
JUAN CANO / ÁLVARO FRÍAS
MÁLAGA.
Sábado, 15 de diciembre 2018, 00:32
Una operación conjunta de la Guardia Civil y la Policía Nacional ha permitido esclarecer el primer caso -consumado- de narcoterrorismo en la Costa del Sol. Agentes de ambos cuerpos han arrestado a tres individuos como presuntos integrantes de una oficina de sicarios a sueldo que había echado raíces en la cuidad sueca de Malmö, pero cuyas ramificaciones se extendían a la provincia de Málaga, entre otros lugares de Europa. Se les acusa de la explosión de dos artefactos en Benahavís y San Pedro Alcántara el pasado 10 de octubre.
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El primero de los hechos tuvo lugar en la urbanización Mirador de la Alquería, en Benahavís, sobre las 12.30 de la noche, donde a raíz de una explosión resultó incendiado un coche y la fachada de un chalé. Pocos minutos después, se produjo un incendio de grandes dimensiones como consecuencia de la deflagración de otro artefacto explosivo en el polígono industrial de San Pedro, donde resultaron afectadas al menos cinco naves y cerca de una decena de vehículos. Se da la circunstancia de que la empresa atacada, un lavadero de coches, era también propiedad del dueño del chalé incendiado en Benahavís.
Las explosiones fueron de tal intensidad que se vieron afectadas las cimentaciones de los edificios donde se colocaron las bombas, por lo tuvieron que acudir agentes de los laboratorios de criminalística de ambos cuerpos, los bomberos y los técnicos en desactivación de explosivos (TEDAX).
Minutos más tarde de los atentados, fue localizado un vehículo ardiendo en la zona marbellí de Nagüeles. Tras su extinción, se pudo comprobar que era un turismo con las placas de matrícula falsas -un BMW de alta gama- sustraído hacía varios años en Bélgica. Era el vehículo que habían utilizado los delincuentes para provocar las explosiones y huir.
Las investigaciones que llevaban la Guardia Civil y la Policía Nacional de manera independiente condujeron a una conexión que vinculaba estos sucesos a una importante organización criminal de sicarios a sueldo dedicada a asesinar por encargo que estaría asentada en Suecia con ramificaciones en varios países europeos, incluido España, por lo que los responsables de ambos cuerpos policiales decidieron trabajar conjuntamente para resolver estos hechos.
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La operación, que se bautizó con el nombre 'Mudhika-Letonia', determinó que tras colocar la primera bomba en la vivienda y la segunda en la nave industrial (un lavadero de coches de lujo), los autores prendieron fuego al vehículo que emplearon en sus desplazamientos para borrar cualquier vestigio que pudiera vincularles con estos hechos.
Durante la investigación se ha mantenido una fluida y continua comunicación e intercambio de información entre la policía sueca y la española, llegándose a conocer que esta organización estaría detrás de varios episodios violentos cometidos en Suecia en los que emplearon materiales explosivos, al igual que los hechos ocurridos en la provincia de Málaga.
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Los agentes identificaron a varios miembros de esta organización criminal de nacionalidad sueca, todos con edades entre los 20 y 30 años. Dos de los miembros del grupo criminal se encontraban en localidad sueca de Malmö, donde fueron detenidos. En Marbella se localizó a otro presunto responsable de los atentados, que también fue arrestado en la 'operación Rueda', donde cayeron nueve supuestos integrantes de la red de sicarios sueca, considerada por los investigadores «la peor banda que ha conocido la Costa del Sol»; no en vano, a esa organización se le atribuyeron dos asesinatos cometidos en Marbella y Estepona.
En los cuatro registros domiciliarios realizados ahora en la operación 'Mudhika-Letonia' (tres en Suecia y uno en España), se han intervenido multitud de efectos relacionados con la labor criminal que ejercía esta red, como chalecos antibalas o antiexplosivos.
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Con estas tres detenciones se ha esclarecido la investigación sobre la colocación de los explosivos, desarticulándose la red de sicarios que los había planificado y ejecutado, siempre por encargo. Su objetivo, que resultó ileso, era un ciudadano francés de origen marroquí, con antecedentes, al que las pesquisas vinculan al mundo del narcotráfico.
A los detenidos, uno de los cuales se encontraba ya en prisión por la operación 'Rueda', se les imputan los delitos de tenencia ilícita de explosivos, homicidio, pertenencia a organización criminal, daños y falsificación de documento público.
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