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En el stand de prevención de drogodependencias se repasan los efectos que provocan los estupefacientes.

Los mediadores de buenas prácticas

Estudiantes desarrollarán hasta mayo actividades de promoción de la salud por todos los centros de la UMA

MELANIE STÜBER

Jueves, 19 de marzo 2015, 15:53

Estudiar una carrera es para muchos jóvenes el mejor pretexto para vivir por primera vez fuera de casa. El mundo empieza a ser suyo. Pero en algunos casos la inseguridad por un nuevo comienzo y la libertad incondicional les vuelve a llevar a ese cigarrillo clandestino apurado en la esquina del instituto. Bien por inexperiencia o por impulso, el consumo de drogas y de alcohol así como el sexo inseguro son algunos de los problemas que afectan a los jóvenes.

Conscientes de estos riesgos, los mediadores de la UMA, universitarios que han impartido un curso de 30 horas sobre estos ámbitos, informan a sus compañeros sobre los riesgos del consumo de sustancias estupefacientes o como la espontaneidad en el campo sexual puede acarrear embarazos no deseados.

Guillermo Expósito se centra en el área de la drogodependencia e insiste que no está para decirle a sus compañeros que no consuman, sino para reducir los daños. «A aquellos que no puedan prescindir del alcohol le explicamos que no se atiborren un día a la semana, sino que opten por un consumo más dosificado y en menos cantidades», explica. Beber de forma moderada o fumarse un porro aislado podría formar parte del proceso de socialización, pero el problema está sobre todo, según explica Expósito, en los patrones de consumo. «Cada vez empiezan más jóvenes, ingieren mayores cantidades y prefieren bebidas destiladas antes que las fermentadas», comenta.

Probar no significa consumir, pero la inseguridad y el no tener ideas claras sobre las secuelas que dejan las drogas facilita la dependencia. Por ello Guillermo y el resto de mediadores hacen especial hincapié en los efectos depresores de las drogas. «Muchos se sorprenden porque piensan que el cannabis es una sustancia puramente alucinógena cuando en realidad, también provoca estados depresivos igual que la cocaína y cualquier otra sustancia estupefaciente», sostiene Carmen Berlanga, otra de las mediadoras.

Relaciones sin control

La baja percepción del peligro también está vigente en el campo sexual. Cuando las relaciones sexuales inseguras pueden convertirse en un juego tan arriesgado como el de la ruleta rusa. A parte de un embarazo no deseado facilitan el contagio de infecciones. Rafa Fregenal se encarga de la promoción de la salud afectivo-sexual e informa sobre los tipos de prevenciones. Además invita a todo el que pase por su stand que coja algunos preservativos. Pero no sólo los aspectos prácticos se abordan en esta mesa, sino también los mitos relacionados con los sentimientos. Un tema que, según comentan los mediadores, pasa al olvido a la hora de concienciar a los jóvenes. Tanto que ellos mismos tenían que hacer memoria para recordarlos. Finalmente, Fregenal explicó que uno de los principales mitos que quieren romper es que el «el chico no pueda mostrarse débil y que tiene que actuar continuamente como protector de la chica». «También puede ser al contrario. Los chicos deben mostrar sus sentimientos y ser sensibles sin tapujos», concluye.

El año pasado 1.127 alumnos participaron en las actividades de promoción, cifra que este año se espera superar así como que toda la información sea asumida lo antes posible.

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