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JOAQUINA DUEÑAS
MADRID.
Domingo, 23 de mayo 2021, 00:01
Hace más de un año que, debido a la pandemia, no asistíamos a una gran boda aristocrática. Ayer, por fin, fue el día. Carlos Fitz-James Stuart, conde de Osorno e hijo del actual duque de Alba y de Matilde Solís, y Belén Corsini contrajeron matrimonio en el palacio de Liria de Madrid. Lo hicieron en una ceremonia al aire libre, en los jardines, con sus familiares y amigos más allegados, sin superar los dos centenares de invitados. Las restricciones de seguridad para evitar los contagios de la covid hicieron que se quedaran lejos de los 300 acompañantes que hubo en la boda de su hermano Fernando con Sofía Palazuelo, duques de Huéscar, a la que incluso acudió la reina Sofía y que se celebró en la capilla del mismo palacio.
En torno a las 11:30 horas llegaron los músicos y algunos de los trabajadores que acudían a ultimar los detalles del enlace. A partir del mediodía comenzó el goteo de invitados. Los duques de Huéscar eran de los primeros en llegar al evento, muy elegantes. Amigas de la novia aseguraron que ella estaba muy feliz aunque con los nervios naturales de un día tan especial. Y así se sucedieron los familiares y amigos como Jacobo Fitz-James, primo del novio, y su mujer, Asela Pérez Becerril, con sus hijos que también se casaron en el mismo escenario hace diez años; Enrique Solís, hijo de Carmen Tello; Brianda Fitz-James, prima del novio con el que guarda una excelente relación; siempre fiel a su estilo, Jacobo Siruela y su mujer, Inka Martí; Luis Martínez de Irujo y Adriana Marín; un suma y sigue de glamour al que no faltó Barbara Mirjan, la joven novia de Cayetano Martínez de Irujo, que no pudo acudir a la boda de su sobrino por problemas de salud.
Uno de los más esperados era Alfonso Díez, el último marido de Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba. Aunque a este funcionario del Estado le costó lograr la aceptación de los hijos de su pareja, parece que el tiempo le dio la razón y consiguió hacerse un hueco en la familia, tanto que, aunque ya han pasado más de seis años desde que falleciera Cayetana, él sigue participando de los grandes acontecimientos tal como se pudo comprobar ayer, aunque el viudo de la duquesa de Alba prefirió esquivar a los medios y entrar directamente al recinto con su vehículo.
La primavera les permitió disfrutar del aroma de las flores y de la frondosidad de los jardines de palacio en un día más fresco que los precedentes. Ella, con un diseño de Navascués. Un vestido corte imperio, realizado en georgette pesante de seda natural con doble falda y enagua en satín con remate bordado y mangas de una pieza abullonadas. La cola era independiente, realizada en tul plumetti bordado sobre gazar y el velo, de tul plumetti con aderezo de joya de familia. Él, del brazo de su madre, Matilde Solís, que ejercía de madrina. La ceremonia estuvo oficiada por el sacerdote Ignacio Jiménez Sánchez Dalp, que era muy amigo de Cayetana y que ofició su boda con Alfonso Díez e incluso su funeral.
Mantiene una estrecha relación con los miembros de la familia. De hecho, también casó su hermano Fernando con Sofía, a Cayetano con Genoveva Casanova y a otros rostros conocidos como Eva González y Cayetano Rivera, Inés Domecq y Javier Martínez de Irujo, El Litri con Carolina Herrera o Tita Astolfi y Gigi Sarasola.
Tras darse el 'sí quiero', todos pudieron disfrutar de un catering ofrecido por Ciboulette, una prestigiosa empresa cuyas propuestas pasan por dar protagonismo a la materia prima cocinada de manera tradicional pero sin dejar de lado algunas de las nuevas tendencias culinarias.
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