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Es una charla necesariamente breve, lo habitual cuando al otro lado de la línea hay una estrella internacional. La grabadora apenas registra 13:57 minutos, ... encajados entre varias entrevistas en la jornada reservada para promocionar la gira en España. Y, pese a todo, ella consigue que sea una conversación cercana y distendida, con tiempo para preguntar por el clima de Málaga, para bromear y hasta para reivindicar. Treinta años de carrera mundial dan tablas para esto y para mucho más. Laura Pausini anticipa su llegada a Málaga el próximo 5 de diciembre justo cuando se cumplen tres décadas de su debut en español con ese eterno «Marco se ha marchado para no volver». Un concierto en el Palacio de los Deportes Martín Carpena que durará dos horas y 40 minutos más o menos –«depende de cuánto hable»–, en el que viajará por «el pasado, el presente y el futuro». Vamos por partes.
El concierto
Fecha Jueves 5 de diciembre, 20.30 horas.
Lugar Palacio de los Deportes Martín Carpena.
Entradas Desde 45 euros.
El pasado. «A veces me da un poco de melancolía porque me acuerdo de mi ingenuidad, de mi manera de ser inocente frente a todo lo que estaba pasando», confiesa. Fue un momento «bellísimo e inesperadísimo», porque por entonces ella solo aspiraba a cantar como un hobby. Pero la repercusión de su canción, la que dedicó a su primer novio –y su primer desamor–, dio un vuelco radical a su vida. «Ahora, después de 30 años, puedo decirte que sobre todo me siento orgullosa de lo que la música me ha permitido ser a día de hoy como mujer». Explica que nació en un pueblo pequeño del norte de Italia, en Faenza, «muy conservador»: «Y salir de ahí para viajar por el mundo, encontrando a personas y culturas diferentes, me ha permitido ser muy libre y muy respetuosa con quienes son diferentes a mí».
De hecho, Laura Pausini ha levantado la voz más de una vez en defensa del colectivo LGTBI, reivindicando su derecho al matrimonio en su país, con alegatos en programas de televisión que se han hecho virales. «Si me callo y no digo lo que pienso respecto a eso, ni soy libre ni me merezco estar donde estoy como cantante», afirma con rotundidad. Habla con tanta naturalidad del tema que a veces olvida que no es así para todos. Laura Pausini ríe al recordar el episidio que vivió con la presentadora Toñi Moreno en televisión, cuando en 2018 le preguntó en directo con total normalidad si le gustaban las mujeres: «Por primera vez dormí a pierna suelta. A partir de ahí, todo cambió en mi vida y ya caminaba sin mochila», reconoció hace unas semanas Toñi Moreno durante su pregón del Orgullo en Torremolinos. «¿Sabes qué? Le quiero proponer abrir una tienda de armarios. Tenemos que inventarnos un nombre, Las Toñinis o algo así», bromea ahora, aunque admite que lo pasó «muy mal» cuando fue consciente de que había puesto a la presentadora en un apuro. «Yo soy así, me parece que todo es normal, que no hay nada que esconder».
De esa diversidad que defiende habla precisamente en su nuevo disco, 'Almas paralelas', y en la canción que da título al álbum.
Presente. Laura Pausini amplía su repertorio con 16 temas a la medida de su voz en los que combina ritmos pop y bailables con baladas, pero siempre con un envoltorio actual y contemporáneo. La cantante italiana se mantiene fiel a su esencia, sin sumarse al carro de los sonidos latinos o de la música urbana que dominan el mercado. «Lo he intentado en casa, pero no soy muy buena cantando reguetón», reconoce.
Son letras que, de una u otra manera, hablan de ella, de lo que piensa y quiere. «Ser sincera en mi música fue una cosa que aprendí desde la primera canción, 'La soledad'». El éxito que tuvo esa historia personal le hizo comprender qué era lo que quería hacer: «Decir mi verdad». «Por eso, cuando me proponen canciones que me gustan, pero que tienen una letra en la que no me reconozco, yo no la canto. Aunque pueda ser un éxito o pueda ser muy agradable para el público, pero no quiero que la gente me conozca por algo que yo no soy», resume.
En el concierto de Málaga presentará lo nuevo, pero deja claro que no faltará ninguno de sus clásicos. «La gente hace un sacrificio económico para venir a verme. Yo les canto todo lo que quieren», señala. Además, disfruta haciéndolo porque vive esas letras como si fueran actuales, aunque se remonten a sus años de instituto. «El hecho de haber cantado siempre canciones que me gustan y que hablan de mí en la mayoría de los casos me permite, después de 30 años, cantar 'Marco se ha marchado', 'Amores extraños' o 'Entre tú y mil mares' y sentir que se me pone la pie de gallina», asegura. Pero Laura Pausini no se estanca en lo ya hecho.
Futuro. Se ve a sí misma «con los ojos brillantes, muy curiosa de ver qué pasa». Y esa reflexión, que desde fuera puede parecer una obviedad, para ella es una conquista. Porque no siempre ha sido así. «Es algo que por una temporada no he vivido», confiesa. Cuenta que durante el COVID sufrió un «bajón personal». «Me di cuenta de que estaba destruyéndome a mí misma pensando que ya había hecho todo, que lo había cantado todo, que no era capaz de hacer más. Pero de repente, con suerte, llegaron otra vez a mí las ganas de sentirme como era antes, una persona muy entusiasta, que me gusta vivir la vida. Y en el futuro me veo así. Con tinte para el pelo, pero así», relata con ironía.
–Al fin y al cabo, aunque a veces no lo parezca, también es humana.
–¿Cómo que no lo parece? ¡Sobre todo soy humana! No soy la clásica bella, modelo perfecta. Soy muy normal y me gusta ser así.
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