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Vista del Palacio de Congresos de Torremolinos. SUR
El Palacio de Congresos de Torremolinos: Una belleza arquitectónica, a la espera de un buen 'retoque'

El Palacio de Congresos de Torremolinos: Una belleza arquitectónica, a la espera de un buen 'retoque'

El Ayuntamiento de Torremolinos vuelve a reclamar al Estado una solución para el Palacio de Congresos, el último del país que sigue en manos del Gobierno central

Lorena Cádiz

Torremolinos

Lunes, 17 de julio 2023, 00:09

Hace 53 años que el Palacio de Congresos de Torremolinos abrió sus puertas sin dejar indiferente a nadie. Una arquitectura absolutamente innovadora para un edificio que iba a albergar un servicio pionero, hicieron que la inauguración fuera un hito en la Costa del Sol y en Andalucía, porque a través de él se iniciaba la captación del turismo de congresos. Hoy, medio siglo más tarde, este edificio diseñado por los arquitectos Rafael de la Hoz y Gerardo Olivares James, por encargo de la Cooperativa de Promotores de la Costa del Sol, lleva años siendo motivo de discordia entre el Ayuntamiento de Torremolinos y el Instituto de Turismo de España (Turespaña), a quien pertenece el inmueble.

El Palacio de Congresos de Torremolinos es el último edificio de estas características que queda en manos del Estado en toda España. Utilizando ese argumento, la actual alcaldesa de la localidad, Margarita del Cid (PP), ha reclamado en varias ocasiones a Turespaña que actúe ante la necesidad que presenta el edificio de una reforma estructural para adaptarlo a los nuevos tiempos, medio siglo después de que fuera diseñado.

Según apuntan fuentes municipales, desde hace año y medio se han dirigido repetidas misivas al Gobierno para acercar posturas en torno al edificio.

Lo que el Ayuntamiento ha planteado a Turespaña es que o bien realice la inversión necesaria, o bien acepte negociar una cesión, sino al Ayuntamiento, a la Junta de Andalucía, para que esta acometa las demandadas obras.

Necesidades actuales

«Estamos hablando de una infraestructura única, que durante años ha supuesto un elemento diferenciador para el turismo de congresos y para numerosas citas y eventos que se han desarrollado en nuestra ciudad gracias a estas instalaciones, pero lo cierto es que el edificio necesita de una reforma integral, que pase por actualizar materiales, equipamientos, reordenar y mejorar los espacios... En definitiva, un lugar adaptado a las necesidades reales y que sea no sólo sede de eventos y de congresos, sino también un lugar donde puedan concurrir experiencias empresariales innovadoras y de emprendimiento», apuntan fuentes municipales.

No es el primer Gobierno local que 'pelea' por conseguir esa reforma. El anterior alcalde de la ciudad, el socialista José Ortiz, durante un encuentro con el secretario de Estado de Turismo en el propio Palacio de Congresos en el año 2021, llegó incluso a anunciar la disposición del Estado de encajar en los fondos Covid de la UE, la rehabilitación integral de este espacio, pero nada se ha sabido desde entonces.

Arquitectura moderna

Maite Méndez es catedrática de Historia del Arte en la Universidad de Málaga, especialista en historia y teoría del arte y de la arquitectura del siglo XX. Hace unos años dirigió un proyecto de investigación sobre la historia de la arquitectura de Málaga. Parte de esa investigación se puede consultar en la web www.arquitecturademalaga.es. Uno de los edificios que analizaron en ese proyecto fue el Palacio de Congresos de Torremolinos.

«Hoy la Costa del Sol nos parece un caos urbanístico, con una arquitectura que parece que solo tiene valor comercial, y enfocado al turismo de masas. Pero tiene valor, precisamente por eso, porque la de la Costa del Sol es la primera arquitectura que se inventó para ese turismo de masas. La anterior, la de los años 40 y 50, era una arquitectura para élites», explica la experta.

Méndez afirma que la Guerra Civil interrumpió la arquitectura moderna en España, y durante la dictadura se siguieron patrones de construcción muy conservadores y enfocados al enaltecimiento de determinados valores, pero en los años 60, en la Costa del Sol, «la arquitectura moderna vuelve a aflorar y el Palacio de Congresos de Torremolinos es un ejemplo de ello».

«Estamos ante un diseño muy original, con forma de caracola, y un ejemplo de funcionalismo»

Maite Méndez

Catedrática de Historia del Arte

La catedrática habla de un diseño con «una forma muy original, que parece una caracola, y que plantea una metáfora marina». Para Méndez, estamos ante una arquitectura «muy vanguardista, ejemplo de arquitectura funcional», ya que la organización de las salas está pensada en función de las necesidades de aforo.

Su diseño exterior es llamativo, pero el interior no se queda atrás, con un hall central sobre el que cae una inmensa lámpara, «muy fantasiosa, y a la que le entra la luz natural».

La profesora no coincide con lo que en ciertas ocasiones se ha señalado, sobre que se trata de un ejemplo claro de arquitectura brutalista, y asegura que lo es, pero «relativamente». Según explica, «brutalista viene de hormigón en bruto, sin lijar ni pintar, simplemente el hormigón a la vista. Los edificios brutalistas que se construyeron en esa época son más rudos, más bien feístas, pero este es más refinado».

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