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Una imagen de la comunidad danesa a su llegada a Huéscar para firmar la paz y poner fin a un conflicto que duraba 172 años. SUR
Huéscar, el pueblo granadino que pone fin a la guerra con Dinamarca

Huéscar, el pueblo granadino que pone fin a la guerra con Dinamarca

El municipio declaró la contienda en 1808, al ser el país nórdico aliado de la Francia de Napoleón. Esta es la historia de un acontecimiento insólito, una firma de paz 172 años después y un posterior hermanamiento con los daneses de la Costa del Sol como protagonistas

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Martes, 22 de noviembre 2022

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La entrada al pueblo se hace sobre una carretera que se estira como un chicle de los de antes. El aire huele a campo y a chimenea. Las casas unifamiliares aparecen a un lado y al otro de la carretera. Los olivos y almendros conforman un bastidor de fondo de color verde. Bienvenidos a Huéscar, el corazón del Altiplano Granadino. La comarca se divide en pequeñas localidades. Al sur se encuentra Galera, al norte Puebla de Don Fadrique, al oeste Castril y al este Orce. Una zona con paisajes de postales y donde el estrés del mundo urbano parece naufragar como el Titanic.

Unos 300 kilómetros en dirección a Málaga, el panorama es otro. Cuando se mira por la ventana, lo que se ve son paseos marítimos llenos de paseantes. Las casas unifamiliares pasan a un segundo plano y destacan las construcciones en altura. Bloques de piso y hoteles en cualquier esquina. Muchos campos de golf y chalets unifamiliares. Estamos en Mijas. Si el turismo tiene algo así como un corazón, también late aquí, en la Costa del Sol. Lo único que rompe el bullicio son las altas horas de la madrugada. En los meses de verano, ni eso. Parte de la colonia danesa que reside en la Costa del Sol se afinca aquí.

¿Qué tienen en común Huéscar y la Costa del Sol, que parecen sacadas de un catálogo de opuestos? Ambas están vinculadas por un acontecimiento insólito. Imaginen que una parte declara la guerra a otra parte, pero nunca se firma un tratado de paz. El resultado es un conflicto bélico que se prolonga de manera indeterminada. En este caso, hasta llegar a los 172 años. Una cifra que convierte esta contienda en una de las más largas en la historia de España. Los implicados en este acontecimiento son el municipio granadino, que declaró la guerra a Dinamarca en 1808, y la comunidad danesa que vive en la Costa del Sol, que participó en la firma de la declaración de paz el 11 de noviembre de 1981. Aunque más dispersa que la finlandesa, muchos tienen vivienda en municipios costeros como Mijas, Fuengirola o Benalmádena.

Un documental dirigido por Jorge Rivera, 'La guerra más larga', recupera ahora todos los detalles del conflicto, coincidiendo con el 40 aniversario de la firma oficial de paz. En 172 años no se disparó ni una sola bala y tampoco hubo que lamentar heridos ni muertos.

El historiador Vicente González Barberán fue quien descubrió el documento que confirmaba que el municipio granadino y, por ende España, seguía en guerra con Dinamarca. ¿Cómo es posible que un Ayuntamiento declare la guerra a un país? El contexto hay que situarlo en la Guerra de la Independencia. Durante la ocupación francesa, España estaba gobernada por la Junta Suprema. Se instó a todos los ayuntamientos a declarar la guerra contra Dinamarca, aliada de Francia. El municipio granadino fue el único que lo hizo de manera formal. La expulsión de las tropas napoleónicas dio lugar al restablecimiento de la dinastía borbón, con la vuelta de Fernando VII. El conflicto quedó en el olvido. No así la vigencia de la declaración de guerra.

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Las autoridades del municipio contactaron con la Embajada de Dinamarca y se tomaron las medidas diplomáticas para establecer la paz, que se escenificó con acto multitudinario, que contó con la presencia del entonces embajador de Dinamarca en España, Mogens Wandel-Petersen. Entre la comitiva que asistió a la firma de paz, destacó la amplia presencia de daneses afincados en la Costa del Sol. Malthe Nielsen fue uno de ellos. Afincado en Fuengirola, estuvo presente en el día en el que se ratificó la paz en Huéscar. Ahora que las bombas caen otra vez en el continente europeo, tira de recuerdos e incluye un alegato de paz: «Esta guerra, por llamarla así, es un claro ejemplo de que la fraternidad entre personas da lugar a cosas muy bonitas. De este error diplomático ha surgido una relación bonita entre dos pueblos distintos. La firma de paz la recuerdo como un día entrañable, como una celebración en la que se reunieron muchísimas familias».

El 'armisticio' dio luego lugar al hermanamiento entre Huéscar y la ciudad danesa de Kolding. Alumnos de ambas ciudades participan todos los años en un intercambio escolar. Otro de los daneses 'malagueños' que estuvo ese día fue el entonces presidente del Club Danés de la Costa del Sol, Jens Gylling. «Es un hecho muy conocido en Dinamarca», resalta la atención mediática que cosechó en su día esta guerra no guerra en los medios de su país natal. Marisa Moreno es la cónsul honoraria de Dinamarca en Málaga y también subraya este acontecimiento como prueba de que el entendimiento debe primar siempre por encima de cualquier conflicto. «Es la única declaración de guerra de la que ha salido algo bueno», sentencia.

El peso de la comunidad danesa en la escenificación del acuerdo de paz, lo explica en el hecho de que la Costa del Sol es, tradicionalmente, una predilecta para los daneses. «Estimamos que hay entre 30.000 y 35.000 entre la franja que va desde la costa de Granada hasta Algeciras. Pero donde más concentración de daneses hay es en la Costa del Sol», destaca.

Ramón Martínez, alcalde de Huéscar, tiene 28 años y ofrece el testimonio de lo que le han contado las anteriores generaciones. Para el municipio, resume, fue todo un acontecimiento: «Hay que imaginar el entorno rural de entonces. Ver el desembarco de autobuses, con tantos daneses, tantos periodistas y medios de comunicación... la gente de aquí no estaba acostumbrada». Entre estos daneses, la mayoría procedía de la provincia de Málaga. «Para Huéscar es un orgullo ser conocidos como la ciudad de la paz. Al final, con esta historia lo que se demuestra es que nos une es el entendimiento y que dos pueblos distintos pueden desarrollar una relación muy enriquecedora».

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