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cristina pinto
Jueves, 24 de junio 2021, 00:34
Cada día se levanta y el rumbo es fijo: se va a la playa a andar por el agua. Ahí comienza el entrenamiento diario de Miguel Mateos (1994), número dos en el breakdance nacional. La orilla marbellí de San Pedro Alcántara es el camino mañanero de este 'b-boy': «Me levanto y me voy a la playa a andar por el agua, que eso para mí ya es entrenar. Me sirve para prevenir lesiones. Después nado un poco, estiro y vuelvo a casa a seguir planteando el día», explica así Mateos su primera parte del entreno.
En estos últimos meses, la vida profesional de Miguel Mateos, conocido en el breakdance como 'Husky Hask', ha dado un giro importante aunque asegura que su rutina diaria «sigue igual que siempre». En diciembre de 2020 la noticia se hacía oficial: el breaking se sumaba a los Juegos Olímpicos de París 2024. Y a raíz de ahí, desde España se pusieron manos a la obra para profesionalizar esta disciplina: la Federación Española de Baile Deportivo (FEBD) arrancó el calendario de campeonatos oficiales. Entre ellos, el Campeonato de España absoluto el 20 de marzo de este 2021. Ahí Miguel Mateos, 'Husky Hask' se alzó con el segundo puesto, y la medalla de plata llegó desde Alicante hasta Málaga sin esperarlo, como así relata el sampedreño. «No tenía ningunas expectativas, fui por estar en el primer campeonato que organizaba la federación», asegura.
Ahora va a viajar a Rusia para competir en el campeonato europeo. Mañana viernes estará en el evento internacional junto a otros compañeros españoles y admite que sí, que está emocionado con el viaje: «Para este campeonato no me lo planteo de una forma diferente. Sí que estoy emocionado con el viaje, con ir a Rusia, que nunca he estado, pero el campeonato en general no me preocupa en exceso. Estoy practicando como siempre y cuando llegue allí haré lo mío y ya está. Lo que tenga que pasar, pasará», puntualiza el 'b-boy'. Y es que por la experiencia de tiempos pasados confiesa que no le viene bien pensar que va a un evento concreto. «Lo de prepararme para algo en específico ya lo pasé cuando era pequeño y tampoco me viene bien tener la presión de tener que pensar mucho en ello», añade Mateos.
Y es que antes de esto ya el nombre de Husky Hask había estado en numerosos eventos nacionales e internacionales, pero, como dice él mismo, «antes no estábamos federados ni esto iba por medallas». Se nota el cambio y ambas partes se adaptan: tanto la FEBD como los 'b-boys' y 'b-girls'. Desde el lado de los bailarines, Miguel Mateos así lo percibe: «Ahora todo está cambiando. Para ellos el ámbito del breakdance ha llegado nuevo, igual que para nosotros el deportivo. Estamos en un tiempo de comunicación y entendimiento para que todo vaya conforme a las dos partes».
Volviendo al entrenamiento, dedica todo el día a ello. Después del entrenamiento matinal que explicaba anteriormente, por la tarde vuelve a entrenar físico y estirar y después hace el rato de breaking puro. «Grabo el entrenamiento y cuando llego a casa me veo el vídeo mil veces, hasta que acaba el día», confiesa el 'b-boy' de San Pedro Alcántara, aunque destaca un problema en estas rutinas del día a día: «Sigo entrenando todos los días en la calle porque allí no es como en Málaga y no tenemos ningún espacio para practicar. Así que sigo luchando contra las miradas malas de los vecinos o de gente que pasa por allí...», afirma Mateos.
Desde que empezó con apenas 11 años ha entrenado en la calle. Todo fue porque un amigo del colegio vio a 'Impact Brothers', dos hermanos que se dedican a hacer acrobacias y pasos de breakdance. «Mi amigo se quedó impresionado y cuando me lo enseñó yo pensé igual. Y ya empezamos a hacerlo por diversión, hasta que empezamos a bailar todos los días», rebobina en su historia Husky Hask.
Desde que se puso en marcha en Málaga el espacio 'El Taller', él no dudó en unirse y formar parte del club, que este último año ha pasado a llamarse 'Málaga Breaking Club' gracias al apoyo de las instituciones de la capital de la Costa del Sol, algo que Miguel Mateos valora y echa de menos en su municipio: «En Málaga el propio Ayuntamiento y la Diputación han facilitado las cosas desde el principio y nos están dando mucho apoyo, al contrario que pasa en San Pedro, que nos está costando la vida. Ahora con espacios como el de este club malagueño ya es una actividad más digna, aunque suene feo decirlo. Los padres, cuando llevan a sus hijos a ese espacio, se quedan más tranquilos porque saben que no están en la calle», reflexiona al hablar de Málaga Breaking Club.
A pesar del campeonato internacional y de una posible mirada a los Juegos de 2024, Miguel Mateos se reitera en su objetivo: «Mi objetivo es bailar el máximo tiempo que pueda, poder ser un longevo en esto, que me encanta, por muchos años más», declara Husky Hask. Sobre esa cita olímpica en París puntualiza: «Ni me lo planteo ni me lo imagino. Yo ahora mismo solo quiero entrenar y practicar. Si sigo haciéndolo, pues sí, puede que se pueda conseguir lo de ser olímpico». «Yo, aparte de todo, esto lo considero más bien un arte en el que uno mismo, a través de horas y horas, va conociéndose y también conociendo a los demás, porque esto es de comunidad, no individual», concluye el 'b-boy'.
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