Los planes de pensiones, el aliado perfecto para tu jubilación
Cada vez más los planes de pensiones juegan un papel fundamental en cualquier estrategia de ahorro y planificación financiera
Cuando María tomó la decisión de abrirse un plan de pensiones no tenía más de 40 años. Su asesor se lo llevaba un tiempo recomendando y, aunque consideraba que era prematuro, tras analizar su capacidad de ahorro y comprobar las ventajas fiscales y flexibilidad de estos productos se decantó por una solución dinámica que fuera cambiando al ritmo que su situación vital y financiera cambiaban.
“Estoy invirtiendo en mí”. Con este mantra María se reafirmaba cada día en su determinación, y explicaba a quienes le preguntaban para qué servía el producto que tenía contratado. Y es que, en esencia, los planes de pensiones son eso, una herramienta básica de ahorro a largo plazo pensada para mantener la libertad financiera cuando llega el momento de retirarse de la vida activa. No en vano, los planes de pensiones se han ganado, por méritos propios, el título de instrumento más popular para complementar la jubilación.
Empezar antes permite asumir más riesgo y capitalizar el interés compuesto
Porque no hace falta estar en la recta final de la vida activa para pensar en un producto como los planes de pensiones. Es más, puede que el momento para incluir en la cartera este clásico del ahorro a largo plazo sea este. El tiempo siempre juega a favor cuando se invierte con un amplio horizonte, incluso si las aportaciones son mínimas, porque el efecto acumulativo del interés compuesto convierte la constancia en rentabilidad. Y también amortigua la volatilidad. Cuanto antes se abre un plan de pensiones más margen hay para asumir riesgos. Por eso, quienes comienzan a ahorrar jóvenes, como en el caso de María, pueden destinar una mayor parte de su plan a renta variable que, aunque es más inestable a corto plazo, ofrece mayor rendimiento a largo. Con el paso del tiempo, esa exposición puede ir reduciéndose de forma gradual, trasladando el peso hacia activos más prudentes conforme se acerca la jubilación. Una táctica flexible que permite ciertos planes diseñados como soluciones dinámicas, como el programa Tu Futuro de MAPFRE, que se adapta a cada etapa vital del ahorrador.
En España, más de siete millones de personas han elegido un plan de pensiones individual dentro de su estrategia de ahorro a largo plazo. Su comportamiento estable, las ventajas fiscales y una rentabilidad que, a cierre del tercer trimestre de 2025 y según datos de INVERCO, se situaba en el 5,1% en términos interanuales, explican, en gran parte, su popularidad. La disciplina financiera que aporta su estructura de ahorro ayuda a mantener la constancia. Y su carácter flexible, que permite ahorrar al ritmo que se requiera en función de la edad, el nivel de riesgo y la estrategia de inversión, ha reavivado el interés entre ahorradores de cualquier generación.
El asesoramiento experto es clave
Poner el plan en piloto automático siempre es una decisión importante, y cómoda para aquellos que no viven pendientes de los mercados. Pero también exige supervisión y revisión, al menos una vez al año, para ajustar el perfil y las aportaciones si fuera necesario. Para un ahorrador con horizonte largo y producto sencillo, este tipo de soluciones bien elegidas y controladas periódicamente pueden ser suficientes, pero nunca viene mal contar con asesoramiento experto que dé tranquilidad y oriente cuando en la ecuación entran en juego otras variables como la fiscalidad, los rescates, o los múltiples vehículos. Porque no es lo mismo contratar un plan de pensiones cuando se tienen 40 años que cuando ya se han cumplido los 50 o los 55 y entramos en el tiempo de descuento. Así, en el caso de María el tiempo estaba de su parte y podía permitirse el lujo de abrir un plan que fuera cambiando con ella, pero su producto, quizá, no era el adecuado para alguien más mayor. Elegir bien, teniendo en cuenta el horizonte, la tolerancia al riesgo y la capacidad de ahorro es básico. Y a veces los simuladores que muchas entidades ofrecen en sus webs no son suficientes para tomar la decisión. Por eso, empresas como MAPFRE ponen a disposición de sus clientes un amplio equipo de expertos que ofrece asesoramiento profesional y personalizado en sus más de 3.100 oficinas repartidas por toda España.
Porque los planes de pensiones han dejado de ser un producto estanco para integrarse en carteras vivas, con automatización, costes más bajos y gestión por etapas vitales. Ahora, se puede elegir entre renta fija a corto plazo, a largo, renta variable mixta o total, garantizados o flexibles, que se acomodan en cualquier estrategia de inversión como un activo estable, diseñado para acumular capital con aportaciones periódicas. Y, además, se pueden combinar con otros vehículos, como los fondos de inversión, porque se complementan: los planes optimizan la fiscalidad durante las aportaciones; los fondos aportan liquidez y flexibilidad.
Este enfoque combinado puede aprovecharse en propuestas como la que MAPFRE mantiene hasta el 31 de enero de 2026 y que bonifica a quienes trasladen su plan de pensiones individual a cualquier plan de su catálogo e invierte la bonificación en un fondo de perfil moderado a nombre del cliente, por ejemplo, FondMAPFRE Elección Moderada, cuya rentabilidad media de los últimos años ronda el 4% anual. Es una campaña que no solo impulsa el ahorro para la jubilación con productos clásicos como los planes, sino que también acerca a los clientes a los fondos de inversión y, con el apoyo de los asesores, facilita dar los primeros pasos en inversión.
En definitiva, los planes de pensiones, combinados o no con otros vehículos como los fondos, forman parte de la arquitectura financiera de muchos ahorradores, y de la lógica de cartera del ahorro a largo plazo.
Aránzazu Bustillo