
Una afición de altos vuelos
Miguel Herrero, un vecino de 66 años, cría pájaros desde los catorce y está especializado en aves exóticas, con las que ha ganado títulos mundiales
Eugenio Cabezas
Martes, 2 de septiembre 2014, 01:02
Una afición de altos vuelos. Así podría definirse el particular hobby de Miguel Herrero Ruiz, un vecino de Nerja de 66 años que lleva criando pájaros desde los catorce. Este hostelero jubilado tiene una colección de más de quinientos ejemplares de aves exóticas, con las que ha conseguido más de doscientos trofeos en campeonatos locales, provinciales, nacionales e internacionales. Sus últimos logros los cosechó el pasado mes de noviembre en el Concurso Nacional de Ornitología de Almuñécar (Granada), al que asistieron más de 500 criadores de aves exóticas procedentes de distintos puntos de la geografía española.
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En el caso de este nerjeño, su especialidad son los llamados diamantes de Gould (Poephilia gouldiae), una especie de ave originaria de la mitad norte de Australia. «Son pájaros exóticos, acostumbrados a vivir en un clima tropical, por lo que aunque aquí en Nerja hay unas temperaturas muy agradables durante todo el año, hay que estar muy atentos para que cuando hace mucho frío, las jaulas no bajen de los de diez grados, ya que pueden morirse», explica Miguel Herrero.
Para evitarlo, este criador nacional, con título oficial, ha tenido que invertir varios miles de euros en su gran afición, comprando jaulas especiales con calefacción, iluminación artificial y ventilación. «Y luego aparte está el tema de la alimentación», apostilla este ornitólogo, quien confiesa que este hobby le ha supuesto más de un disgusto a su mujer, Ángeles García. «Ella me dice que ya está bien, que lo deje ya, que llevo demasiados años con esto y estoy a punto de cumplir los 67 años, pero la verdad es que no puedo, para mí es como una droga», asegura. No obstante, su gran sueño es que su hijo Miguel, de 37 años, continúe con esta afición. «Estoy enseñándolo y él ya lleva varios años viniendo conmigo a los campeonatos», sostiene. «Ojalá que esto no se pierda y él pueda seguir con mis esfuerzos de tantos años», añade Miguel Herrero. En su finca a las afueras de Nerja tiene una serie de naves dedicadas a la cría de esta especie de pájaros, originarios tanto de Sudamérica como de Australia y de África, con los que ha conseguido más de doscientos trofeos. «Son campeonatos de morfología, de la belleza del plumaje y de la forma del pájaro, con nada que tenga que ver con el vuelo o con el canto», explica.
Además de los diamantes de Gould, Miguel Herrero cría otras especies exóticas, como las amadinas, originarias del centro de África. «He conseguido cruces y mutaciones muy valiosas, con plumajes únicos en todo el mundo, como los diamantes de Gould punteados, lutinos, degollados, de cabeza naranja, roja, negra, amarilla o verde», dice este criador, quien está tratando de conseguir ejemplares con la cabeza azul, algo que sólo ha alcanzado un criador de Cuba. El valor de estas aves radica justamente en las mutaciones de los colores del plumaje.
«Por un pájaro de estos pueden llegar a pagarse hasta cien euros, cuando apenas miden diez centímetros de alto», cuenta Miguel Herrero, quien explica que ha recibido ofertas para comprarle crías de sus pájaros de países de todo el mundo. «Cuando gané el Campeonato Mundial me llamaron unos holandeses que me querían comprar a la pareja de diamantes de Gould», explica.
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La cría de estas aves exige cuidados constantes. «Hay que echarles de comer, limpiarles las jaulas, coger los huevos, ponerlos con las nodrizas... Es un no parar», detalla Herrero, quien está preparando una página web para dar a conocer su afición a través de la Red y un nuevo espacio más amplio para criarlas.
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