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carlos j. martínez
Domingo, 5 de noviembre 2017, 00:32
Una tesis doctoral es un largo periodo de estudio en el que pocas veces se puede pensar que surgirá un deporte. Norberto Domínguez preparaba su tesis mientras compaginaba su empleo en el colegio Hans Christian Andersen, de Málaga capital. El baloncodo, un deporte que a priori puede sonar extraño, que busca innovar el panorama deportivo, a la vez que incorpora elementos de la cultura tradicional malagueña.
La casualidad, como en tantas ocasiones presente en muchos inventos, estuvo también presente en el lugar de nacimiento del baloncodo, en 2015. «Estábamos realizando unos ejercicios de vuelta a la calma, cuando uno de los niños golpeó una pelota de ‘fitness’ hacia mí. De manera instintiva la rechacé con el codo, ya que tenía los brazos en jarras. Así empezó», confiesa el inventor de este deporte, Norberto Domínguez.
Pista. El baloncodo nació en una pista de baloncesto. Se optó por esta superficie debido a la facilidad para encontrarla. Se ha ampliado la modalidad a playa y está en vía de jugarse en césped.
Vocabulario. Este deporte nace de la cultura malagueña. El área se llama biznaga y los puntos, sur.
Reglas. Enfrenta a dos parejas, formadas por un hombre y una mujer. La duración es de dos partes de doce minutos. La elección del tiempo no es casual, ya que hace referencia a las constitución de Cádiz, de 1812.
Pero el vínculo con Málaga iba a nacer a raíz del comentario de uno de sus alumnos, así lo cuenta: «Uno de los niños me dijo que parecía un cenachero. El resto de la clase no sabía qué era, y gracias a ese simple gesto descubrieron un elemento de la cultura de la ciudad». Poco a poco sus alumnos se fueron interesando más por la cultura malagueña, pilar fundamental de este deporte. Ya que ‘biznaga’ o ‘sur’ forman parte del vocabulario del baloncodo. Cuyo principal nombre y en homenaje a la figura del cenachero, fue ‘cenabol’.
El escenario elegido para desarrolla el baloncodo fue la pista de baloncesto, debido a la facilidad que tenían los niños de controlar las dimensiones y, sobre todo, la posibilidad de poder encontrarla en cualquier colegio o polideportivo. En cuanto a la pelota escogida, Norberto Domínguez revela el proceso de selección: «En un principio la pelota de ‘fitness’ no les convencía. Tras probar las de fútbol y baloncesto, llegaron a la conclusión que la de ‘fitness’ era la más cómoda».
En cuanto al reglamento siempre se ha buscado que sea flexible, por ello ha experimentado diversas reformas. La última, en vías de aprobarse, es la creación de la disciplina de baloncodo césped. Actualmente existe la modalidad de baloncodo pista y playa. El proceso de crecimiento de este deporte, pese a su gran crecimiento en tan sólo dos años, ha tenido etapas que han sido lentas y de mucho trabajo.
Domínguez ha compaginado su labor como profesor con el desarrollo del baloncodo, en el que su trabajo de promoción a través de las redes sociales le ha servido para poder dar a conocer el baloncodo. Un deporte que a pesar de su juventud, se práctica en diversos puntos de España e incluso ha cruzado el charco y se juega ya en Brasil, Colombia, México o Argentina.
En este trabajo de redes sociales, el baloncodo se introdujo en el Ayuntamiento de Málaga. Domínguez cuenta cómo fue esta primera conversación con las autoridades: «Me puse en contacto con el Ayuntamiento para saber si podían incluir baloncodo en los Juegos Deportivos Municipales». Aunque no todo fue un proceso de rosas, puesto que en un principio no cuajó la idea hasta que, tras mucho insistir, el pleno al completo aprobó su incorporación.
El siguiente paso fue acudir a la Junta de Andalucía, que se interesó en el proyecto, pero el hecho de no contar con una federación propia fue un impedimento. «La diferencia entre un deporte y modalidad deportiva es que el deporte cuenta con federación y le da ciertas ventajas», explica. Aunque existen excepciones, porque, si se blinda un deporte a nivel legislativo, se pueden gozar de las mismas ventajas que los deportes que tienen federación, aunque en Andalucía no se aplica. Domínguez confiesa que no quiere lucrarse con el deporte: «Si alguna institución se hiciera cargo del baloncodo, les cedería todos los derechos. Lo que busco es que este deporte siga creciendo».
La popularidad del baloncodo es cada vez mayor y ya son muchos los comentarios que lo califican como el ‘nuevo’ pádel. Un deporte que surgió fruto de la casualidad, que se desarrolló en una tesis doctoral y que sigue experimentando cambios al mismo tiempo que crece. Otras de las novedades es su incorporación como deporte en el Trofeo Rector, de la Universidad de Málaga. Un ejemplo de que no todo está inventado.
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