Sarria calienta motores para su segundo disco

Con palabras de ilusión lo cuenta a SUR: «Madrid fue espectacular, un concierto muy arriesgado pero al final llenamos la sala y la gente cantó las canciones. Nada que ver con los conciertos del inicio en los que sólo veías a tus amigos y familia, ahora el 80% del público que viene no se quién es», admite Sarria. Pero como en casa, en ningún sitio. El pasado 2 de junio, La Cochera Cabaret fue el escenario de algo mágico: «Fue como en Madrid, pero multiplicado por dos porque estábamos rodeados además de los nuestros. Esto ha sido un chute de energía, más ahora en este año, en plena grabación del nuevo disco que hace que apenas esté tocando en directo. Esto es algo que la banda y yo necesitábamos, conciertos con buenas sensaciones que nos dan vidilla».

Estos días está trabajando en el Puerto de Santa María con Paco Loco, con quien está produciendo este nuevo disco. «Terminaremos de grabar y seguiremos tocando algunos bolos, pero algo más íntimo, en formato acústico», detalla Sarria. El resto, «componer y tocar», su día a día y su forma de «sobrevivir» mientras toca en hoteles y terrazas: «Mi manera de seguir es amenizando cócteles y con pequeños bolos para seguir entre disco y disco».

Ese nuevo trabajo que llega tiene composiciones que van desde 2019 hasta principios de este mismo 2023. Y, como a Sarria le gusta explorar y ponerse nuevos retos, la sorpresa de este disco llega con un bolero: «Era algo que me motivaba un montón, tardé en escribirlo pero al final ha salido como buscaba», reconoce el cantante. El malagueño se atreve en este nuevo disco a plantear cosas que de primeras no fue capaz: «En el primero fui a piñón fijo y ahora ya tengo la confianza y seguridad en mí mismo para experimentar».

Experimentos que llegan hasta temas de música disco. Y dejando a un lado su rollo sesentero y setentero, aunque sin perderlo del todos. «En 'Sarria' fui muy sincero con mi influencia y con el tipo de música que siempre me ha gustado, pero en este nuevo trabajo se ve mi evolución para romper con ese estilo del primero, aunque sin perder mis influencias que siguen ahí presentes. Me gusta mucho porque ha enriquecido el imaginario del proyecto, ya no hay tanto rock y folk psicodélico, ahora hay variedad de colores. Son cosas que antes no me atrevía».

Ya ha pasado por ese «miedo del primer disco» que fue una gran inversión de tiempo y dinero para el malagueño. Ahora lucha por seguir en este mundo creando música y creciendo con su público, que le está demostrando que le es fiel. Aunque Sarria pide un poco más de apoyo a las bandas emergentes y 'underground' de la capital: «Las bandas locales estamos un poco abandonadas, a veces da la sensación de que uno en casa es donde peor lo tratan; parece que te valoran más fuera. Faltan salas con capacidad para unas 300 personas», concluye el artista.