
SILVIA TINOCO
Domingo, 9 de febrero 2014, 11:01
Bien es sabido que cuando llueve en Málaga nos venimos abajo y no hay quien nos mueva del sofá. Pero si hay alguien con el gran poder de sacar a los malagueños de casa y además para ir a un concierto, ese es Sr. Chinarro. Y mira que la calle para acceder a Velvet Club ya nos lo ponía difícil, como él mismo apuntaba: Gracias por venir. ¿Alguien se ha caído viniendo para acá?. Al suelo no, caímos a sus pies, que es otra cosa.
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Ya minutos antes nos pusieron en el buen camino los cordobeses Catenaccio. La banda, que supo adaptarse a la ausencia de su batería, se plantó en el escenario con un valiente formato de voz, guitarra y bajo y sin miedo y con buen humor presentaron su primer EP, Balas Perdidas. Un trabajo muy en la línea de Sr Chinarro. Son fans, no hay duda. Disfrutamos con Standard & Poors, Bárbara o la singular Made in China. El dúo tuvo hasta tiempo de echar la vista atrás y tocar una versión de Para vosotras, tema original de Deneuve, grupo cordobés ya desaparecido al que ambos pertenecieron, y que fue agradecido por el público.
Entregado estaba el respetable anoche, por cierto, y el Lo que podemos hacer es venir más, pero no podemos estar aquí hasta mañana nos da una idea de cuanto. Y es que Sr. Chinarro supo jugar muy bien sus cartas otro gran poder suyo con un repertorio que fue un repaso a sus éxitos más recientes. Empezó como sin querer con Ni lo sé ni lo quiero pensar, después se asustó de dos besugos, se declaró tímido e hizo una llamada a los de su especie. Total, que al final se soltó y acabó contándonos hasta el alfabeto en morse.
Sabemos que no es de los que afinan en silencio entre canción y canción. Y si lo hiciera, nada sería lo mismo. Con humor habló de El Cautivo, del metro, de Carlos Haya y hasta de las eléctricas con un Espero que os gusten las velas. Y dedicó La Decoración a Málaga y su boina de polución. También nos llevó a vacaciones por el mar de plástico, nos relajamos viendo el esplendor en la hierba, dio una clase magistral de historia con Babieca y nos invitó a pasar a la acción por el bien del amor, porque nunca está hecho. María de las Nieves fue la última que apareció para decirnos que la fiesta había terminado.
Sí, la fiesta terminó, pero Luque no da puntada sin hilo y lo que tejió anoche con una banda de lujo fue una obra maestra. Un gustazo para sus seguidores. Para eso también tiene un don o un gran poder. A estas alturas, el término es lo de menos.
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