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El proyecto de Ley de Economía Circular, con la que el Gobierno de la Junta quiere poner al sistema productivo andaluz y a los ... hábitos de consumo en sintonía con las directrices ambientales europeas, será una de las primeras en entrar al Parlamento tras el receso del verano. La norma permitirá poner en marcha actuaciones dirigidas a la protección del medio ambiente, el combate del cambio climático y la implantación de nuevos hábitos de consumo y producción en las que el reciclaje y la reutilización reemplacen al tradicional concepto lineal de fabricar-usar-tirar.
El anteproyecto, aprobado por el Consejo de Gobierno y que ya ha superado los procesos de consulta pública previa, incide en la puesta en marcha de un un modelo económico y de protección ambiental que fomenta la reducción de los residuos, el alargamiento de la vida útil de los productos y servicios y el uso más racional de los recursos, según explica la directora general de Calidad Ambiental y Cambio Climático de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, María López Sanchís. «Abarca un concepto muy amplio que va desde una tienda de reparación a una gran industria», explica. En todos los casos, el objetivo es reducir el uso de materias primas y ayudar de esa manera a la preservación del entorno.
Con la aprobación del texto, Andalucía se convertirá en pionera en adaptar su legislación a la estrategia europea, adelantándose al Estado. La ley implicará a las tres patas de lo que se considera que debe ser una acción mancomunada en la modernización de los sistemas de producción y los hábitos de consumo en la Comunidad Autónoma: las administraciones autonómica y local, las empresas y la sociedad en su conjunto. «Es a través de una ley como la Administración puede promover ese cambio de mentalidad y de modelo», subraya López Sanchís
La ley prevé la creación de una Oficina Andaluza de Economía Circular, órgano administrativo encargado de ponerla en marcha y de dar soporte a empresas y administraciones locales para impulsar las actuaciones previstas, la mayor parte orientadas al reciclaje de residuos. Asimismo, se obligará a la tramitación electrónica de todos los procedimientos que se deriven.
La implantación del modelo de economía circular en Andalucía se basará en el análisis del ciclo de vida y, por tanto, de la huella ecológica de los productos y servicios, la gestión de los bienes no vendidos, el impulso de la reparación, la lucha contra el desperdicio alimentario y las inversiones estratégicas en materia de economía circular.
Esto se hará reforzando la aplicación del principio de jerarquía de los residuos y sentando los principios de la economía circular a través de la regulación de ciertos aspectos básicos en materia de residuos, tales como la prevención, la preparación para la reutilización, los procesos de reciclado y la valorización material. Para ello se pone especial atención a los conceptos de 'subproducto' y 'fin de condición de residuos'.
Se prevé que todas las actuaciones necesarias en el ámbito del tratamiento de residuos requerirán a largo plazo de unas inversiones estimadas en un total de 450 millones de euros. Andalucía ya cuenta con 80 millones para destinar a ese fin, que le fueron asignados procedentes de los fondos Next Generation y que irán a actuaciones para la recogida separada de residuos orgánicos y la mejora en su tratamiento.
Según López Sanchís, la puesta en marcha de las iniciativas relativas a la economía circular abren un abanico de posibilidades para la economía andaluza, ya que muchas de esas iniciativas, como las relacionadas con la utilización de residuos orgánicos para la generación de energía, se desarrollarán en la agricultura y la agroindustria, donde Andalucía ostenta una posición de liderazgo.
Explicó en ese sentido que se va a plantear separar el residuo orgánico, que tendrá un tratamiento diferente para utilizarlo en agricultura como enmienda orgánica o producción de biogás. «Es una tarea ingente -reconoce la directora general-, aunque los cambios van rápido por las virtudes que esto va a suponer». Resalta en ese sentido que los residuos constituyen el tercer sector de emisión de gases de efecto invernadero, por lo que existe una relación directa entre la economía circular y el combate contra una de las principales causas del cambio climático.
También subraya que en Andalucía hay empresas que están muy avanzadas en un asunto clave como es la gestión del agua.
Otro sector de peso en la economía andaluza, el de la construcción, también está llamado a jugar un papel importante, ya que tendrá especial incidencia el reciclado de residuos de construcción y demolición. Esta actividad, asegura López Sanchís es la que va a generar más oportunidades de negocio.
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