Genalguacil: un pueblo malagueño de 400 vecinos a la conquista de Arco
Arte contemporáneo ·
La localidad firma el único expositor de la provincia en la mayor feria del país, que este miércoles abre sus puertas con media docena de autores locales en varias galerías nacionales
Resulta casi inevitable la analogía con la diminuta aldea gala frente al Imperio Romano. Astérix, Obélix y compañía ante el ejército más poderoso jamás conocido. Un pequeño pueblo apenas armado con una poción mágica, que aquí bien podría estar hecha de compromiso, constancia y entusiasmo. Claro que si el druida Panorámix nunca desvelaba el ingrediente secreto, en este caso es evidente: buenas dosis del mejor arte contemporáneo para librarle la batalla a la despoblación y el olvido institucional. Y así, un pueblo malagueño de menos de 400 habitantes sale a la conquista de la mayor feria del país dedicada a las artes actuales. Porque Genalguacil entra este miércoles por derecho en el catálogo de Arco, que abre sus puertas con la propuesta de este municipio como único expositor procedente de la provincia malagueña.
No es la primera vez de Genalguacil en Arco y, sin embargo, todo resulta muy distinto. Sus Encuentros de Arte asomaban a la feria madrileña allá por 2007 de la mano del 'stand' institucional de la Diputación. Ahora, el municipio firma un expositor propio, con una pieza encargada para la ocasión y una selección de obras que destilan su apuesta por la creación visual contemporánea desde hace más de 25 años.
El montaje lleva la firma del profesor de la Universidad de Málaga (UMA), comisario de exposiciones y crítico de arte de SUR Juan Francisco Rueda. Además, representa el mascarón de proa de un desembarco malagueño en Arco en cuya tripulación cabe contar a media docena de autores de la tierra, cuya obra forma parte de las propuestas de algunas de las galerías más señeras de la escena nacional.
Se trata del veterano Alfonso Albacete en Marlborough, Carlos Aires en ADN Galería, Nono Bandera que sigue representado por Espacio Mínimo, Cristóbal Ortega de nuevo con la barcelonesa Miguel Marcos y la potente dupla formada por Paloma de la Cruz y José Medina Galeote en el expositor de la Galería T20 de Murcia.
Sin galerías malagueñas por séptimo año consecutivo
Del otro lado de la balanza, la feria se cierra por séptimo año consecutivo a las galerías de la provincia. Yusto/Giner brilla en algunas de las citas más importantes del mundo, pero Arco le sigue vedado. También fuera ha quedado la Galería JM, mientras que Isabel Hurley ha decidido no postularse a la edición que este año se celebra en pleno verano, en lugar de su tradicional mes de febrero, debido a la crisis sanitaria que también marca una selección menor que en años anteriores.
Pese a todo, la edición número 40 de la cita madrileña reúne desde este miércoles a 130 galerías de 26 países que presentarán las obras de más de 1.500 autores. Como en años anteriores, Arco distribuye su catálogo en varias secciones: las 105 salas presentes en su programa general, a las que se unen los proyectos específicos reunidos en el apartado 'Opening' donde participan diez galerías y la sección 'Remitente. Arte Latinoamericano', con otros quince espacios procedentes del otro lado del charco.
Y de este lado, Genalguacil rompe la baraja de los círculos de influencia del arte contemporáneo español con tres ases en la manga sobre el tapete de Arco: un mosaico de Fernando Renes elaborado para la ocasión que después se instalará en las calles del pueblo, una pieza de Raquel Serrano y una obra de Arturo Comas, que acaba de inaugurar la exposición '10º' en el museo de la localidad malagueña.
«Estar en Arco es de alguna manera la culminación de un trabajo y, también, la respuesta a ese trabajo bien hecho. En ese sentido, el 'stand' es una herramienta para visibilizar lo que significa Genalguacil Pueblo Museo como estrategia sociocultural para la repoblación a través del arte contemporáneo. Queremos proyectar esa fe en el proyecto como un arma de transformación social«, avanza Rueda.
Del 'stand' al pueblo
Fernando Renes firma un mosaico de azulejos que supera los seis metros cuadrados y que después de Arco se integrará en el paisaje cotidiano de Genalguacil, como ya sucede desde 2017 con otras piezas suyas incluidas en el proyecto 'Pintar imaginarios'. «La pieza es un viaje a la propia historia de Genalguacil que recoge el momento en el que colocamos los 'lebrillos mudos' de Renes al lado del museo del pueblo. Va más allá del mero soporte para convertirse en una representación de lo que supone el arte en este lugar«, brinda Rueda.
Junto al mosaico, una de las deliciosas obras sobre papel que Raquel Serrano realizó en los Encuentros de Arte del año pasado, estampando sobre las láminas las irregularidades de algunos muros singulares de la localidad. Y a modo de broche, una instantánea de Arturo Comas donde dos vecinos de Genalguacil sostienen un artefacto destinado a mantener el equilibrio de un vaso de vino. La pieza toma esos diez grados de desnivel sobre los que se levanta el pueblo para espolearlos como metáfora de la lucha permanente de la localidad por vencer las desigualdades.
Un camino labrado durante más de dos décadas que ahora llega a la feria de arte actual más importante del país. «Acudimos con mucha ilusión, porque llevamos muchos años trabajando para estar aquí por méritos propios. La trayectoria de Genalguacil en los últimos años ha estado marcada por el desamparo institucional, por eso esto significa tanto para nosotros, porque creemos que poco a poco lo estamos consiguiendo, pese a todas las adversidades«, comparte el alcalde de la localidad, Miguel Ángel Herrera.
«Genalguacil ha demostrado –cierra Herrera– que el arte y la cultura, combinados con la tradición y la naturaleza, funcionan«. Ahí están los ingredientes esenciales de la pócima que la hecho de esta pequeña aldea un lugar mágico, inmune al imperio del desánimo.
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