deportista antes de llegar a ser 15 veces campeón de España de lanzamiento de peso y subcampeón de Europa.
-Pues mira, tuve la oportunidad esta misma semana de presentar los Juegos Municipales, la 40 edición. Para mí es fundamental el deporte base. Yo empecé en el atletismo por casualidad. Nadie en mi casa había hecho atletismo y menos lanzamiento de peso. Mis padres se mudaron a la zona de Carlos Haya y todos los amigos y vecinos íbamos en la pista de Carranque.
-Alguien nos ha contado que estaba todo el día dando botes en su casa porque era inquieto
-(Risas). Esa es la versión de mi madre, que dice que me mandaba allí para que desfogara, y acabé siendo atleta. Allí empezó todo por casualidad. Era muy inquieto, de hecho esto me viene bien para la política, que cada 10 minutos tienes algo nuevo.
-¿Algo hiperactivo?
-Sí, mi madre decía que era un poquito insoportable. Ahora me lo recuerda. Yo que me quejo de que tengo niñas pequeñas, y me dice: «Si tú supieras...»
-Nos contaba Tomás Fernández, su entrenador, que cuando perdía una prueba usted se cogía unos enfados de órdago, y que le decía una frase mágica: «La semana que viene tienes la revancha» porque había otro campeonato.
-En el deporte lo pasas mal, sobre todo cuando te has dedicado a una prueba y no sale. Y entonces te dan ganas de dejarlo. Pero lo bueno del atletismo, y estas charlas que daba en los colegios, es que si no salía bien siempre tenías la oportunidad de volver a presentarte a la competición, a los exámenes. Y eso, la verdad, me ha hecho sobrellevar los fracasos. No sé si los fracasos, pero soy consciente de que cuando las cosas no salen a la primera hay que seguir.
-¿Por qué se gana o se pierde?
-«En el deporte ganar o perder es un tema mental, de verdad. Ahora que estoy retirado, lo veo, lo analizo. Es decir, está todo en la cabeza. Es cierto que el entrenamiento lo tienes que tener, pero si te encuentras bien mentalmente y estás confiado, sale. El l deporte individual te lleva a un punto que es bueno, pues muy metódico y tú mismo te tienes que auto convencer.
-¿Hacerte autocoaching, vamos?
-He tenido experiencia de competir y es verdad que entre tiro y tiro podía pasar media hora y de de repente, lanzas no te sale bien, y tienes que pasar de la rabia a la tranquilidad para poder volver a tirar. Cuando pasa el tiempo ves que lo tienes más o menos controlado, pero la experiencia es importante.
- ¿Le falta paciencia?
-Me auto impongo que hay que relajarse. Lo del tema de la paciencia, mira que yo no tengo paciencia para nada, ni para mis hijas. Mi mujer me lo dice, y gracias a Dios que tengo a ella que es la más tranquila del mundo porque tengo mucho pronto, pero el deporte te ayuda a entender qué cosas no se pueden conseguir. Lo paso mal en política por falta de paciencia porque yo vengo con muchas ganas de hacer las cosas ya.
-¿Las cosas de palacio van muy despacio?
-Van muy despacio. Yo vengo con muchas ganas y sobre todo me sorprende cuando quiero hacer algún proyecto y me dicen que mínimo un año, y yo digo: '¿Dios mío cómo va a ser un año?' No me entra en la cabeza, me auto convenzo para no sufrir, pero intento que ese año, a ver si somos capaces que sean diez meses, y ya tengo yo un éxito. Una de las cosas que intento y estoy aprendiendo a decir es dame una fecha, vamos a intentar cumplirla, vamos a darnos un plazo.
-Muy yankee.
-Una fecha pido. Yo acabo de llegar y no tengo un bagaje detrás, y ahora mismo lo único que tengo es mi palabra, por eso me quiero poder comprometer y cumplirlo. Tener una fecha y poder darla, que si no puede ser la semana que viene, sea la siguiente, pero por lo menos no quedar mal.
- Quince veces campeón de España de lanzamiento de peso y subcampeón de Europa.
-Bueno, ahora ves ese resumen, pero cuando estás ahí metido ganas y no terminas de valorar que lo has hecho durante 15 años, y parece que ya es una obligación. Luego, llegó el día que no fui campeón y quedé segundo, por ejemplo. Y ahí lo pase mal. El deporte es muy sacrificado, no hace falta que lo diga, y también se sufre mucho. Te sientes como en la obligación de rendir para los demás, te sale mal y si te sale mal te crees que se va a acabar el mundo, y luego, bueno...
-Su primera hija, Lucía, nació el mismo día que usted competía en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y nadie le dijo nada hasta acabar la prueba.
-Estaba los Juegos Olímpicos, había terminado la prueba. Encendí el teléfono y vi una foto y pensé: «Aquí algo falla». Se adelantó, mira que yo tenía todo planificado con el Comité Olímpico para irme nada más competir. Ya antes de competir, mi mujer estaba en el hospital y lo mantuvieron en silencio. Algunos dicen que si me lo hubiera dicho me hubiera ido mejor, o peor, yo creo que me hubiera ido casi peor. Recuerdo ese shock, que lo pude vivir con Tomás (Fernández), que es mi entrenador de toda la vida y el padrino de mi hija Lucía también. Esos momentos los tengo en la retina.
- ¿Se pegó usted una buena llorada?
-Sí, me la pegué. Después lo celebré con satisfacción, y al poco me volví y cuando llegué me encontré el regalo.
-Repetidamente sus amigos dicen que es un cacho de pan, un dicho muy común para los grandotes como usted. Pero hasta el pan a veces se pudre. Sincérese y cuéntenos algún defecto para humanizarle.
-Bueno, lo de la hiperactividad me venía muy bien para el deporte, pero en la vida real al final estoy siempre de un lado para otro sin parar. No sé disfrutar de los momentos. Ya te digo, en atletismo, te lo pongo de ejemplo porque me he tirado 25 años ahí, convertí mi vida en una competición. El tema de la superación está muy bien, pero estás todo el día intentando mejorar y eso al final hace que no disfrutes.
-¿Por qué en España es tan difícil ser deportista de élite? ¿Hay poco apoyo de las administraciones?
-Bueno, es complicado. Cuando eres joven y vives con tus padres, medianamente se puede compatibilizar, es en esa etapa en la que empiezas a despuntar y somos jóvenes y nos creemos que vamos a vivir de esto, pero al final está claro que esto dura lo que dura. Pero cuando llegas a una edad, y quieres tener independencia, y quieres comprarte una casa y un coche es cierto que los ingresos obviamente no son suficientes para vivir. Yo voy a intentar ayudar a todos los que pueda, pero es cierto que llegamos a un punto en el que el deporte no está profesionalizado como en Estados Unidos u otros países en los que hay mucha más cultura deportiva.
-En Francia, por ejemplo, los deportistas de élite tienen un sueldo del gobierno, que luego tiene como obligación tratar de buscarles un trabajo cuando abandonen la competición.
-En Italia, el deportista que es olímpico tiene la opción de ser funcionario. No reciben becas. Esa era una propuesta que yo llevé en el programa electoral del PP a nivel andaluz, pero es cierto que al final las competencias son a nivel nacional y es complicado. Pero ojalá algún día pudiera hacerlo. Hay policías y militares, y en Alemania igual, y hacen deporte y tienen esos trabajos.
- A ver si usted lo mete en el programa nacional, ¿no?
-Se lo comentaré al alcalde, pero creo que aquí en Málaga lo tenemos complicado.
- Volviendo a la política y a su nuevo puesto de concejal con responsabilidades en un área en la que usted, antes de ser fraile ha sido monaguillo. ¿Qué hay que hacer en Málaga en deportes, o qué queda por hacer?
-Buena pregunta. Pues mira, yo te lo tengo que reconocer, cuando era deportista soñaba que cuando fuese mayor ojalá llegara a este puesto (concejal de Deportes). Al final, a los que nos ha gustado la política y te ves con posibilidades de dirigir el deporte donde estuviste tantos años ejerciéndolo pues es un reto, porque efectivamente viene gente y te recuerda los problemas que tú tenías. Una de las cosas fundamentales a mejorar en Málaga es dar facilidad en los entrenamientos. Me explico. Poner todos los medios posibles para que se pueda entrenar de una forma digna, y que el deportista, el atleta, tenga buenas instalaciones. Y que si algún día unas instalaciones no se pueden utilizar nosotros tengamos la obligación de buscarle otra alternativa. Te lo digo porque esto ha pasado.
-¿Se refiere a la rotura en el complejo de piscinas?
-Correcto. Yo lo viví en la Diputación. Fue muy duro porque los nadadores se tuvieron que ir a Torremolinos. Yo la he vivido en primera persona esa experiencia y fue traumática; y a mí me hizo que no pudiera ir a un mundial. Porque, al final, los deportistas somos muy metódicos, tenemos los sitios, los horarios muy marcados. Que te cambien un sitio por una circunstancia sobrevenida, anda, pero que sea por una decisión política, por un permiso, las cosas que pasan en la burocracia pues empiezas a ponerte nervioso. Ya te digo, a mí me pasó en Carranque que nos cerraron dos meses una pista, y fui abanderado de la reivindicación.
-¿Estuvo en manifestaciones y concentraciones en Carranque?
-(Risas). Bueno, vinieron los periodistas, nos hicieron entrevistas. Fue otra época, y mi hermano en política, Cristóbal Ortega, el diputado, me lo dijo: «No te metas en la política si estás en el mundo del deporte». Me hicieron una entrevista en un medio al mismo tiempo con el director de deportes de la Junta de la época, y tuvimos un rifirrafe y lo pasé fatal.
-¿A dónde quería llegar con esto?
-Lo que te quería decir es que una de las cosas principales es que el deportista tenga buenas instalaciones y en Málaga hace falta mucha instalación y muchísima inversión. Y ese es mi propósito. Ojalá en estos cuatro años poder dejar ese legado.
-Usted dijo que este mandato iba a ser la legislatura del Deporte en Málaga. Cuéntenos, ¿qué pelotazo piensa traer a la ciudad?
-La gente del deporte base, de donde vengo yo, lo que piden precisamente son más instalaciones y menos eventos, sinceramente. Pero debo reconocer que Málaga está en una posición tan afortunada y en un momento tan idóneo que nos lo demandan y quieren venir eventos deportivos. No hay semana que no quieran traer eventos, pero yo quiero centrarme en el tema de las instalaciones. Málaga necesita dotar los deportes minoritarios, que llevan 30 años demandando instalaciones. Yo me dedico en cuerpo y alma a eso, pero no por nada, sino porque vengo de ahí. Vengo de un deporte minoritario como el atletismo, que somos afortunados porque tenemos dos instalaciones deportivas impresionantes, pero hay otros, como el hockey, el rugby, el béisbol, por ejemplo, muchísimos que llevan tiempo mendigando, esa es la palabra. Como no tenemos la instalación, por lo menos que a ellos no les cueste. Hay clubes, que gastan 20.000 € anuales en pagar instalaciones. Obviamente las nuestras no, porque ya vamos a intentar que no las tengan que pagar, pero instalaciones que son del Gobierno, de la Junta. Que un club tenga que pagar ese dineral para poder entrenar...no se entiende.
-¿Cree que el deporte no debería ser un business?
-Eso es, pero es verdad que se tergiversa y no puede ser todo gratis. Eso lo tengo yo asimilado, y la gente sabe que una parte tiene que pagar, pero lo que no puede ser es que gasten unos 2.000 € mensuales en instalaciones.
-En el pasado mandato las federaciones de fútbol se quejaban mucho del mal estado de sus campos.
-El fútbol es el deporte rey, es una cosa innegable y obviamente por el número de fichas que se manejan hay mucha gente. Tenemos 27 campos de fútbol, que se hicieron en un programa hace 20 años y ahora me gustaría poner en marcha un programa de pabellones, que creo que ya tocan también otros deportes. Hay que buscar el equilibrio. Renovar el césped en un campo de fútbol está en torno a 350.000 € por campo. Quiero que la gente valore que los cambiamos poco a poco, y que el dinero es finito. Ojalá yo tuviera todo ese presupuesto y el año que viene los cambiaba todos. El año que hay un plan para cambiar el cuatro campos de fútbol. Pero la gente pide más, ahora se han cambiado las luces, que estaban defectuosas. Tenemos deportes que decimos que son minoritarios y la gente se queja porque vamos a poner el famoso patinódromo para 200 niños, pero si no lo ponemos siempre habrá 200 niños, y nunca serán 300, 400 ó 1.000 como en el fútbol. Entonces creo que simplemente por justicia tenemos que empezar.
-¿Algún deportista malagueño en ciernes que nos vaya a dar la sorpresa? ¿Algún crack?
-Bueno, ahora vienen los Juegos Olímpicos el año que vienen, que me hace especial ilusión por haberlos vivido y tengo esperanza en alguno. Tenemos remeros importantes que ahora mismo pasan desapercibidos, pero pueden pegar el pelotazo.
-¿De dónde?
-Del Club Mediterráneo, están dándole fuerte. Tenemos también a triatletas que vienen un poco de tapadillo. No quiero decir nombres para no crear tampoco mucha presión. Bueno, Damián Quintero, no, porque el karate lo han quitado oficialmente como especialidad olímpica. La chicas del balonmano que está haciendo un gran trabajo. Bueno, Sole López y su hermana, que son malagueñas, que tienen muchas opciones de ir a los Juegos. Es complicado porque al final es verdad que lo de los Juegos Olímpicos es difícil.
-Suena como fichaje estrella de director general de Deportes el atleta Dani Pérez.
- Bueno, eso todavía no se ha convocado.
- Eso está medio cocinado.
- ¿Cómo te enteras de estas cosas? (Risas). Ahí no me mojo yo porque no tengo ni idea cómo va el proceso. Pero estoy deseando tener un director general de Deportes porque me hace muchísima falta.
-Hablando de fichajes, ¿fue usted uno directo del alcalde?
-Espero que sea del alcalde y del partido. Me encantaría que hubieran coincidido, pero es verdad que no te puedo decir. A mí me llamó el alcalde y me lo propuso y me hizo una ilusión enorme. Y por otro lado, nada más acabé llamé a Francis (Salado) para decírselo porque me sentía como mal, y pensaba que cómo me podía ir de la Diputación con lo bien que me habían tratado.
-Como si le pusiera los cuernos.
-Bueno, (risas) a la Diputación, sí. Yo es que soy un poco sentimental y me puse a llorar pensando que se lo iban a tomar mal. No estaba acostumbrado a esto.
- ¿A que le pretendieran varios?
-Bueno, al final es que el deporte, lo que te da el atletismo es el tema de la lealtad. Mi entrenador, 25 años. Mi mujer, que la conocí con 18 y ahora tengo 40. Yo lo he tenido eso muy a rajatabla, lo de la lealtad. No lo veía como una deslealtad porque entendía que era un nuevo paso, pero como mínimo debía explicarlo bien.
-Usted no será de los aburridos concejales, cada mandato hay uno al menos, que dice que sólo le gusta gestionar, y que se olvidan de que aquí también se hace política.
-Yo veo a mis compañeros cuando debaten y me lo paso muy bien, pero no me veo yo debatiendo ciertas cosas. También es verdad que por ahora los temas que me proponen los compañeros de la oposición solo puedo estar de acuerdo con ellos; están en sentido de la mejora de las instalaciones deportivas y que hay que hacer más por ahí, eso está claro. Pero sé que tarde o temprano llegará, obviamente, el tema de cuestionar mi gestión y ahí creo yo que sacaré el orgullo, siempre desde el respeto. Pero a mí me encanta el tema ese del sarcasmo. Esa historia la llevo bien en el tema personal, pero en el política ya me lo dirás tú.
-Veo que le gusta debatir. Bien.
-Me gusta, me gusta mucho.
- Las puertas, esas puertas por las que usted se agacha al pasar. En el mundo de los ofendiditos, ¿se siente discriminado por ser alto?
-Correcto, me agacho al pasar. Pero no me siento discriminado. (Risas). No, no, ni mucho menos. Por ejemplo, la comidilla cuando nos echamos alguna foto entre los compañeros (ediles) es que nadie se quiere poner a mi lado, pero yo lo entiendo. Yo me ducho y me perfumo todos los días, pero al final ser grande es que se sale un poco de la normalidad.
-Encorvarse. El verbo.
-En todas las puertas. Todas son de dos metros y yo mido 2,03 y los zapatos algo más suben. Como te relajes (se lleva la mano a la cabeza) te das...(Risas). Pero ya me he acostumbrado a agacharme.
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