
«En cuanto pueda me compro una carpa de circo»
El Premio Nacional de Circo, que esta semana ha debutado en Nueva York, cree «hipócrita» prohibir los animales y apuesta por una reinvención de los montajes tradicionales
REGINA SOTORRÍO
Domingo, 12 de febrero 2017, 01:40
Esta vez no ha podido ir en caravana como suele hacer en gira, había un océano de por medio. El malagueño Miguel Ángel Moreno 'Bolo' responde al teléfono desde Nueva York. Su compañía Vaivén se ha instalado durante una semana en la Brooklyn Academy of Music, una destacada sala de teatro de la Gran Manzana que se abre a una pequeña propuesta andaluza de circo contemporáneo. Algo debe de estar haciendo bien: en el extranjero le han colocado la etiqueta de «célebre» y en España él ha sido el último galardonado con el Premio Nacional de Circo. El secreto: su lenguaje. Vaivén, fundada en 2008 por Bolo y su pareja Raquel Pretel, cuenta una historia a través de acrobacias, malabares y giros imposibles. La clave no está en lograr 'el más difícil todavía', sino en que eso tenga un sentido narrativo. Es el nuevo circo. El próximo 11 y 12 de marzo lo pondrá en escena en el Teatro Cánovas con su último montaje, 'Des-Hábitat'.
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EN MÁLAGA
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uEspectáculo. 'DES-Hábitat'.
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uIdea original. Vaivén Circo y Antonio J. Gómez.
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uDirección artística. Rosa Díaz.
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uCoreografía. Raquel Pretel y Natalia Ferrándiz
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uLugar. Teatro Cánovas.
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uFecha. 11 (18.30 horas) y 12 de marzo (12.00 horas).
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uEntradas. 6 euros.
Dice Bolo, también presidente de la Asociación de Circo de Andalucía, que los circenses son «gente atrevida». Lo son en lo que hacen y también, como demuestra en esta entrevista, en lo que dicen.
¿Cómo se define? ¿Malabarista, acróbata, payaso o todo a la vez?
Soy artista de circo. Empecé siendo malabarista, después fui acróbata y ahora que tengo barriga soy payaso.
Tres meses después del Premio Nacional de Circo. ¿Qué ha cambiado?
No demasiado. Nosotros éramos ya una compañía que funcionábamos bien. Puede que haya cambiado a nivel de reconocimiento de la gente, ahora te hablan de otra forma...
¿Le toman más en serio?
Digamos que programaciones que iban a salir seguro, pero dentro de un año, han salido ahora.
De adolescente jugaba a los malabares en el Puente de las Américas. A su madre no le haría mucha gracia...
En esa época sí le gustaba, se complicó todo cuando estudié una carrera universitaria (Ciencias de la Actividad Física y el Deporte) y decidí no hacerle caso para hacer circo. Eso ya gustó menos. Pero de adolescente, mejor ahí que en otro lado.
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Al final, la calle es el primer escenario del artista circense.
En general sí. Tiene que ver con la idiosincrasia de quienes nos dedicamos al circo. En general somos gente más atrevida, si queremos probar algo nos vamos a la calle y lo hacemos. No sucede así en el teatro.
Para exponerse a eso hay que ser muy valiente, sí.
Nosotros hacemos espectáculos de calle pero contratados, a mí me da pánico hacer gorra. Me parece súper valiente la gente que lo hace, que enseña su trabajo a ver quién se para.
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Un veterano malabarista, Ramón Muñoz Karoli, decía que los artistas de circo siempre han sido vistos como «saltimbanquis aventureros y peligrosos, gente de mala calaña». ¿Se ha superado esa imagen?
(Ríe) Creo que eso ya es antiguo. Somos gente aventurera, eso sí, y preferimos dormir en caravana que en hotel. Pero conozco a muchos programadores que ya han cambiado su visión sobre los artistas de circo y dicen que con nosotros «todo es fácil».
¿Usted va en caravana?
Nosotros somos cinco con un bebé. Mi pareja y yo, con mi bebé, dormimos en caravana y el resto en hotel. Es como nuestra casa. No es cuestión de dinero porque nos lo pagarían los festivales, pero lo preferimos.
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Si pregunta en la calle por qué imagen tienen del circo, le hablarán probablemente del Circo del Sol o del circo de carpa y animales. ¿Qué pasa con el término medio?
Y si preguntas por el teatro te dirán Concha Velasco. En España tenemos un problema de base en la cultura en general, no solo en el circo.
Quizás se acentúe más en el hermano pobre de las artes.
Somos los pobres, por ahora. En Andalucía, el circo empieza a coger más peso que la danza, sin incluir el flamenco. Al final las instituciones entienden de dinero y de repercusión mediática. Si hay ocho compañías andaluzas de circo moviéndose por el mundo y solo una de danza, les interesará más el circo.
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Entonces, ¿se sienten infravalorados o eso ya es cosa del pasado?
Sí, totalmente, en circuitos, en ayudas... Por ejemplo, cuando ganamos el Premio Nacional nos felicitó el Gobierno vasco, la Generalitat de Cataluña, la Comunidad de Madrid... La Junta de Andalucía tardó dos o tres semanas. Van a otro ritmo.
Quizás muchos aún no entiendan el circo como un arte.
Yo creo que la gente no considera que las artes escénicas son un arte. Nosotros hemos sido los últimos en llegar y los que más tarde nos hemos modernizado, pero es algo global.
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Decían en la concesión del Premio Nacional que Vaivén Circo renueva la acrobacia con un nuevo lenguaje. ¿Cómo es?
Hablamos a través del movimiento y la acrobacia. Metemos circo acrobático de riesgo pero dentro de una historia y de la música. El final no es lo que hacemos sino cómo lo hacemos.
¿Ese es el futuro?, ¿el de carpa tradicional ya no tiene sentido?
El tradicional tiene que reinventarse y buscar su nexo de unión con el público actual. Pero sí creo en el circo de carpa. Yo no la tengo porque creo que no es el momento adecuado para ello, pero en cuanto vea que hay posibilidad de mover un circo con carpa en Andalucía, me la compraré. Seguro. Y haré espectáculos de circo contemporáneo en carpa. Me encanta ese concepto bohemio de montar tu espacio escénico y hacer cosas imposibles con el público a un metro.
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¿El Circo del Sol es la referencia del nuevo circo?
No, para mí el Circo del Sol es circo tradicional muy bien vestido. A mí me gusta, pero no es nuevo circo, son acrobacias sin argumento.
¿Qué opina del uso de animales en el circo? En Málaga se prohíbe la entrada a las compañías que los lleven.
A mí no me gustan los animales salvajes en el circo, pero me parece una hipocresía tremenda de las instituciones prohibir el circo con animales y no los toros. Hay un circo en Francia que se llama Bartabas que hace un espectáculo maravilloso solo con caballos y es uno de los circos más bonitos que conozco, puro y cuidado. Y entonces, ¿prohibimos las muestras de caballos de Jerez de la Frontera? Me parece unirse a un carro populista sin sentarse a hablar del tema.
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Dicen que la política nacional es un circo.
Eso es desprestigiar mucho la profesión. La política actual es un desmadre, no un circo.
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