Le rompen los pómulos y la mandíbula por tontear con una chica en un beach club

Domingo por la tarde. El exclusivo Ocean Club, en Puerto Banús, celebraba la última fiesta del Champán, a la que asistieron dos mil personas. Salah, un joven de 27 años, vecino de Fuengirola, era una de ellas. Pagó 135 euros por la entrada, pero la diversión le duró poco. Acabó la noche en el hospital con los dos pómulos y la mandíbula rotos. Según denuncia la víctima, otro cliente le dio un puñetazo «a traición», supuestamente, porque tonteó con una chica. La agresión se suma a la que se produjo el fin de semana anterior en el entorno de la discoteca Olivia Valere, donde una menor de 15 años perdió un ojo tras recibir un botellazo.

Llegaron sobre las cuatro de la tarde. Había mucha gente, así que se turnaron entre ellos para cuidar sus pertenencias. Mientras su amigo vigilaba el móvil y la cartera, Salah se metió en la piscina para refrescarse. Allí conoció a una chica inglesa. Le gustó. «Estuvimos un rato juntos», relata el afectado. «Hubo un poco de tonteo, un beso y poco más».

Los dos jóvenes salieron del agua y se dirigieron a una de las camas. Eran aproximadamente las siete y media de la tarde. El amigo de Salah aprovechó para meterse en la piscina. Desde ahí lo vio todo. Según relató en la denuncia, que ahora investiga la comisaría de la Policía Nacional en Marbella, observó que la chica que estaba con Salah se marchó y, acto seguido, un hombre se le acercó «por la espalda».

Salah asegura que no recuerda el instante del golpe. «Mi amigo me cuenta que el individuo me dio un puñetazo y, al caer, me di contra la barandilla de la escalera de la piscina. Yo no me acuerdo de nada porque me quedé inconsciente. No lo vi venir, me pegó a traición, sin comérmelo ni bebérmelo. Eso es lo que más me molesta. No me dio ni la oportunidad de defenderme», protesta el joven, que es licenciado en Derecho y prepara oposiciones para la judicatura.

Dice que se despertó en un «cuartillo» habilitado en el club mientras era atendido por el personal sanitario. «Estaba muy aturdido. No sabía ni lo que me había pasado». Salah tenía una brecha en la parte posterior de la cabeza. «Me la hizo la barandilla. Yo creo que me salvó la vida; si llego a caer al agua, igual la gente cree que me he tirado y me ahogo allí. Me podía haber matado», se lamenta.

Cirugía maxilofacial

Los enfermeros que le asistieron en la discoteca comprobaron que tenía la mandíbula rota y le aconsejaron que acudiera inmediatamente a un centro hospitalario, según explican desde el Ocean Club. Las radiografías confirmaron que también tenía fracturas en los pómulos, por lo que requiere cirugía maxilofacial. Sigue ingresado en el Hospital Civil. «Tengo la cara destrozada. No me pueden operar hasta que baje la inflamación. Mientras tanto, solo puedo tomar pure con una pajita».

El personal de seguridad del Ocean Club expulsó del recinto al agresor, que se mostraba «violento», según confirma una portavoz de la discoteca, quien asegura que van a colaborar en todo lo que puedan con la policía para que se identifique al autor. «Hicimos todo lo que había que hacer», añade. Salah, sin embargo, se queja de que no retuvieran al individuo. «No entiendo que los porteros no tomaran medidas y lo dejaran marcharse», concluye el joven.