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marina rivas
Jueves, 30 de mayo 2019, 00:22
Los seguidores del balonmano de los noventa recordarán a un tal Mijail 'Yukov'. Un pivote ruso, internacional con su país natal, con una amplia trayectoria en la Liga Asobal que dio sus primeros pasos en España en el mítico Puleva Maristas de 1992, el mismo de los Quino Soler, Pérez Canca, Antonio Carlos Ortega o Valery Gopin (dos veces máximo anotador en la máxima categoría nacional desde Málaga). En aquel conjunto también destacaba uno de sus grandes fichajes, con 1,85 de altura, buena envergadura (como buen pivote) y cuyo apellido en realidad debiera escribirse 'Zhukov', pero se consolidó como 'Yukov'.Aquel nombre ya desapareció de las canchas, pero ahora los amantes del balonmano actual podrán seguir de cerca la continuación de la saga.
Ekaterina Zhukova hará 22 años este 2019 y, pese a su juventud, acaba de terminar su quinta campaña como jugadora del Elche Mustang de la Liga Guerreras Iberdrola, donde no ha dejado de crecer. Esta campaña ha sido la sexta máxima anotadora del equipo (justo por detrás de la malagueña Ana González) y eso que su fuerte no es el gol, sino la defensa, natural en la figura de pivote en la que se desempeña. Llama la atención que, aunque mantiene el pasaporte ruso, en su lugar de nacimiento se refleja el nombre de Málaga.
En su voz no queda nada de ruso, aunque tampoco un deje de andaluz. Y es que Ekaterina pasó sólo los cinco o seis primeros años de su vida en Málaga y nunca ha residido en su país de origen familiar. Su madre también es rusa, de una localidad algo más al norte de Moscú y, a su vez, también jugó al balonmano, aunque no a nivel totalmente profesional en lo que entonces era la URSS. Ambos se conocieron en España gracias a unos amigos en común y, concretamente, en Santander, cuando Yukov militaba en el Teka Cantabria en un año de transición durante su etapa en el Maristas.
Poco después de nacer Ekaterina, la familia al completo se marchó a Altea (Alicante). Entre los equipos de dicha localidad y de Torrevieja, el pivote ruso disputó sus últimos años de Asobal hasta llegar a los 43, siendo uno de los jugadores más longevos que ha militado en la categoría en su historia. Una vez llegados a Altea, la jugadora del Elche comenzó a entender el balonmano como un sueño. «Mi padre me entrenó unos años en Altea y después me fichó el Agustinos de Alicante antes de ir al Elche. Previamente llegué a hacer seis años de baloncesto, pero descubrí que lo que realmente me apasionaba era el balonmano y, hasta que pueda, voy a seguir», explicó la joven.
En su día a día, Ekaterina compagina los entrenos con la carrera de Turismo y también con las clases que imparte a un equipo de cantera del conjunto ilicitano; aunque en su mente sólo piensa en evolucionar como jugadora. Pasos que también sigue su hermano menor, Daniil Zhukov, que compite con el Agustinos en la División de Honor Plata y también acude a verla cuando puede a la grada. El potencial que demostraba la pivote llegó incluso a captar la atención de las categorías inferiores de la selección española, aunque para que la absoluta se fijara en ella habría que solucionar algún que otro problema burocrático. «Soy rusa pero llevo toda la vida en España, es un poco raro porque nunca he jugado allí pero no puedo formar parte de la selección española absoluta. He intentado iniciar el papeleo pero el proceso es complicado, va todo muy lento», lamenta.
Aunque por ahora, sus metas seguirán ligadas al equipo por el que ha renovado un año más. «Me gustaría ganar algún título con el Elche, conseguir logros a nivel grupal y seguir creciendo como este año, que hemos ido de menos a más. Me quedé con la espinita de no meternos en la final de la Copa de la Reina, pero haremos todo lo posible para volver con más fuerza el año que viene», asegura.
En un futuro sueña con volver a Rusia, sólo por cambiar de aires, porque el balonmano, vaya donde vaya, nunca se ausenta de sus planes. Sin embargo, yendo paso a paso, sus objetivos más cercanos pasan por seguir creciendo en España para consolidarse en la élite como su padre.
-Un amuleto.
-De pequeña tenía una herradura que me regaló mi madre. Ahora si algo me sale bien, repito la misma rutina.
-Un cantante o grupo.
-Favorito ninguno, pero últimamente Lola Índigo quizá.
-Una película o serie.
- Película 'Hachiko' y serie 'Vis a vis' y 'La casa de papel'.
-En su tiempo libre...
-Entreno a un equipo de niñas de la cantera del Elche, lo que me sirve para entender la visión de un entrenador.
-Un sueño frustrado.
-Este año, llegar a la final de la Copa de la Reina y, en general, haber estudiado Psicología o Nutrición y Dietética.
- Un segundo deporte.
-Cualquiera que no sea fútbol (ríe). El pádel, por ejemplo.
-Un referente deportivo.
-Mi padre y Heidi Loke, pivote internacional noruega.
-En 10 años estará...
-Vinculada al balonmano y en Rusia.
- Su futuro coche será...
-Un monovolumen grande.
- Un viaje soñado.
- Una ruta por los países nórdicos en invierno.
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Iván Gelibter
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Mateo Balín y Sara I. Belled (gráficos)
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