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Octubre de 1971. Una noche en el cine en Archidona acabó convirtiéndose en un escándalo público de la época. Los asistentes disfrutaban de un espectáculo flamenco cuando algunos de ellos se levantaron sobresaltados. La explicación, unas filas más adelante, donde una pareja de jóvenes -un obrero agrícola de 24 años natural de Loja (Granada) y una joven de Archidona de 18 años- había dado rienda suelta a su efusividad, sin imaginar que una masturbación iba dar tanto de que hablar. El incidente acabó en los tribunales, por los daños ocasionados en la ropa de dos espectadores que fueron salpicados de semen -los desperfectos fueron valorados en más de 5.000 pesetas-, y lo más sorprendente es que terminó convirtiéndose en un libro de Camilo José Cela, fascinado por la anécdota, y en una película posterior en la que el propio académico y premio Nobel hizo de sí mismo.
Este episodio, ocurrido en plena fiebre del 'destape', dio lugar al conocido como 'Cipote de Archidona', tal y como aparece en el libro de Cela 'La insólita y gloriosa hazaña del Cipote de Archidona', editado por Tusquets en 1977. El autor, asombrado por la potencia del mozo, firmó esta obra después de conocer el incidente por el poeta malagueño, abogado y también académico Alfonso Canales, con quien se cruzó una serie de cartas en las que hablaban del asunto sin cortapisas, dedicándole incluso algún soneto. Esta correspondencia centra el contenido del libro, donde también se recopilan poemas y dibujos que le enviaron a Cela algunos ciudadanos. Así recordaba Canales en una entrevista publicada por diario SUR en 2002 cómo conoció el incidente: «Fue algo casual, yo estaba en la Audiencia interesándome por una causa y (el juez) Pepe Jiménez Villarejo dijo que me enseñaría el asunto de Archidona. Leí la sentencia y ahí empezó todo. Primero le escribí la carta a Cela. Luego tuvimos una cena en el Málaga Palacio y salió el tema de la carta. Ahí empezaron a pedirme copias. Eran otros tiempos, hablar del cipote de Archidona era una revolución». Sobre si en el pueblo le habrían perdonado por dar tanta difusión a ese hecho, el autor contestaba con humor: «No lo sé, pero por si acaso no voy por allí». En el municipio no se tomaron muy bien que la localidad fuese reconocida por este escándalo, que no se quedó en el papel, sino que llegó a la gran pantalla de la mano del director Ramón Fernández. Así, en 1979 se estrenó la película, con Josele Román, Francisco Algora, Antonio Gamero, Isabel Luque, Luis Ciges, Rafaela Aparicio, Laly Soldevilla y el propio Cela en el reparto. En la sinopsis de esta comedia puede leerse: 'Durante un espectáculo musical, una pareja se embelesa hasta tal punto que ella, enardecida, toma en sus manos el miembro viril de su novio con tanta gracia y donaire que las consecuencias les hicieron famosos, sobre todo al miembro viril...'.
En una sentencia de la Audiencia Provincial de Málaga, la pareja fue condenada por escándalo público a dos meses de arresto mayor, multa de diez mil pesetas y seis años y un día de inhabilitación especial para el cargo de guarda y tutela de menores, así como a indemnizar a los perjudicados.
Extracto de la carta enviada por Alfoso Canales a Camilo José Cela explicándole el incidente:
«La cosa ha acaecido en Archidona, muy cerca de donde se halla la célebre Peña de los Enamorados. Una pareja -no consta que fueran novios formales- se encontraban en el cine, deleitándose con la contemplación de un filme musical. La música o las imágenes debían ser un tanto excitantes, porque a ella, según tiene declarado, le dio -no sabe cómo- el volunto de asirle a él en la parte más sensible de su físico. El cateto debía ser consentidor, pues nada opuso a los vehementes deseos de su prójima... Según parece, el manipulado, hombre robusto por demás, era tan virgen como López Rodó o, al menos, llevaba mucho tiempo domeñando sus instintos. El caso es que, en arribando al trance de la meneanza, vomitó por aquel caño tal cantidad de su hombría, y con tanta fuerza, que más parecía botella de champán, si no géiser de Islandia. Los espectadores de la fila trasera, y aun de la más posterior, viéronse sorprendidos con una lluvia jupiterina, no precisamente de oro. Aquel maná caía en pautados chaparrones, sin que pareciera que fuese a escampar nunca...»
Extracto de la respuesta de Camilo José Cela:
«¡Bendito sea Dios todopoderoso, que nos permite la contemporaneidad con estos cipotes preconciliares y sus riadas y aun cataratas fluyentes! Amén ¡Viva España!... Te ruego que transmitas a la Excma. Diputación Provincial de Málaga mi propuesta de que le sea atribuido un homenaje de ámbito nacional al dueño de la herramienta, honra y prez de la patria y espejo de patriotas. Podría levantarse en su honor un monolito granítico con una farola en la punta del haba -el falofaro de Archidona visible desde las costas de África-; podrían editarse tarjetas postales y fabricarse cipotillos de solapa; podría incluirse la contemplación de tanta gloriosa prepotencia en el programa de los cursos de verano para extranjeros...».
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