Braulio Medel pierde el control de Unicaja tras más de tres décadas
El economista sevillano abandona la presidencia de la Fundación acorralado por las «dudas» del Gobierno y los supervisores financieros sobre su honorabilidad y la gestión accionarial en el banco
Cuando entró en la sede de la Fundación Unicaja, en la plaza de la Marina, pasado el mediodía de este martes, Braulio Medel ya sabía que saldría de allí desalojado de un sillón que parecía hecho a medida. Por primera vez en más de tres décadas, el economista sevillano ha perdido el control de Unicaja, donde lo ha sido todo: presidente de la caja de ahorros, luego del banco y por último de la Fundación, principal accionista de la entidad con más de un treinta por ciento del capital. Ha asistido a las crisis y reconversiones del sector financiero desde la posición de privilegio que le concedía ser el hombre más poderoso de la banca en Andalucía. Ahora su salida, no exenta de polémica, pone fin a una era en Unicaja.
Hace tiempo que su esfera de dirigente intocable, la capacidad de hacer y deshacer sin que nadie levantara la voz, se quebró. Acorralado por las dudas del Gobierno y los supervisores sobre su honorabilidad y sobre la gestión de la participación accionarial de la Fundación en Unicaja Banco, Medel ha abandonado hoy su cargo tras una sucesión de escándalos que han abierto una crisis reputacional sin precedentes. Y lo hace a diez días de que venza la prórroga aprobada por el Ministerio de Asuntos Económicos para conocer las conclusiones del informe de idoneidad exigido hace tres meses, elaborado por el bufete Baker Mckenzie y encargado por la propia Nadia Calviño, preocupada «por la deriva en la gobernanza» de la Fundación, inquietud compartida por supervisores como el Banco Central Europeo, el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
En medio de estas turbulencias, Medel hizo pública su dimisión el Jueves Santo, al estilo de todos sus anuncios y convocatorias: en pleno festivo, rozando la noche y mediante una nota de prensa, sin dar la cara ni aceptar preguntas. Pero guardaba un último as: una petición para anular el informe sobre su idoneidad al considerar que, una vez fuera de la Fundación, ya no es necesario someterse al análisis solicitado por el Gobierno. Este punto del orden del día, presentado en el Patronato de este martes por su mano derecha, Filippo Faraguna, responsable de la comisión de auditoría, ha sido aprobado con el voto a favor de varios patronos pertenecientes a la órbita del PSOE y de Antonio Jesús López Nieto, del PP.
En el mismo Patronato se ha dado luz verde a la dimisión de Medel y a su sustitución por José Manuel Domínguez, exsecretario del banco, jubilado hace unos meses. Se produce así un cambio de etapa en la Fundación, arrastrada por un carrusel de polémicas en torno a la gestión de Medel. Su figura, en otro tiempo incontestable, comenzó a debilitarse en el 'caso Ausbanc', cuando quedó probado que Unicaja había pagado un millón de euros a sociedades cercanas a Luis Pineda. El intento de venta de Unicaja al Santander, negociado de forma personal por Medel, y su alianza con Manuel Menéndez, exCEO de Liberbank, terminaron de situarlo en el centro de casi las críticas, primero aisladas y luego, ya publicadas por algunos medios, masivas, una vez sumados los partidos políticos y todas las administraciones públicas.
«Ha entregado Unicaja a Liberbank», repiten sus críticos. Por eso en la nota de prensa con la que anunció su salida, Medel achacó su pérdida de credibilidad y reputación a «un sinfín de presiones externas y de persistentes campañas mediáticas hostiles». Pero lo cierto es que su imagen ya llegó horadada a la fusión entre Unicaja y Liberbank. Su unión con Menéndez llegó a comprometer la presidencia del malagueño Manuel Azuaga al frente del banco, con el riesgo de que se produzca la paradoja de que el primer ejecutivo de Unicaja Banco acabe procediendo del bloque asturiano pese a la absorción de Liberbank. Pero esa historia, como el propio Medel, ya forma parte del pasado.
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