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«Pero mira que es guapo», «qué tipazo tiene» se decían a modo de confidencia dos señoras de las muchas que abarrotaban el Palomar del ... Pimpi. Pablo Puyol entraba en la sala entre aplausos y vítores, con un micrófono «a lo Madonna» en la cara y muchas ganas de hablar. A veces, incluso más de la cuenta. Ni una localidad quedó vacía para escuchar al nuevo 'chico Banderas' en la inauguración de Lunares Teatro, el proyecto cultural de Fundación El Pimpi.
El malagueño llegó a la bodega directamente de los intensos ensayos de 'A Chorus Line', el musical que abrirá el Teatro del Soho Caixabank. «Antonio me tiene esclavizado», bromeó entre risas. Alabó el papel de Banderas como director («Tiene muy claro lo que quiere y te trata con mucha mano izquierda»), se felicitó del impacto que tendrá este nuevo escenario en la ciudad («Va a ser espectacular, a la altura de la Gran Vía y mucho más allá») y hasta se aventuró a poner un día para la apertura del espacio, el asunto que más expectación levanta. Pablo Puyol lanzó que la «fecha definitiva» del estreno será el 16 de noviembre, sábado, un extremo que fue rápidamente matizado por el propio teatro. Según fuentes oficiales, se mantiene la previsión de abrir a mediados de noviembre, pero no se descarta que sea el mismo 15.
Así las cosas, pese a la emoción del público del Pimpi que ovacionó la primicia de Puyol, las tan esperadas fechas de inauguración y venta de entradas siguen en el aire, a expensas de la evolución de unos trabajos de reforma que «como en palacio, van despacio», apuntó Puyol.
Independientemente del día marcado en el calendario, formar parte del musical de Banderas en casa es un «sueño cumplido» para quien tuvo que dejar Málaga hace 20 años ante la falta de oportunidades. Un año como estudiante de Biología le bastó a Pablo Puyol para darse cuenta de que lo suyo no eran los laboratorios sino los escenarios. Y, tras formarse en arte dramático, puso rumbo hacia Madrid.
En su charla-entrevista con Cristina Morales, coordinadora de Lunares, Puyol desveló que en su primer año en la capital trabajó de reponedor en una gran superficie, de camarero en un bar y hasta de gogó en una discoteca.
El musical 'Grease' le ofreció su primera oportunidad profesional y desde entonces no se bajó de las tablas. Pero fue la televisión la que le dio el reconocimiento masivo con su papel en 'UPA Dance'. «¿Por qué me ponía esas cosas? Salía a la calle casi disfrazado», dijo al ver un vídeo de aquella época, unos años de trabajo duro y «un aprendizaje increíble». Menos crítico fue con su participación en 'Tú cara me suena', volviendo a ganarse al público de El Pimpi con su imitación de Andrea Bocelli reproducida en una pantalla.
En lo profesional recordó divertidas anécdotas en los musicales, en lo personal habló de su decisión de ser vegano como reacción al maltrato animal en la industria alimentaria. Y todo en un ambiente distendido y familiar... En primera fila, su madre asentía cuando él hablaba y sonreía con cada aplauso de la sala.
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