Estudiantes de Periodismo y de Ingeniería de la Salud posan tras un partido en el césped de la UMA CRÓNICA
Deportes

El Trofeo Rector: la fiesta del fútbol universitario

Estudiantes de cuatro equipos diferentes inscritos en el torneo cuentan sus historias y anécdotas alrededor del campeonato

Nacho Carmona

Martes, 28 de febrero 2023, 13:09

Todos los años, por el mes de diciembre, cientos de universitarios se congregan para dar rienda suelta a su pasión por el fútbol. Con la ... llegada del frío a Málaga, las luces se apagan, los estudiantes se enfundan las camisetas –que lucen bien grande el nombre de la universidad– y saltan al césped del complejo universitario con el objetivo de hacerse con el Trofeo Rector.

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Cada equipo guarda en sí mismo una historia diferente. Los hay que suman ya unos cuantos años de tradición, manteniendo el nombre desde el primer curso de carrera; algunos se estrenan con la ilusión de sentirse parte por primera vez de la fiesta del fútbol universitario y otros guardan en su imaginario común un recuerdo del torneo que quedará por siempre en el pasado.

En diciembre empieza la fase de grupos, donde agrupados de cuatro en cuatro buscan, los dos mejores de cada uno, pasar a la siguiente fase: la de las eliminatorias. El nivel va subiendo poco a poco de forma considerable y con el paso de los partidos solo van quedando los mejores. Llegados a este punto, historias de eliminaciones y de pases épicos a la siguiente ronda que por siempre quedarán en la retina de estos chicos. Pero lo más importante de todo es que a los universitarios se les brinde la oportunidad de sentirse futbolistas, por al menos una vez al año, con la celebración de este torneo.

Álvaro Sarabia, de 21 años y alumno de Derecho, cuenta que su equipo debutó el año pasado en el campeonato; aunque reconoce que quizá faltó un poco de compromiso a la hora de competir. «No estábamos tan dedicados a ello. Esta temporada decidimos hacernos más fuertes, con gente que se lo tomara un poco más en serio», dice a modo de comparativa.

Aún con eso no han tenido demasiada suerte esta temporada. Los grupos y los rivales son una lotería en el sentido más puro de la palabra. Hay veces que la fortuna cae de un lado y otras tantas que cae de otro. A estos futuros juristas no les ha sonreído precisamente este año en los emparejamientos: «En el primer partido nos tocó enfrentarnos con gente federada. Perdimos creo que 8-1, pero jugamos bien y nos divertimos… por eso que no quede».

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El segundo partido cuenta que fue un poco más parejo, aunque tampoco tuvieran la suerte de hacerse con la victoria. «Perdimos el partido en un contraataque tras un gol fallado por mí», dice riéndose. Este año no estarán en la fase de las eliminatorias, pero para ellos eso no es lo más importante: «Hacemos piña, quedamos para cenar y para vernos más allá del fútbol, y eso es lo más valioso que te llevas. Independientemente de los resultados hemos entrenado un montón juntos, hemos jugado amistosos contra otros equipos del Rector y nos hemos divertido como grupo».

Los chicos de Ingeniería de la Salud colgaron las botas en el Trofeo Rector el curso pasado. Su andadura duró un solo curso. Así lo cuenta Berni Orúe, de 22 años, uno de los estudiantes que formó parte de ese equipo. «Nos fue regular, no pasamos de la fase de grupos», cuenta con una carcajada al final: «Nos apuntamos porque decían que te regalaban una asignatura si ganabas. Nosotros teníamos esa esperanza. No sabemos si es un mito o si es verdad». Este año se ha pasado al fútbol-sala, también con sus compañeros de Ingeniería de la Salud, pero con un equipo un poco más competitivo: «El año pasado fue todo un poco más de risitas, este año vamos a competir».

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El dorsal '10' ha sido siempre el más cotizado en todos los equipos de fútbol del mundo, ese número que representa a mitos como a Messi o a Maradona y que guarda en sí mismo un significado especial. Simboliza y pesa más que el resto: así lo entendía también este equipo porque, según cuenta Berni, «saltaron chispas en el vestuario por cogerse el número '10'», contó a modo de anécdota.

Los 'Becarios'

Los estudiantes de cuarto de Periodismo empezaron su andadura en el Trofeo Rector allá por 2019, en el primer curso. Como no podía ser de otra forma, bautizaron a su equipo como 'Becarios', que con el paso de los años adquirió el apellido 'Balompié' tras el nombre primigenio con el objetivo de añadirle personalidad. Con cuatro cursos de vida, este equipo suma este su tercer año compitiendo a causa del parón por la pandemia; aunque con la ilusión de la primera vez.

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Han vestido de naranja, de rojo y este año de rosa. «Todo al rosa», dicen ellos antes de cada partido en el vestuario antes de saltar al campo de fútbol. Gonzalo Saavedra, de 21 años, viste este curso la camiseta del Becarios Balompié por segunda vez, aunque con una personalidad y un sentimiento de pertenencia dignos de haber vestido también la naranja cuando recién se creó el equipo. «La realidad es que hay mucha competitividad dentro del torneo, nosotros nos lo tomamos así. Creemos que en la vida hay que ser competitivos… en los estudios, en el deporte y en cualquier cosa que quieras lograr. Nos lo tomamos muy en serio; aunque siempre con respeto», dice Gonzalo sobre la filosofía de su equipo.

Allá por 2019 abrieron una cuenta de Instagram a modo de entretenimiento para postear fotos relacionadas con su equipo y con sus partidos. El parón de año y medio que hubo por la pandemia la dejó en 'stand-by', pero la rescataron al empezar el curso pasado, en 2021. Tuvo una buena acogida por parte de sus amigos y compañeros de clase y consiguieron juntar a bastante gente en las gradas para animar al 'Becarios'. «Animamos a la gente para que venga y publicamos la fecha de los partidos dos o tres días antes para que se apunten. El año pasado llegamos a juntar veinticinco o treinta personas en la grada, alguno incluso con un megáfono y otro con un cartel que ponía 'Becario se nace, no se hace'. Después de jugar, ganemos o perdamos, siempre vamos a algún bar a tomar algo todos juntos y quieras que no le hacemos también un favor al negocio local», comenta entre risas.

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Gonzalo resalta además el importante componente social que tiene el torneo. Es de Santa Cruz de Mudela, un pueblo de Ciudad Real, y afirma convencido que todo lo que rodea al Trofeo Rector le ha ayudado a conocer mucha gente, para jugar al fútbol y para ampliar su círculo de relaciones durante su etapa de estudiante. Es su caso, pero podría ser perfectamente el de cualquier otro estudiante que haya recalado en Málaga durante sus años universitarios: «Haces amigos y conoces gente. Un día quedas con otro equipo para jugar un amistoso y a lo mejor al siguiente lo haces para salir de fiesta, yo lo veo como una gran oportunidad».

El 'Becarios' ha ido ampliando su familia con el paso de los años más allá de la Facultad de Ciencias de la Comunicación. Juan Diego Muñoz, de 21 años, habla con cariño de los compañeros de equipo que no estudian Periodismo como «extracomunitarios». El Becarios Balompié dejó de ser el curso pasado un equipo exclusivo de futuros periodistas para convertirse en un grupo de amigos, de distintas carreras, que disfrutan jugando juntos al fútbol… donde algunos se conocieron gracias a este mismo torneo que organiza la UMA.

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Los 'Becarios', del grado de Periodismo CRÓNICA

Un origen diferente

La campanada del torneo la quiere dar este curso la residencia de estudiantes 'San Carlos', de la barriada de Carranque, que juegan en el Trofeo Rector de una forma diferente al resto. Su denominador común no es la carrera, ni siquiera su Facultad. El punto que todos ellos comparten es su lugar de residencia.

Marcelo Ramírez tiene 21 años y estudia en la Facultad de Ciencias de la Comunicación. Es el portavoz de su equipo por decisión propia y cuenta con cariño la historia de este grupo de chavales: «La residencia lleva muchos años apuntándose a varios deportes en el Trofeo Rector, pero el pasado fue el primero que pasamos de la fase de grupos en alguno de ellos. Quedamos subcampeones en pádel mixto y en pádel femenino. En fútbol nos quedamos en octavos y en fútbol-sala en cuartos».

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Cuenta que en una residencia es bastante fácil formar un equipo. El estar en permanente contacto hace poder mover las cosas con una rapidez inaudita. «El espíritu de equipo es enorme porque ya no somos solo compañeros de equipo, también somos amigos. Tenemos una química y un sentimiento del compromiso muy grande».

Marce cuenta que la residencia y su experiencia allí le ha cambiado la vida. Es su cuarto año de carrera y su cuarto curso consecutivo formando parte de ella. Los que no participan de forma directa en el Trofeo Rector son también una parte fundamental también del equipo: «El factor afición nos tira mucho y su apoyo para nosotros es fundamental».

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Todos los estudiantes de la Universidad de Málaga son parte del Trofeo Rector de fútbol, independientemente del rol que desempeñen: los que juegan y los que apoyan a sus compañeros, sean quienes sean y con su historia particular. El Trofeo Rector de fútbol no se antoja como una simple competición interna; es la excusa perfecta para que jugadores y amigos disfruten de manera conjunta con la excusa del deporte, fomentando el sentimiento de pertenencia por algo que ellos mismos han creado y sintiéndose parte conjunta de un objetivo común.

Los estudiantes de la residencia 'San Carlos' CRÓNICA
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