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Viernes, 25 de septiembre 2009, 04:50
Dos agentes del FBI investigan el misterioso asesinato de un estudiante universitario relacionado con el hombre que participó en la creación del fenómeno 'high-tech' de los sustitutos, que permiten a la gente comprar versiones perfectas de sí mismos -en buena forma, guapos, y controlados por control remoto-. Estas máquinas perfectas acaban asumiendo sus roles vitales, de modo que la gente puede experimentar la vida a través de otro cómodamente sentados en el sofá de su casa. El asesinato pone de manifiesto una cuestión: en un mundo de máscaras ¿quién es real y en quien se puede confiar?
Es el argumento principal de este thriller futurista de acción dirigido por Jonathan Mostow ('Terminator 3: La rebelión de las máquinas', 'Breakdown'), protagonizado por Bruce Willis, Radha Mitchell y Rosamund Pike.
La película se adelanta al mundo futuro. Y es que primero fue el ordenador; luego el correo electrónico, los teléfonos móviles diminutos e Internet y ahora llegan unos sustitutos robotizados tremendamente sexys que reemplazan a sus menos atractivos sustituidos. Gente normal que ya no tiene que aventurarse en el mundo real. Un panorama que hace plantearse si en el mundo de 'Surrogates' la tecnología no ha ido demasiado lejos.
«La premisa de la película es que la sustitución se ha apoderado del mundo como lo han hecho los teléfonos móviles y los ordenadores», afirma el director Jonathan Mostow. «Los sustitutos son nuevos dispositivos que ofrecen a los usuarios la oportunidad de vivir la vida a través de otro desde la comodidad y la seguridad de sus hogares. En nuestra película, los sustitutos representan la liberación máxima, es decir la desaparición del dolor físico y del desgaste mental de la vida diaria. El placer es tan fácil como enchufar un aparato. Para algunos, la sustitución significa la renuncia a la humanidad», añade Mostow.
El autor novel Robert Venditti empezó a darle vuelta a estas ideas mientras trabajaba en Top Shelf Publications en su almacen a las afueras de Atlanta. Venditti quería darle un nuevo giro a la novela gráfica y recordó un libro de sociología que había leído para uno de sus cursos universitarios que recogía «un verdadero estudio sobre gente que jugaba uno de esos primeros videojuegos de tipo comunitarios», dice Venditti. «Me fascinó cuánto se implicaba esa gente en el juego, creando esos personajes que les sustituyen. Llegaban a identificarse tanto con ellos que perdían sus trabajos, rompían sus matrimonios, porque no podían separar sus vidas de las de esos personajes que habían creado. Fue una idea que me chocó muchísimo. Reflejaba el deseo humano de convertirse en algo que no se es».
El autor fue desarrollando su idea pensando en las razones que podían empujar a una persona a utilizar un sustituto. «Mi idea era crear un personaje que fuera a trabajar y que ganara dinero en tu lugar, una razón muy práctica para tener un sustituto. Consideré la idea de alguien mucho mejor, según la cual estos sustitutos representan el paradigma de la cirugía estética al permitirte ser joven para siempre, o más atlético, es decir con la apariencia que siempre has soñado tener».
Técnica contra humanidad
«La historia versaba sobre tecnología contra humanidad», afirma el productor Hoberman. Y añade: «Yo he llegado muy tarde a los ordenadores, a Internet, al mail y a los iPhones. Hasta hace poco no sabía nada de todo eso. Esta historia aborda de forma fascinante lo que pasaría si todo el mundo viviera dentro de un ordenador y fuera de él sus vidas las vivieran otros. Apunta hacia dónde se dirige la tecnología. Creo que también aborda el tema de la cirugía plástica y las cosas que la gente hace con su cuerpo. Me pareció una idea muy interesante para una película».
Bruce Willis y Radha Mitchell investigan un asesinato en esa utópica sociedad cuyo funcionamiento desencadena preguntas sobre la ética de la tecnología de los sustitutos y sobre el futuro de la sociedad.
Mostow afirma: «La película es un historia de suspense, una de detectives en la que Bruce Willis interpreta a un agente del FBI cuya investigación sobre un misterioso asesinato va a encontrar al héroe que se enfrenta a una conspiración que pone en cuestión la definición de la palabra humanidad».
«Es una fábula sobre cómo vive la gente sus vidas en nuestro mundo actual dominado por la tecnología», añade Hoberman. En la película, el Dr. Lionel Canter es un multimillonario solitario cuyos experimentos le han permitido crear un mundo muy singular.
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