El hijo de Jiménez se abre hueco en el Mena Tour

Miguel Ángel Jiménez Bravo, hijo del campeón español de mismo nombre, ha obtenido los derechos de juego en el Mena Tour, Circuito establecido en Oriente Medio y Norte de África que en este 2020 contará con 11 eventos en su calendario y un montante en premios de más de 800.000 dólares en su conjunto. Jiménez Jr. (-9) conquistó el pasaporte al 'tour' tras finalizar en lo más alto de la tabla en el Ayla GC de Aqaba, en Jordania, recorrido que acoge, como es habitual esta escuela, tres rondas de 70, 71 y una última de 66 golpes, el mejor resultado entre todos los jugadores que tomaron parte en el evento en los tres días de juego. Ramón Ventura, español que también tomaba parte en esta primera parte de la escuela, no logró el objetivo al terminar trigésimo; sólo los 22 primeros clasificados tenían garantizada la tarjeta del circuito.

Acaba de acceder al profesionalismo, pero su nombre es reconocido en todo el mundo. Jiménez disputó en 2017 su primer torneo tras una breve pero intensa etapa como 'amateur'. «Juego desde que tengo fuerzas para coger un palo, pero la verdad es que pasar a ser profesional es un salto al vacío», reconoce el joven jugador, consciente de lo difícil que resulta ganarse la vida como deportista de élite y de la avalancha de comparaciones a las que tendrá que hacer frente: «Mi padre es un referente, aunque a veces me choca su forma de entender el juego. Él lo ve de un modo muy puro, con mucha técnica, y yo como algo más atlético, de más entrenamiento».

Jiménez júnior se define como un golfista «valiente», sin miedo de arriesgarse cuando llegan los problemas. «Prefiero estar en medio de la calle, claro, desde una posición sencilla para golpear, pero no me molestan las situaciones complicadas», asegura. Admira a Phil Mickelson «por su imaginación y su habilidad» en el campo, pero no oculta la devoción cuando habla de su padre, que desde hace un par de temporadas combina los circuitos profesionales con los torneos séniors: «Sé que es un ídolo para mucha gente, pero yo lo veo como padre». ¿Y cómo es Miguel Ángel Jiménez en ese papel? «Como padre es más duro que como golfista, aunque yo tampoco he sido un santo. Hemos tenido alguna riña», confiesa entre risas.