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El joven ajedrecista Lorenzo Perea Fruet desplaza el caballo ÑITO SALAS

El talento precoz que ha asombrado al ajedrez andaluz

A sus 14 años el malagueño Lorenzo Perea se ha convertido en campeón absoluto de la región y está en el camino de ser Maestro Internacional e, incluso, Gran Maestro

Lunes, 22 de mayo 2023, 00:40

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Los círculos locales de ajedrez, esa disciplina milenaria súbitamente de moda gracias a la serie 'Gambito de dama', no ocultan de un tiempo a esta parte su asombro ante el talento de Lorenzo Perea Fruet, malagueño que con sólo 14 años (cumplirá 15 en noviembre) ha logrado proclamarse campeón absoluto andaluz a principios de mes en Linares. Por más que la tendencia decreciente en el ajedrez invite a familiarizarse con él cada vez más pronto, las estadísticas de la propia Federación Andaluza de Ajedrez, que citan las dos últimas décadas, no dejan constancia de un ganador tan joven.

En la relación de Lorenzo Perea (Club de Ajedrez El Caballo de Casabermeja) con el juego de las 64 casillas el denominador común es adelantarse a los tiempos habituales. «Mi padre me enseño a jugar. Él lo hacía sólo con los peones y yo con todas las piezas», recuerda. A los 5 años completaba partidas, a los 6 competía, en torno a los 11 superaba el nivel de su progenitor, y a los 14 se ha hecho ya con un prestigio al alzarse con el Andaluz. Y nunca se sintió obligado a progresar. «Siempre me ha gustado mucho el ajedrez. Me he sentido apasionado por él», admite este adolescente imberbe, pero ya con un ELO de 2.268. Palabras mayores para muchos que se han dedicado con devoción a este juego que pone a prueba la dureza mental e inteligencia de sus devotos.

De alguna forma en el ajedrez hay algo de justicia divina con Lorenzo Pérez, un chico con altas capacidades reconocidas, pero que no ha podido adelantar curso en el colegio. Nuestro protagonista cursa 3º de ESO en el IES Christine Picasso, pero no destaca especialmente con sus notas, algo desmotivado. Así lo entienden al menos sus progenitores. «A nosotros nos interesa el ajedrez como herramienta pedagógica, porque no marca límites, lo que sí pasa quizás en el colegio. Es como la enseñanza musical. Si vas a un ritmo de aprendizaje más alto no te coartan. Me gusta el ajedrez porque alguien de 8 años le pueda ganar a otro de 70», razona su padre, Francisco Javier. En casa de los Perea, en el entorno de la Avenida de Andalucía, todos saben jugar al ajedrez. Incluidos los dos hermanos menores de Lorenzo. Federico, de 12, ya tiene 1.800 de ELO y es el vigente campeón provincial sub-18, mientras que Alba, de 8, tiene 1.100 y es campeona de Andalucía sub-8 y tercera de Andalucía sub-10. Hasta su padre se ha federado y su madre, de origen italiana, conoce las reglas.

¿Y qué pasa por la cabeza de Lorenzo Perea ahora? «Mi primer objetivo es llegar a Maestro FIDE (para lo que requerirá al menos 2.300 de ELO), y a partir de ahí ya veremos, pero mientras quiero seguir dedicándome a los estudios», dice tímido pero, al mismo tiempo con una madurez impropia para su edad en el discurso.

El siguiente reto sería llegar a Maestro Internacional (con 2.400 de ELO y tres normas, que son actuaciones ante otros ajedrecistas de nivel relevante acreditadas) y deja en el alero lo de poder convertirse en Gran Maestro (GM), alcanzando un ELO de 2.500 y sus tres normas. Para tener una idea de la dificultad del logro, sólo hay poco más de 500 ajedrecistas a este nivel en el mundo. En Andalucía se cuentan con los dedos de una mano (apenas 50 en España) y en Málaga lo han alcanzado Ernesto Fernández y el marbellí Lance Henderson (el más joven de la historia en nuestro país en serlo), ahora residente en Andorra.

Lorenzo Perea, junto a trofeos ya obtenidos, el de la izquierda correspondiente al último Campeonato de Andalucía. ÑITO SALAS

«Yo diría que para el éxito en el ajedrez es necesario talento, trabajo y pasión, además del apoyo familiar, y todo eso lo tiene él», resume su preparador 'online' desde 2018, el murciano José Carlos Ibarra, otro ejemplo de Gran Maestro). «Su punto más fuerte es que juega con bastante rapidez, y así presiona a los rivales. Tiene un cálculo y visión combinativa bastante bueno y le gusta el juego dinámico», añade Ibarra, pero también aclara que «a veces por jugar rápido se precipita», algo propio de la edad y que «el ajedrez estratégico posicional aún puede mejorarlo».

Un apasionado de Kasparov

¿Y qué referentes ha tenido en su aprendizaje Lorenzo Perea? Su respuesta no ofrece dudas: el ruso Garri Kasparov. «Es un jugador de ataque. Estaba muy por encima de Karpov», se pronuncia, pero también asume que el ajedrez ha evolucionado mucho respecto a su época de esplendor. Da a entender que «con los módulos de análisis actuales» sería difícil trasladar sus partidas a la competición actual.

Y también es conservador respecto al debate que va a más acerca de aplicar nuevas reglas en el ajedrez de élite mundial, cada vez más proclive a las tablas. «Pondría a jugar con tres minutos a cada uno para ver qué se decide. Y si siguen siendo tablas, rey contra rey. Lo que no cambiaría es el orden de las piezas de primera fila por sorpresa antes de jugar. En todo caso podría ser interesante añadir dos columnas, la I y la J, al tablero», proclama y reconoce sin ambages que «me gusta jugar al ataque, pero un buen ajedrecista debe ser versátil, capaz de jugar posicionalmente y saber defenderse».

Eso no quita para que le gusten más las partidas rápidas. De hecho, ahora tiene previsto dos grandes retos, el Campeonato de Andalucía sub-18 de esa modalidad en Baena (Córdoba) y el Andaluz sub-18 de lentas (una hora y media de tiempo límite), pero admite que «no me planteo de momento objetivos a largo plazo, tiene que estar la vía abierta de una carrera». Y es que apenas tres o cuatro ajedrecistas españoles pueden vivir de esta disciplina de una forma más o menos profesional, y en algunos casos tiene que ver más con una faceta divulgativa, hasta didáctica, cara al público. En este sentido, cada vez triunfan más los 'streamers'.

Los padres de Lorenzo Perea Fruet, junto al joven y prometedor ajedrecista. ÑITO SALAS

El entorno familiar de Lorenzo Perea Fruet comparte totalmente estas perspectivas del joven campeón. «No creo que el título andaluz marque un antes y un después para él. Apostarlo todo por el ajedrez sería una opción muy arriesgada, pues ni siquiera los que son profesionales podrían dedicarse toda la vida a competir», se pronuncia en este sentido su padre, que destaca más el papel que hizo antes del Andaluz, en febrero, en un torneo relámpago (4+2) en Benalmádena. Era el 39º del 'ránking' inicial y finalizó sexto y primer español de los participantes. Venció a dos Grandes Maestros, a dos Maestros Internacionales (tablas con otro) y a un maestro FIDE. De los primeros 22 clasificados, el fue el único no titulado. Fue un torneo relámpago (4+2). Tras este torneo subió 223,60 de ELO.

Una de las curiosidades en la preparación de Lorenzo es que no le dedica excesivo tiempo, apenas diez horas semanales, entre las clases y el estudio de aperturas de juego y finales. También devora partidas. Siguió de cerca el último Mundial y es capaz de reproducir de memoria la que supuso su corona andaluza ante el también local Alejandro Gómez Arce.

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